sábado, 8 de julio de 2023

EL TESORO CAPUCHINO

 EL TESORO CAPUCHINO

 


















 

 

FRAY FRANCISCO

 

 

 

 

 


 

 

Soy fray Francisco, vivo en Granada, me fui hace años de esta tierra y me trasladé a un convento de la ciudad de la Alhambra, porque cerraron hace muchos años el de esta ciudad. Allí conocí un compañero fraile que me dijo que estuvo en Alcalá la Real.

Y contaba a sus amigos frailes que existía un convento en Alcalá la Real, en una huerta  que llamaban de Capuchinos, cerca del  paseo de los Álamos, donde la ciudad había cedido tierras y lugar para levantarlo y fundarlo.

Y, cuando se reunían a comer. era objeto de su  conversación que el convento se componía de una iglesia, celdas o dormitorios para los monjes, comedor, biblioteca, sala capitular..

-         Y, ¿qué es eso?

-         Donde se reúnen los frailes para  repartirse las tareas y  tomar acuerdos de la comunidad. Y además existían otras habitaciones de servicios como leñera, enfermería, cocina, cámaras, claustro y lavandería.

 Un día me dijo el fraile mayor que siempre lo veía buscando algo  y yo le pregunté porque lo hacía.

-         -En el huerto del  convento  le había dicho otros frailes de un siglo anterior que se escondía un tesoro.

Andaba mi amigo el fraile, por cierto llamado fray José, siguiendo la pista de algunas señales que le dio su amigo y compañero. Y no lo encontró.

Yo os invito a buscarlo a todos vosotros, amigos, pues me ha dado algunas señas que debemos cumplir a rajatabla:

-Se encuentra el tesoro capuchino en una cajita madera en forma de libro.

-Uff, qué interesante-exclamaron los niños alzando los brazos. 

-Vamos, niños, a la tarea, por la cajita de madera.

-Me dijo el fraile que había dejado marcadas unas flechas con dirección hacia el tesoro.

-Pues, ya tenemos una señal.

-Vanos a seguir las flechas, amigos.

Y todo siguieron al fray Francisco distinguiendo las flechas azules y contando los pasos.

-El primer sector  acaba en un árbol redondo. Vamos a por el árbol redondo- dijo fray Francisco.       

Seguían las flechas indicadas. Y encontraron en el árbol redondo, con un sobre que contenía  una carta

La abrieron y decía, al leerla una niña:

-. Aquí no está la cajita, pero te doy una señal, dale la vuelta al árbol y sigue las flechas otra vez.

Ahora las flechas eran azules, con un trayecto de caminata de unos cincuenta pasos. Llegaron los niños y el fraile a la última flecha y encontraron otro árbol con una cajita llena de caramelos y chupachups, las repartieron los niños. Pero no encontraron el tesoro.

 Y en la cajita en el fondo había una nueva señal, Que decía y leyó otra niña:

-Sigue la flecha otra vez,

Llegaron a unas escaleras. Al pie de un arbusto. Una carta contenía un sobre que  decía;

-Muy cerca está el tesoro. Sigue los círculos.

 Y todos siguieron los círculos de color naranja  y, tras varios movimientos de meandros y entrando en los parterres, llegaron a una planta y en el fondo encontraron la cajita. Una chica  muy avistada  topó con una primera cajita y las abrió. Y en el fondo de la cajita, leyeron a viva voz:

- EL TESORO SERÁ PARA UNO, Y EL RESTO PARA LOS DEMÁS.

- ¿Cómo lo hacemos? -preguntó el coro infantil.

-Echamos suertes.  Vamos.



El fraile le pidió la cajita  los niños recogieron las bolas del interior. Conforme iba sacando regalos, se los entregaba a cada niño, unas chucherías de tiempos pasadas. y les dio el tesoro al premiado (un juego de investigar nuevos tesoros de Huerta de Capuchinos con su catalejo, brújula, unas gafas antiguas, monedas de oro y plata). 


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