domingo, 19 de octubre de 2025

Hoy en el Jaén.Entre Cequia y Verdugo

 LEYENDAS Y TESOROS ENTRE CEQUIA Y EL CORTIJO VERDUGO

 Cequia y Cortijo Verdugo se encuentran en el primer tramo de la ruta mozárabe del camino jacobeo. que recogía por su paso de Jaén las tierras de la Sierra Sur, Por estos lares, este camino se entronca desde tierras de Granada hasta llegar a Mérida, donde enlaza con la famosa vía romana de la Plata .Por los alrededores de la Cooperativa de San Antonio conocida popularmente por del Pleito, entra en tierras jiennenses, es un tramo de romances, remembranzas de frontera y de panorámicas entre atalayas y de leyendas mozárabes, como las que quedaron por la provincia de Granada atrás en Malalmuerzo, y en el cortijo de San Marcos, donde comentan que se bautizó el pastor de Colomera. Cercano a la N-432, se asciende por el antiguo camino real de Granada, hacia los pies de la Sierra del Camello y se atraviesa la aldea de Ermita, por un conglomerado de casas que corresponde a la antigua alquería y venta, de nombre Cequia, que se mantuvo hasta la Edad Moderna-y hoy es uno de sus núcleos de la aldea de Ermita Nueva-. Bellos parajes en tierras de tesoros hispanoárabes, algún dolmen con el que se topó Romero de Torres por los años treinta del siglo XX, torcales y hundideros naturales divulgados con el nombre de los Capachos en un paraje de singularidad geológica( dos dolinas con este nombre popular), asentamiento de bienes y cortijos de cartujos, campos colmados del léxico árabe como Almoguer, Alcaicería o Gineta, lugares de encuentros históricos entre ziríes y huestes castellanas, poblados y oppida iberorromanos y reminiscencias de material lítico del homo neaderthalensis y sitios del famoso tesoro hispanomusulmán de Ermita Nueva.

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. Tras el paso de los núcleos de las Pilillas y el Ventorrillo por el parque del antiguo centro cultural de La Lealtad, los lavaderos y quesería, se abandona Ermita Nueva y, tras seguir el camino Real de Granada, divisando el Llano de los Azores, y pasando terrenos de los Propios, el cortijo del Piojo (con la leyenda del niño perdido en la Cruz) y una zona de huertos y viviendas de ocio, se cruza el arroyo del Palancares, donde hubo un antiguo batán y en sus proximidades un cortijo que se remonta a tiempos de la conquista . Cercano al antiguo camino de la Corte, actual N-432, se ubica bajando de Ermita Nueva y cruzando el Palancares para dirigirse hacia el cortijo de la Mesa de Juan Carnicero, y lindero con tierras de Pernías: Recibe el nombre de CORTIJO VERDUGO Su fachada modernista recuerda la mano de los maestros contemporáneos de Manuel de la Morena con su tres cuerpos encalados de color bermellón y vanos de balcones y ventanas con encuadres blancos y ajimeces en la parte superior, comprendidos en dos cuerpos laterales a dos aguas que cobijan a otro central de mayores dimensiones ; en su entorno una cruz y una era son monumentos y testigos del patrimonio de la piedra seca y revivió en años anteriores el tiempo de los segadores, la trilla, la criba y el aventamiento. Este lugar se envuelve en una red de leyendas debido a su nombre tan provocador. Desde un verdugo escondido en sus cámaras y que atormentaba a vecinos hasta otras de tiempos de la guerra de la Independencia. Como lugar de paso, los monfíes pasaban por estas tierras del cortijo, donde sus caseros se prevenían con lumbres encendidas para avisar a los moradores de los cortijos cercanos como el de la Mesa , o el de la Cabeza del Carnero. Con estos evitaban apaleamientos de los pastores llevándose las cabras, u ovejas, que pastaban por aquellos llanos; y a los labradores y moradores, maniataban , uncían sus bueyes a sus carretas y se llevaban con ellos la piara de cerdos, para sacrificarlos por el camino, y todo lo que podían colocar en las carretas quesos, viandas, pajarería. Pues era razzia de monfíes, asalto de bandoleros, gente de la sierra y con los franceses, sus vecinas también los sufrieron y llevaron a la cárcel al arrendador. Pues, en 1810, el alcalde mayor recibió a personas afectadas por un pleito entre el tutor padrastro y las tres hijas de Paula Ocaña al quejarse de que su curador se había apoderado de sus bienes como tutor. Pues, en la sala de audiencia, lo acusaban de haberlas estafado y para colmo, aprovechando el paso de las tropas francesas de Sebastiani que les había usurpado todos los bienes, huyó con todo lo que pudo dejándolas arruinadas sin pagarle las rentas.

Este cortijo y sus tierras fueron repartidas a los conquistadores de la ciudad de Alcalá la Real y mantuvieron sus descendientes en forma de caballerías y peonías. Ha sido recientemente vendido y fue propiedad del convento trinitario de Nuestra Señora de los Remedios y de la Fundación del Mármol. Pero siempre resultaba una incógnita la figura de su primer propietario, o al menos, el que más tiempo lo mantuvo. Incluso se inventó una leyenda sobre un verdugo oculto en el cortijo. Precisamente, lo adquirió en tiempos de Carlos V, en los decenios treinta del siglo XVI. Estaba encuadrado dentro de un grupo de funcionarios y élites granadinas y malagueñas que ostentaron cargos oficiales y se beneficiaron de su influencia en lo que era el reino de Granada y limítrofes, como el ca




so de Alcalá. En concreto, Francisco Verdugo fue proveedor de la Armada de Carlos I, por los años treinta y cuarenta, recibió la merced del Verdugo y compró varios terrenos y haciendas en Alcalá la Real por el Villar, Palancares, Fuente del Soto y Chupete.

´Bajando por el camino paralelo al arroyo seco de del Palancares, se llega al cortijo de Camuñas, contemplando antiguas tierras de propios de los cortijos del Piojo, Cruz del Piojo y Pinillo. Continuando la ruta ciclable se contemplan el cortijo del Mayorazgo y el Cuerno en medio de un recorrido mezclado de una serie de leyendas y cuentos de figuras de fantasmas que aparecían por tos caminos que sestaban a las personas que recorrían estos parajes como el capellán del Palancares, Llegar a la Cruz del Mayorazgo invita al relato de los vecinos de la zona con la leyenda del ente que se aparecía y trastornaba a los miembros de la familia del Castillo del mismo nombre, incluso se perdió la cartera del labrador en cierta ocasión y no apareció hasta que se erigió la cruz. Abandonando la cruz del Mayorazgo y el camino hacia el Cuerno y Llano de los Muchachos, se adentra en Villalobos por el antiguo molino, hasta llegar el río para el puente, perdón el puente de Villalobos (la tierra del jurado Villalobos). Tras subir una cuesta, se pasa por parajes del Prado y camino de la Cana hasta desde donde se contempla una majestuosa era, y, con el fondo de la Sierra del Camello, por el camino que se dirige al cortijo de Agreda ( Agria para los vecinos, el camino de Íllora), se llega a la Escaleruela, Cariguela actualmente. No era sino un vulgarismo de su denominación de Alcaiceruela de los documentos antiguos, otra leyenda.


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