Se ha hablado algunas veces del Cristo de Consolación, y se le relacionó con la cofradía del Señor de la Humildad. Esta imagen es fruto de la reproducción de la imagen de un Cristo de la Expiración que los artistas bautizaron con el nombre de Cristo de San Clemente. Otras copias de la imagen se encuentran en iglesias y templos de parroquias, santuarios y conventos de España y del mundo, principalmente por haberse difundido en las tiendas religiosas del propio Vaticano. Probablemente, no responde más que a la base u origen del primer crucificado que sirvió de copia y de mayores dimensionas antes de llevar a cabo las diversas tareas de sacar puntos, tallar, esculpir y policromar. Por otra parte, la aportación anónima de eta imágen en la posguerra creó un misterio sobre su presencia y se relacionó más bien por un Cristo, de serie, adquirido en los talleres gerundeses de Olot, que responde al Cristo de Limpias, devoción muy divulgada en la primera mitad del siglo XX. Cuenta la tradición que en la segunda mitad del siglo XVIII el mar se salió de sus límites e inundó las tierras más próximas a Cádiz, ciudad en la que ostentaba un alto cargo público el caballero del hábito de Santiago don Diego de la Piedra. Como las aguas no paraban, amenazando con anegar la capital, fueron sacados en rogativa varios santos sin que el ímpetu del mar menguara, hasta que se pidió al prohombre público citado les dejara el Cristo que veneraba en su oratorio privado -al que había llegado procedente del derruido convento de los Descalzos de Cádiz- y tan pronto como las aguas mojaron los pies de la imagen comenzaron a retroceder.
Ante tal prodigio las autoridades eclesiásticas gaditanas creyeron conveniente que la imagen milagrosa recibiese culto público y solemne en algún templo y no como hasta entonces en un oratorio privado y don Diego envió el Cristo a su pueblo de nacimiento -Limpias- para que se venerase en la parroquia del barrio de Rucoba. El Cristo de Limpias, es el Cristo de referencia, de mayor tamaño que el natural, presenta la cabeza ligeramente inclinada hacia el lado izquierdo, con la vista elevada al cielo a través de ojos de dilatada pupila, cejas negras cayendo hacia los laterales, fina nariz, boca entreabierta, barba muy bien modelada, ..á dotada su cabeza de los clásicos haces o potencias si bien en este caso son cinco en lugar de tres y forman grupos de triples rayos dorados cada uno.
Toda la figura de fina talla, tiene el pecho abombado en los estertores de la muerte con señalados pectorales y con costillas no muy dibujadas, cuello alargado y tieso, ligera inclinación de la pelvis hacia la izquierda, brazos muy bien torneados de potentes antebrazos formando ligero ángulo, los dedos de las manos juntos dos a dos y solamente flexionados hacia la palma el anular y el meñique en actitud de bendecir, muslos potentes de poca musculatura, rodillas con ligeras escoriaciones y cardenales y magulladuras múltiples en las pantorrillas y el pie derecho sobre el izquierdo con abundancia de sangre y tumefacciones en la pierna derecha.
El paño suprafemoral grande y de color morado mate permite la contemplación del muslo derecho en casi su integridad al recogerse en forma triangular y la soga del atadijo, fina y dorada, se deja ver tres veces sobre la cadera y el muslo. Los pliegues del colgante de la derecha y los de atrás airosos mientras que los de la izquierda se ajustan bastante al cuerpo, sin colgante ni caída, en pliegues diagonales.
La Cruz es arbórea y grande . La cartela es un simple panel grande con ligero y oscuro sombreado en los bordes con el INRI.
Esta imagen y capilla ya se denominaba de de Alcaraz. Pues este Cristo debe su nombre a Pedro González de Alcaraz, que murió en 1623( testamento ante Miguel Gerónimo 1egajo 5031, uno de septiembre , folios del testamento desde 80 a 90 ) que creó una capilla en el convento de Consolación, con el nombre de San Roque, donde pagó esta hechura y la de un crucificado de gran tamaño. Su sepultura se encontraba bajo peana de San Roque y obligaba a sus herederos su sobrino del mismo nombre y apellido, hijo de su hermano, al pago de un gran número de misas y otras mandas relacionadas con la propiedad de esta capilla. Sobre todo, destacaban las de san Roque, Virgen de la Cabeza, Mercedes. Y, en su testamento, se aclaraba una serie de datos que en artículos anteriores comentamos.
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