El corregidor
asumía el encargo de la ciudad, reunida
en cabildo, para que se llevara a cabo. En Alcalá, solían venir algún
que otro boticario de Granada, acompañado de un médico, que controlaba
las dos boticas que existían, la de Francisco de Barea y la de Martín de Aranda
([1]).
Se realizaron, según el libro de Zarco desde el 1572 hasta el 1580, que solía
hacerse por médicos y boticarios de fuera, y, para el comisionado, debía
pagarse por los propios boticarios y no de las cuentas de propios.
En la inspección se controlaban los
pesos y medidas, los jarabes y aceites, instrumentales, ungüentos, polvos,
píldoras etc.
[1]
AMAR. Legajo 259 Pieza 2. Año 1570 Se refleja una viiita a las dos boticas.Legajo 46. Pieza 6.
Discargo 29 de febrero de 1564. El medico era el licenciado Molina.
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