SIGLO XVII
Se
va forjando la unidad territorial de
campo de la Rábita, en torno a la ermita. Hay un dato esencial referido al clero. Por un pleito en el año 1624
para el pago de la sisa, se encontraban uno cuarenta y uno curatos,
dependientes de la abadía, que administraban todas las capellanías, memorias y
oficios, a los que había que añadir los treinta frailes y diez capuchinos y
veinte monjas. Un grupo especial de
ellos eran los que se van a encargar poco a poco de la administración de las
ermitas de los núcleos rurales como santa Lucía en Frailes, santa Ana, san Miguel
en Charilla, y san José de la Rábita, que subsistían de las limosnas de los
fieles, un tanto por ciento del cobro de los diezmos de los distintos lugares y de
las misas en dichas
ermitas. En el siglo XVIII, aumentarán el número de capellanes en la
Pedriza, san Juan de Valdegranada, la Venta de los Bramaderos, la Hortichuela,
las Ribera Alta, Mures, Ermita Nueva y las Caserías
Añadir leyenda |
En el siglo
XVI y XVII, con motivo de la imposición de diversos arbitrios ocasionados por
la política hacendística de la Corona, había que contribuir con determinados
encabezamientos, donativos y repartimientos de impuestos, se
roturaron y se permitieron disfrutar, mediante la imposición de censos, a los vecinos de Alcalá la Real algunas
tierras comunales y de realengo; para ello, las tierras se dividieron en una serie
de suertes y juegos, que se repartían entre los labradores, tendiendo a
los habitantes cercanos al lugar y esto
dio lugar al nacimiento de muchos
núcleos rurales o aldeas y al asentamiento de una nueva villa, la de Frailes.
Correspondían antiguos abrevaderos de ganados, dehesas, y majadas, que
permitieron el laboreo de los cereales y algunos olivos[1].
Estas eran las suertes de tierras que se encuentran dentro de los terrenos
comunales, en concreto cercanas o
pertenecientes al partido de la Rábita: suponía una cantidad de 1.064 fanegas
de tierra que componían treinta
y cinco fincas en la Cañada del
Membrillo, once en la Cañada del Dornillo, veinte en Cañada Honda, veintiocho
en Fuente Álamo y Retamal, veintitrés en Magallartas de la Rábita, veinticuatro
en la dehesa de la Rábita, dos en la Fuente de la Encina y el Toril, siete en el
barranco de las Grageras, cincuenta y dos en la Sierra de San Pedro, dos en
Cierzo de san Pedro, dos en Lomas Pardas, once en las Rozuelas, cinco en
Garbanzuelo, una en Majada de Márquez.
No obstante, se mantiene un gran número de tierras para el pasto de
ganado, sobre todo, de cerda, ovino y caprino, abandonándose poco a poco el
vacuno. Muchos cortijos particulares tienen zonas montuosas que permiten la
montonera o pasto de los cerdos, que
[1]
Además, otras parcelas fueron repartidas
en los Llanos con 116 suertes a una media de cinco o siete reales por
fanega, el Torviscal con treces suertes a la misma cantidad la fanega, el
Robledo con nueve colonos, Fuente el Gato, con nueve colonos, Guadalcotón con
tres, Majadilla con seis, Cerro de Martín Cano con tres, dehesa de Charilla con
cuatro, Cañada del Infierno con dos, la Torre de Charilla con cuatro, Charilla
con trece, Amoladeras y Zarzalejos con tres, Mirador de Charilla con diez,
Alberquilla con cinco, Portillo de Alcalá y Maleza con siete, Celada con
sesenta, Arroyo de Loberones con una, Peña el Fraile con diez, Hoya Redrada con
dos, Cepero con diecisiete, Loma Pelada y Loberuelas con dos, Cuesta del Fraile
con ocho, Romeral con veintitrés, Solana de Frailes con trece, Hoyos de
Frailes, con dieciséis, Carboneras de Frailes con seis, Almoguel con once,
Hoyuelo alto de Frailes con cinco, Soto
Redondo con cincuenta siete. Todas estas sumaban la cantidad de dos mil
novecientas cuarenta y ocho fanegas y once celemines, que importaban una
cantidad de veintidós mil quinientos once reales y nueve maravedís. Además,
siguiendo el término desde Frailes a Granada:
cuatro en Bohórquez, cuatro en
los egidos de Verdugo, veintiocho en el Chaparralejo, diecisiete en
Alcaiceruela, diez en Llanos de Mazuelos, treinta y siete en el Llano de los
Muchachos, diecisiete en el Espinar de la Peña del Yeso, ochenta y siete en la
Hondonera, diecisiete en la Cañada el Carril, cincuenta y cuatro en la Dehesa
de los Caballos, ocho en el Navazo, dos en
Portichuelo, tres en Yerbatunal, cuatro en Caleruela, treinta y ocho en
Chaparral de Nubes, treinta y dos en Majalcorón. una majada de Ibro, siete en
Cerro Montoso, diez en Majada de los Macheros, cuatro en Carrizalejos, diez en
Cerro Junquillo, ocho en Cuevezuela,
tres en Linarejos, una en Junco Merino, trece en el Retamalejo, tres en
Barranco Blanco y Venta del Carrizal, doscientas veintiséis en Encina Hermosa
divididas en diversos juegos y 13 trances, una en el portillo de Jaén, treinta
en los Coscojares, seis en cerro Acebuchar, ocho en Filique y Cañada del
Muerto, tres Baldío de la Presa, tres en el Llano de la Presa, cinco en la
solana de la Presa, tres en Hituero, ocho en Camorra, tres en Coronillas, una
en el cerro del Águila y arroyo Begijar, cuarenta y seis en Rasillos, veintiuna
en Nava del Peral, Navaltrillo cinco. no solamente
es aprovechado por los ganados locales sino también por otros provenientes de
tierras comarcanas de Martos,
Torredelcampo, Torreonjimeno, Higuera, Jaén y Porcuna en la zona de Acequia,
Hortichuela, Palancares y Allozarejo.
Durante su tiempo, los cortijos
de propios, comenzaron a levantar casas,
caballerizas, tinados, pajares, de piedra y teja, dando lugar al asentamiento de la población
rural en Acequia la Baja, Cabeza Carnero, Acequia Alta, la Mesa. Las tierras
roturadas ofrecían una situación bastante penosa en la que muchas tierras se
encontraban baldías y yermas y abandonadas
y otros se habían aprovechado de
la situación entrando en abrevaderos, aguaderos, caminos y tierras sin
roturar, lo que dio lugar a que llevara una remedida de todas estas tierras
para clarificar la situación en la Rábita , dehesa de los Caballos. Había casos
como el de Felipe Cañadas con diecinueve fanegas sin ningún tipo de
arrendamiento en la Rábita.
Para ello emprendió la realización
de un nuevo padrón de viviendas, población y movimientos porque:
el no averse hecho nuevos padrones a sido causa averse le dado
bolsas fantásticas de dichos derechos y estar oy por cobrar muchas cantidades
... y por no tenerse noticias de muchos de los contribuyentes y, aviendo estos
muerto, no se sabe quienes tienen herederos
a haberse ido muchos vecinos de esta ciudad a otras.
Con el
nacimiento de las aldeas, se nombraron
alcaldes ordinarios con el nombre de ministros, lo que dio lugar a un litigio
con el cabildo municipal a lo largo de mediados del siglo XVIII, pero que ya provenía del
siglo XVII. Pues, aunque en estos años se asistió a la propagación de albergues
y casas de ganado en algunas zonas rurales, sobre todo por la zona Santa Ana y la Rábita, y en menor cantidad,
en el cerro el Moro de Mures, Majalcorón, y Frailes, no estaba muy clara la
organización de las nuevas cortijadas.
EL
SIGLO XVIII
A finales de año 1707 ya principios del año 1708, fue un periodo de abundantes
y crecidas lluvias, hubo muchos enfermos
y la gente llegó a comer pan de cebada,
habas, garbanzos y maíz en el mes de junio. Las tormentas se prodigaron en el
mes de marzo y abril y junio por la
Rábita, sobre todo y Moclín. Al trigo le dio la paulilla, las nieblas y la
langosta y afectó a la cosecha. Se hizo
registro de trigo.
Tras muchos pleitos con la Corona,
denominados con el nombre del valimiento, al final las tierras anteriormente
comentadas de terrenos comunales se transformaron en 1740 en tierras gravadas con censos que
desembocaron en 1749 declaradas como
tierras de bienes de propios del ayuntamiento alcalaíno, exentas de pago de
cualquier tributación. Esto permitió la venta de las anteriores roturaciones
mediante un censo en calidad de arrendamiento.
Con ello, los anteriores propietarios de los cortijos y los labradores
de los cortijos se beneficiaron de las
suerte que lindaban con sus propiedades, al mismo tiempo que las partes más
desfavorecidas a manos de los jornaleros, pegujareros y colonos de las suertes de la dehesa de San
Pedro y Magallartas.
LA RÁBITA EN TIEMPOS
DEL CATASTRO DE LA ENSENADA
En
1751, se llevó a cabo el catastro de la Ensenada en todo el territorio
nacional, los vecinos del partido de la Rábita declararon individualmente ante
el corregidor de Alcalá la Real, don Alfonso Montoya, sobre sus bienes muebles
e inmuebles. En torno a estas respuestas, podemos sacar estas conclusiones que
nos describen la población, la distribución de la tierra y las unidades familiares de este partido de campo:
-El partido de la Rábita, se denomina de la Rábita y otros agregados (
con esto aludían también al partido de Fuente Álamo). Y, se cuentan 72 vecinos
( unos 266 habitantes aproximadamente, ). Dependían mayoritariamente de la explotación
de las actividades de uso y explotación agrícola, forestal y pecuaria: 34
jornaleros sin posesión alguna, 8
jornaleros que tenían una pequeña propiedad ( pujareros) a los que hay que
añadir 5 en Fuente Álamo y Fuente de la
Encina, y un hortelano-ganaban a dos reales mesuales; en los cortijos había 15
labradores jornaleros que eran arredantarios de los cortijos de los rentistas
de Alcalá la Real s- . Una economía dependiente
-Se nos ofrece el siguiente paisaje de tierra: una de la dehesa en torno a la Sierra de de San Pedro;
en su extremo sur junto al camino Real de Córdoba
y el Veredón nacen una espécimen de
núcleo rural, formado por una serie de chozas y casas de retamas, que el ayuntamiento fue concediendo en años anteriores al Catastro de la Ensenada
a todos los jornaleros que acudían al pastoreo de la zona y a la labranza de
los cortijos colindantes; eEn el principio
de la Sierra suelen existir encinares y
pequeños chaparros y quejigos , y conforme se desciende tierras de sembradura
que van de la 3º a la primera calidad conforme nos acercamos a la Laguna, y
cerca de las zonas de nacimiento de agua, tierras de regadío; más abajo
de la Sierras, todo era tierra de sembradura sin apenas arbolado, salvo la zona
de la Laguna. No hay que olvidar que en algunos sitios se plantaban frutales sin regla ni orden ,
había hortalizas 8 zanahorias, papas, lechugas, rábanos, melones,patatas …) ,
maíces, , linos, habas, cáñamo, ajos, nabos, cañamón, y
otras semillas ( garbanzos, cebada). En este territorio , había seis fanegas
totalmente de arbolado ( 2 nogales y 4 de árboles menores)
-El ganado caprino y ovino predominaban
en aquella sierra, compartida por los vecinos de Alcalá la Real y Alcaudete.
-El partido de campo viene
cruzado por un camino real, muy importante cual era el de Córdoba en dirección
norte y Málaga hacia el sur.
-En torno a los territorios de la dehesa de la
Rábita a las faldas de la Sierra San Pedro,
comenzó a levantarse un núcleo rural diseminado de chozas y chozones de
retama que constituirá el futuro núcleo de la Rábita. Son matrimonios jóvenes
que se asientan al calor del jornal de otros cortijos y del arrendamiento de
terrenos de propios.
-Hay una serie de cortijos
notables en todo su término: unos privados procedentes de anteriores
repartimientos al de Carlos V, y
otros transmitidos al clero regular
y secular por memorias y fundaciones.
Entre los primeros, el del seglar don
Antonio de Utrilla, en la Fuente Blanquilla, arrendado a Francisco Leonardo
Sánchez; entre los segundos, uno del
monasterio de la Encarnación, arrendado a Matías Jiménez Raxis, un descendiente
de la familia de Pablo de Rojas.; el
cortijo de don Manuel Estedo del Villar, presbítero vecino de Madrid.
-Con el cortijo, podemos conocer
la tipología de muchos de ellos: Solía ser una
casa cubierta con teja, con un
cuarto y cocina; en bajo, una cámara,
con dos caballerizas y un pajar cubiertos de retama y corral. Sus
dimensiones eran, más bien reducidas, de
9 varas de frente y de fondo diez y media, como cortijo de propiedad media
tenía 49 fanegas de tierra ( 19 fanegas de
buena calidad y el resto malas); por sus lindes, se tenía
acceso a través de varias vías de comunicación, ya que lindaba con tierras de Alfonso Lozano al E, vecino de Priego, al O con tierras de Antonio
González , al N camino de Córdoba y al
S camino de Ganado) .
Por este tiempo, algunos cotos particulares
se desacotaron en los sitios de Bohórquez y en el Menchón, que comprendía
Malabrigo, La Parrilla, Quejigar, y Moralejo para el beneficio del pasto común.
Otro aspecto relacionado con lo anterior
consistió en levantar los cotos de dehesas para pasto común en la zona del
Sabariego, debido a la comunidad de pastos que se mantenían con la vecina villa
de Alcaudete por el sitio comprendido desde los terrenos que venían de la Rábita hasta el Altar de san Pedro corriendo por el
Portillo de la Harina y el vado de Palomares[1].
En el año 1770 va a suponer un cambio radical en estas tierras , que se
convertirán en propiedad de los labradores a censo perpetuo, y salvo los casas de abandono por falta de
rendimiento, posteriormente los hará propietarios con las distintas leyes que
en el siglo XIX se dicten.
CUADRO DE REPARTIMIENTTOS Y
COLONOS 1768.
No hay comentarios:
Publicar un comentario