EL CORREGIMIENTO Y LOJA
No
es el caso del estudio del corregimiento para llevar a cabo un breve análisis
histórico de la ciudad lojeña, pues es amplio su catálogo documental que ofrece el Archivo
Municipal de Loja para el estudio del corregimiento durante el periodo
felipino, porque no hay lagunas sensibles. Los hay referentes a los cabildos, a los
repartimientos, a la hacienda municipal y a las provisiones reales. Como hemos
dicho anteriormente, Loja, además es un modelo de ciudad semejante a la Alcalá
la Real, del siglo XVI, no se encuadró definitivamente en el corregimiento hasta el segundo decenio
del siglo XVI. Anteriormente, constituyó un corregimiento con Alhama; a finales
de siglo, en el 1492- 98, ya formaba el corregimiento tripartito con Alcalá la
Real, para comenzar el siglo independizado del corregimiento por ser señorío
del Gran Capitán a partir del 1508, con Tristán de Acuña su teniente. Algo
parecido se manifestaba con respecto a Loja, similar a lo que atribuía a Alcalá
la Real, cuando Henríquez de la Jorquera
decía “.. siempre fue la puerta de la Vega de Granada, según la cadena de
armas, y los Reyes granadinos hicieron gran aprecio de ella. Su termino era
extenso, pues comprendía más de 700 Kilómetros cuadrados”, y según el profesor
Malpica: . “.. Pródigo en agua y vegas de fértil suelo, etc. De sus bellezas,
no sólo los testimonios de quienes contemplaron sus tiempos áureos, sino las
pervivencias, tras más de cinco centurias no siempre benéficas, de su
configuración urbana singular, de su movido paisaje, entre lo ameno y lo
abrupto..”([1]).
Clara muestra de ello es la fragmentación del término en seis municipios a lo
largo de su historia, entre ellos, la de Huétor Tajar en tiempos de Felipe
II, pues Algarinejo, Villanueva de
Mesía, Salar y Zagra se mantuvieron algo
más tiempo.
Con la llegada del corregidor Fernández Maldonado en el segundo decenio del siglo XVI, ya no se separó del corregimiento hasta finales del siglo XVIII, que formó otro nuevo corregimiento y su disolución en el 1835.
Tampoco
nos corresponde abundar en el estudio de su conquista y la importancia a la
hora de la definitiva conquista de Granada. Pero, a partir de este momento, se
abrieron nuevos cauces para la acción repobladora, en la que estuvieron sumidos
en los años de los ochenta del siglo XV y principios del XVI, donde un gran
número de nuevos vecinos procedentes, en su mayoría, de Jaén y Córdoba emprendieron una nueva etapa social,
económica y política ligada con la Corona de Castilla. Tal vez aquí hay que
comprender que, poco a poco, se fuera independizando del control del Gran
Capitán y se sumiera en el de la Corona a través de sus comisarios reales, que
eran los corregidores. En tiempos de
Georgius Hefnagle se describía Loja como una ciudad con una plaza noble y
fuerte, distante de Granada a menos de seis millas, en el camino de Sevilla y
perteneciente a la diócesis de Granada Lugar ameno, de buenos huertos, y pasto
en los montes para la ganadería, abundante en caza y numeroso ganados, que
daban queso, pieles y lana, que se exportaba a Italia y Bélgica ([2]).
En
el periodo filipino, el cabildo, presidido por el alcalde mayor, y, en
ocasiones por el regidor más antiguo, poco a poco se ve inmerso en las disputas
de varios grupos de sus veintiséis
regidores, catorce jurados y dos escribanos: En 1594, estos se habían
acrecentado como en Alcalá dentro de la política de ingreso de la Corona a través de la venta de
oficios hasta tal punto que llegó a ser regidor un joven de diecisiete años
cuando sólo está permitido a los mayores de 25 años ([3]).
En
este periodo felipino su población cuenta con 1563 vecinos en l 1560, según Ruiz Martín([4]),
prosperando con motivo de que se agrupaban lo esencial de la población en vegas
y valles al pie de las sierras.
Generalmente,
la población no era solamente urbana, sino que una gran parte era campesina. Como dato, Barrios
Aguilera señala que, por el año anteriormente mencionado, en su arrabal vivían 89 trabajadores al lado
de 109 labradores([5]).
La población era mixta de cristianos viejos y morisca, pero en este municipio
del noroeste, la población era el 90 por ciento cristiano vieja frente a los
moriscos que representaban el resto. A partir de la guerra de las Alpujarras,
por los datos de Barrios, aunque se encuentran inmersos los de Alhama, que
hemos comentado en el apartado anterior en franco declive, podemos asegurar que
la población creció, tal como señalamos a continuación. 1561 con 2.815 vecinos,
en 1587 con 12.921, y en 1597 con 2.539 vecinos, teniendo en cuenta que Alhama,
a partir de 1568 no legaba a mil el crecimiento demográfico es claro y evidente
en la ciudad de Loja ([6]). A
lo largo de este periodo se contempla un proceso roturador que afectó a gran
parte del término, y ocasionó varios pleitos contra los usurpadores de tierras.
También desde el punto de vista hacendístico, se manifiesta un equilibrio de
entradas y gastos, que se vio descompensado en los últimos años del corregimiento con motivo de las continuas
levas militares el servicio de millones y los censos a los que tuvo que
someterse el municipio lojeño. No obstante, comenzó un importante renacer de la
ciudad en obras civiles y religiosas, al mismo tiempo que, salvo los periodos
de la Guerra de las Alpujarras, los conflictos entre los distintos grupos
sociales no son sino intereses de la élite del poder municipal, representada
por los hidalgos y los regidores, y la
presencia de algunas crisis de susbistencia en los últimos decenios por la
falta de trigo, peste, epidemias y hambre.
El Corregidor ejerció su poder a través del
alcalde mayor, y, algunos corregidores aumentaron su presencia en momentos de guerra o de los saltadores de
caminos, pero el peso lo llevaron sus tenientes de justicia que debieron
defender la postura de la Corona en temas delicados como el servicio de
millones, las nuevas milicias ciudadanas y los continuos avatares que se
producían para afrontar los alojamientos de tropas en la defensa de la Costa y
la carencia de trigo.
[1]
MALPICA CUELLO, A. Elconcejo de Loja(1492-1506). 1980.
[2] HEFNAGLE ,G. Civitates orbis
terrarum , Amsterdanm, 1594.
[3]
AHML. Acta del cabildo del 14 de enro de
1594.
[4] RUIZ MARTÍN. F,
“Movimientos demograficos y económicos del Reino de Granada durante la segunda
mitad del siglo XVI”Anuario de Historia Económico y Social, 1968, pp.
127.183
[5]
BARRIOS AGUILERA, Manuel Historia del reino de Grnada.Universidad de
Granada . El legado andalusí. Granada.2000.
[6]
BARRIOS AGUILERA Tomo II. . Op.
Cit. Pág. 54.
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