miércoles, 16 de julio de 2025

LA CASA DE LA MANCEBÍA EN EL ARRABAL NUEVO. DESDE EL MIRADOR DE LAS CRUCES

 









Entre los mesones, destacaba uno de ellos, la Casa de la Mancebía, propia del cabildo municipal y  diseñada por Martín de Bolivar,  que se trasladó desde la fortaleza de la Mota a esta calle  en 1568, porque comenzaba a no ser muy bien visto que, cerca de la Iglesia Mayor, estuviera nada menos que la casa de las mujeres prostitutas, curiosamente una importante fuente de ingresos municipales que el cabildo municipal no quería  perder y tenía dicho servicio en arrendamiento. Estaba situada cerca del pozo, que recibía el nombre de pozo de la Mancebía en 1574. A ella se entraba por una puerta de la ciudad, que llamaban de la Mancebía, probablemente, sean los restos de un arco que se insinúa antes de la de las Lanzas. Solía arrendarse a un vecino que pujaba por ella y , como norma se cobraba medio real por cada  prostituta en el siglo XIV y en toda Andalucía. Respondía a la costumbre de situar estas casas en las afueras de la ciudad a partir del siglo XVI y en zona próxima al  mercado, lo que correspondía  todo este espacio de las Entrepuertas, porque, mientras Alcalá fue ciudad de frontera, esta casa ocupaba uno de los arrabales cercanos a la calle del mercado. En concreto, en el denominado barrio del Albayzin junto a las Entrepuertas hubo una casa, donde  las mozas ofrecían sus servicios a  los hombres. Curiosamente, junto a esta casa  de propiedad municipal se ubicaban  el hospital de pobres y muchas viviendas dedicadas a actividades artesanales y a tiendas: herreros,  tejedores, tenderos, zapateros, sastres...  No debió ser una casa con  una estructura muy firme, pues tuvo que ser restaurada a mediados del siglo XVI por el arquitecto Martín de Bolívar para finalmente pasar a  una casa de la calle Cava, a las afueras del recinto fortificado  en 1569 y por último en las afueras de la ciudad junto al molinillo.  Tuvo un feliz final y  acabó fue transformada en escuela de niños. Por su  situación, debió ser un sitio muy transitable, ya que los mesones se encontraban  un poco más abajo de ella, el comercio se desarrollaba a su lado y  los viajeros debían frecuentarla con asiduidad. Lo que está claro, que el aislamiento con la ciudad se conseguía porque el antemural  y la entrada a la fortaleza ofrecían un sitio abrupto que obligaba un esfuerzo a subir a  la Casa de la Mancebía.  Debía ser un callejón sin salida al  que había que accederse directamente.

La composición  de esta casa solía  estar compuesta de varias mujeres dedicadas al oficio de la mancebía y de varios rufianes que les buscaban sus encuentros con los vecinos de la ciudad. Un padre de mancebía  se ocupaba de que se cumplieran todo tipo de regulaciones, administrativas, fiscales y sanitarias, tal como establece las ordenanzas de 1520. Al estar cercana a la calle de los Mesones permitía,  el trasiego de personas hasta  dichos lugares, lo que beneficiaba a los cargos conejales como a los alguaciles que solían cobrar por permitirles el desplazamiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario