domingo, 2 de febrero de 2025

ANTES DE MARCHAR A JAÉN, EL MAESTRO JUAN DE ARANDA SALAZAR.

Antes de marchar Juan de Aranda Salazar a Jaén, y covertirse en maestro mayor de obras de la catedral de Jaén, paricipó en varias obras de la abadía y los pueblos de Alcalá la Real y Castillo de Locubín


 Su carrera profesional corrió como un auténtico relámpago, porque ya trabajaba en igualdad de condiciones con los mejores canteros como el asentador Damián López y sus primos en la terminación de la cabecera de la iglesia abacial y el convento de las dominicas de Nuestra Señora de la Encarnación de Alcalá la Real (1626). Este mismo año, subió un nuevo paso de su escalafón social al recibir el título de familiar de la Santo Oficio de la Inquisición en la ciudad de cordobesa Torres Cabrera, donde intervenía en algunas obras. Y no es de extrañar que en 1627 se le nombre maestro mayor de obras dela catedral de la Mequita de Córdoba. Mostraba una gran veteranía porque, en poco tiempo, se ha especializado en muchos campos de la arquitectura a la vera de los anteriores, maestros y asesorado de sabios canteros como Juan Roldán, que le acompañaron en sus posteriores destinos. Este periodo está jalonado de obras en Castillo y Alcalá, principalmente destacan la iglesia de San Pedro de su tierra natal, el coro bajo de la iglesia mayor abacial, los templos de los monasterios de la Encarnación, Consolación, y Rosario de Alcalá Real. Varias obras de la fontanería entendida en su sentido más amplio como la construcción del Lavadero Nuevo de Alcalá la Real y el puente del camino de Alcaudete a Luque.  Desde 1624 hasta 1634, se consideraba un periodo oscuro de la vida artística de este maestro de la diócesis de Jaén, tan estudiado y documentado a partir de la última fecha por muchos tratadistas. Hoy, podemos confirmar y testimoniar casi todos los pasos de la primera etapa de Juan de Aranda y refrendarlos por su madurez.

Con el documento que  aportamos nuevo del escribano Antón de Santillán ya podemos establecer definitivamente   el año de su nacimiento; en modo alguno  que nació en 1590 según la anterior aportación documental de Rafael Galiano Puy. Es una escritura de tasación de la capilla de Gerónima de Alba y Aparicio, mujer del regidor Pedro Vázquez Mesía, en medio del inventario de bienes y testamento con motivo de  su reparto para su hijo Juan Vázquez Mesía. Declaraba claramente en la cabeza del documento que era de la edad de 34 años, en concreto en en nueve de enero de 1634, más claro el agua, nació en 1600.


Y lo firma, con el presstigio y fama de ser un consagrado maestro de obras y familiar del Santo Oficio, a instancias de  fray Diego de Maqueda, por la capilla segunda del ala de la epístola del convento dominico de Nuestra Señora del Rosario, que ya se había asentado,  y era uno de los dos maestros de obras convocados para tasarla. 
Y la aprecia en  estas cantidades: el arco de fuera, de piedra, manifactura y asento lo  apreció en 260 reales ; el arco de dentro en piedra, manifactua y asiento  en 180 reales; la imposta  de la capilla 20 reales; las basas y enjutas en 280 reales; de los fundamentos hasta subir a la cimera , 250 reales; y  el resto en los arcos y enjutas en 1200 reales; veinte el  enrejado  sumando todo 2820 reales. 
Lo firmaban el prior y él en persona. 





LEGAJO 5024. Cuaderno de inventario de bienes de  doña Gerónima de Alba y Aparicio. 

Sin lugar a dudas, se iniciaron, en su tierra natal y abacial, su formación, su aprendizaje y sus primeros pasos como contratante y maestro de obras.  En junio de 1627 se le nombró maestro mayor del retablo de la catedral de Córdoba.  a Juan de Aranda Salazar, quien ya trabajaba desde la marcha del hermano Matías, y bajo su dirección se terminaron las obras de piedra en mayo de 1629. Compartió su dirección con la obra principal del cuerpo y cubierta de su iglesia bautismal, y destacando además la capilla funeraria del capitán Martín de Artiaga, un hidalgo que hizo capital en la guerra de la Alpujarra y se afincó en el Castillo de Locubín por motivos matrimoniales, donde fundó el Hospital de la Madre de Dios en cuya reforma también participo Juan de Aranda, Precisamente esta fecha comenzó a contratar otras obras de monasterios y templos alcalaínos  con un discípulo Pedro del Portillo que le acompañará en muchas obras de la diócesis de Jaén. Incluso, su prestigio profesional le valió ser recomendado como maestro mayor de obras de la catedral de Granada en 1631.





En los dos últimos años de su estancia en la Sierra Sur antes de marchar a Jaén, firmó varias obras de la iglesia Mayor de la Mota, su coro y su chapitel de la torre de campanas. Su cantero fiel y favorito Juan Roldán le allanó el camino para ser nombrado maestro mayor de obras de la catedral de Jaén en 1634 unos meses antes de la llegada de Juan de Aranda. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario