CAMPAÑAS DE FIN DE AÑO EN ALCALÁ LA REAL INFORMACIÓN
CAMPAÑAS DE FIN DE AÑO
Acercarse al fin d
el año invita a
culminar el último tramo de un tiempo
recorrido, en el que se desarrollan una serie de actividades humanas y de la propia
naturaleza. Si establecemos una relación entre esta y la naturaleza, este espacio temporal viene marcado por un término genérico, que recibe el nombre de campaña.
Y nos vienen, en seguida, todas las que transforma y ejerce el hombre en su contacto
con la naturaleza. En tiempos pasados sumidos en la agricultura y la
ganadería, se iniciaba el otoño con la
campaña de la siembra y culminaba con la de la cosecha del periodo estival. También,
siguen recogiéndose los frutos en
invierno con la campaña del olivar.
Hoy día, estamos tan influidos por las
nuevas tecnologías de modo que estas campañas no quedan como un objetivo
a conquistar, sino que se convierten en respuesta segura a las previsiones de los aforos otoñales. Tan sólo, los cambios
climáticos pueden provocar muchos
desastres en forma de tormentas, tsunamis, vendavales y miles de formas de irritar al dios Zeus, que
se vengue contra los ínclitos agoreros que presagiaban una buena cosecha, como
este año, para recogerla en la campaña
de Invierno. Esta es la primera campaña del último trimestre del año, y en torno a ella se mueve otras
campañas humanas sociales: desde la acogida de emigrantes hasta las
relacionadas con la ayuda y colaboración de los excluidos en tiempos de final
del año. Por eso abundan las campañas de recogida de alimentos que se prodigan
desde el mes de noviembre hasta el mes de enero, desde el Banco de Alimentos
hasta Cáritas, pasando por las diferentes cofradías y asociaciones se
multiplican en actividades de recoger alimentos y vestidos, organizar actos
para conseguir fondos para afrontar estas ayudas, y de ejercer de voluntarios
una gran parte de la sociedad en misiones sociales. Es una obra muy benemérita,
aunque algunos la cuestionen por la justicia
social aludiendo que primero debe
ser la justicia y, luego, la caridad. Y en eso estamos de acuerdo, y todos debemos luchar con nuestros medios, capacidades y nuestras contribuciones a paliar la desigualdad en el reparto del fondo
de toda la comunidad. Pero, la caridad no debe confundirse con la beneficencia que se ha practicado en muchas
ocasiones, y es fruto de otros tiempos. Referirse ahora a este tipo de
comportamiento caritativo, está muy lejano de
esa caridad que supera a la justicia, la entrega de lo que es propio de cada
persona para buscar la igualdad de los hombres. Eso es harina de otro costal. Y
en esa línea deberíamos asumir todas
esas campañas.
Por cierto, en este año, no se agotan en las campañas
naturales o sociales, sino que entran en juego las de las elecciones
autonómicas de Andalucía. Y el esquema se repite afortunadamente por vivir en
democracia. A los comicios, como si se tratara de una campaña, acuden los políticos de estos años; los partidos y asociaciones políticas que sembraron
desde que se acabó la anterior campaña electoral; cultivaron y laboraron a lo largo de estos casi cuatro años; cada uno con sus semillas y en sus
capachos; y, el próximo dos de diciembre, recogerán los frutos al final de la
campaña electoral con el voto de los
andaluces emitidos en las urnas. En
medio de esta campaña se multiplicarán sus
aforos, en este caso nos vapulearán con una publicación de encuestas,
propuestas de intenciones, tablas de rendimientos del mandato del gobierno y de la oposición por parte de
cada uno de los partidos y agrupaciones,
y, sobre todo tipo de marketing, que en estos tiempos corren desgraciadamente
entre las aguas de la posverdad y las news fake. Por eso, lo mejor es recordar que estamos precampaña y campaña, y
la cosecha debe ser fruto de una siembra con buenas semillas para recoger los esperados frutos. Con estas intenciones, podremos salvarnos del contexto que anda revuelto y lodoso en
medio de las cloacas de la contaminación y corrupción en su más alto sentido. Pues,
como decía Tucídides en su Historia de la Guerra del Peloponeso: “Tenemos un régimen
político que no emula las leyes de otros pueblos, y más que imitadores de los
demás, somos un modelo a seguir. Su nombre, debido a que el gobierno no depende
de unos pocos sino de la mayoría, es democracia. En lo que concierne a los
asuntos privados, la igualdad, conforme a nuestras leyes, alcanza a todo el
mundo, mientras que en la elección de los cargos públicos no anteponemos las
razones de clase al mérito personal, conforme al prestigio de que goza cada
ciudadano en su actividad; y tampoco nadie, en razón de su pobreza, encuentra
obstáculos debido a la oscuridad de su condición social si está en condiciones
de prestar un servicio a la ciudad»
Un mensaje que hay que tener en cuenta
en estas fechas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario