El ateniense Arístides, hijo de
Lisímaco,  fue de edad más o menos igual
a Temístocles. Por eso,  el compitió con
aquel  sobre el primer puesto  en la 
república, pues fueron rivales entre sí. Pero, tratándose de estos,
supimos cuánta más eficacia tenía  la
elocuencia que  la inocencia. Pues,
aunque Arístides sobresalía en desinterés 
hasta tal punto que fue  el único
que recordemos  que  recibió el sobrenombre de Justo desde que el mundo es mundo; , sin
embargo,  fue castigado con  la pena de diez meses de destierro  abatido por Temístocles con aquella  famosa sentencia del ostracismo.   En efecto, Arístides creyendo que nos se
podía reprimir una multitud levantada y, 
en su retirada,  habiendo
advertido en  cierto individuo,  que 
escribía que  fuera expulsado de
la patria,  se cuenta que él  le preguntó por qué  hacía esto o qué falta había cometido  Arístides y por qué los consideraba digno de
un castigo tan grande. Este individuo le respondió que no lo sabía, pero no le
agradaba que  hubiera  trabajado con tanto ahínco  en ser llamado El Justo por encima de las demás personas. Arístides no cumplió la
pena legal  de 10 años de destierro.
Pues, después que Jerjes bajo a Grecia, más o menos en el sexto año de su
condena de destierro,  por el decreto del
pueblo fue restituido a su patria.
II
Pues 
intervino en la batalla naval  en
Salamina, que se celebró antes de que se le perdonase el castigo del destierro.
El, en persona,  fue el segundo  jefe de los atenienses en la batalla  que se dio junto a Platea, en donde
Mardonio  fue derrotado y el ejército de
los bárbaros fue pasado por las armas. No hubo otro hecho en el arte militar en
que participara Arístides,  que se
recuerde que hubiera  mandado salvo  en esta ocasión ,  pero sí 
muchas otras muchas pruebas  de
justicia, equidad y desinterés, en primer  lugar, por su equidad se consiguió que, cuando
en la común armada de Grecia compartía el mando con Pausanias que había hecho
huir a  Mardonio,  los lacedemonios entregasen a los atenienses
el más alto mando del poder marítimo. Pues, antes de este tiempo, por tierra y
mar, eran los jefes los lacedemonios, 
pero ,  entonces,  la arrogancia de Pausanias y la rectitud de
Arístides consiguieron que casi todas las ciudades de Grecia  formaran una alianza con los atenienses  y se eligieran estos jefes en contra de los
bárbaros.
                                      III
 Para rechazar a los bárbaros más fácilmente,
por si casualmente  intentaran
reiniciar  la guerra, se eligió a
Arístides   para disponer con cuánto
dinero le diera cada una de las ciudades, para equipar la armada y preparar los
ejércitos, y, por disposición de Arístides, 
se reunieron cada año 460 talentos en Delos.  Quisieron que este erario fuera común. Pues
todo este dinero, pasado algún tiempo, fue trasladado a Atenas.   No hay más señal  cuan desinteresado fue Arístides, que,  habiendo estado al frente de cosas tan
importantes, murió en medio de una pobreza tan grande que apenas dejó nada  con lo que lo enterrasen.  Por eso aconteció que sus hijas se
alimentaron a expensas del pueblo y se casaron con las dotes dadas por el
erario público.  Murió, ciertamente,
apenas casi cuatro años después que fue expulsado de Atenas.

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