domingo, 21 de julio de 2024

HACIA EL 475 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE PABLO DE ROJAS (II) .LA SEMANA DE JAÉN ( 21-7204)

 

HACIA EL 475 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE  PABLO DE ROJAS

(II)

 

No sólo, Pablo de Rojas pudo verse influenciado en su infancia por la maestría de su padre Pedro Sardo y sus hermanos. Como vimos en el artículo anterior, ya arriesgamos la presencia en Alcalá de Rodrigo de Figueroa, nada menos que un nombre transformado en Granada por Rodrigo Moreno. Pero, de tierras sevillanas se afincó en la ciudad de la Mota el escultor Jusepe de Burgos.



 

Jusepe de Burgos

A este se le atribuye la imagen de la patrona de Alcalá la Real, la anterior imagen de Nuestra Señora de la Antigua. A través del entallador alcalaíno Martín Pérez reconocemos la presencia de este vecino granadino de la parroquia de San Andrés. Por el dato de José Gestoso y Pérez en 1909, sabemos que Jusepe era entallador y vecino de la colación de la Magdalena de Sevilla, en 2 de junio de 1550 dio poder a Bernardo de Burgos, procurador de Sevilla, ausente, para que ajustase cuentas con el cerrajero granadino Francisco de Trujillo.  Jusepe de Burgos debió avecindarse primero en Granada como entallador, y desde allí se relacionó con los artistas alcalaínos, luego se mantuvo en Sevilla en la década de los cincuenta para aparecer de nuevo en Granada y estar relacionado con Alcalá la Real, donde abrió taller. Jusepe de Burgos trabajó en tierras alcalaínas por unas deudas que mantenía con Martín Pérez tras su muerte. Un nuevo documento de 1561, ofrece el mundo profesional de estos artistas, que complementaban su oficio con la ebanistería, carpintería y la escultura. En 1561, Jusepe  se obligaba ante el carpintero alcalaíno   Francisco Gutiérrez a comprobar  la elaboración de una puerta y una ventana con verjas por unos veedores, que ratificaran la tasación y ejecución y se quitara una tocadura de la puerta. Para ello, requirieron a dos maestros relacionados con el oficio de la madera, al carpintero Pedro Barbado, vecino de Priego, y a Jusepe de Burgos, vecino de Granada, que figura curiosamente como carpintero y entallador. Tras comprobar los datos, declararon su coste y trabajo en mano de obra y materiales en 12 ducados y medio, apareciendo las firmas de ambos; revisaron la puerta y ventana en presencia del escribano Ordóñez, y dijeron que «tasada la madera y manos de obra y bisagras y todas las demás obras que, de presente, estaban fecho que ellos lo tasaban y moderaban en trece ducados y medio».

Martín Pérez

Por Lázaro Gila Medina, en el libro Arte y artistas del Renacimiento en torno a la Real Abadía de Alcalá la Real, se ceñía a una breve biografía de Martín Pérez sobre su persona y su contribución artística. Lo sitúa en el segundo tercio del siglo XVI, y lo relaciona con muchas actividades agroganaderas. Por su desahogada situación económica avaló a varios canteros en la construcción de la iglesia de Moclín, fiando al herrero Diego Cornejo y el cantero Íñigo de Vidaña a poner la piedra a las puertas del templo; también salía fiador del cantero Miguel Sánchez Vizcaíno, que, a su vez, lo hacía con el escultor feligrés de San Cecilio de Granada, Jusepe de Burgos. En los registros municipales del AMAR, tuvimos la suerte de contar varias intervenciones. Un nuevo documento nos amplía su ambiente familiar y su taller. Nos referimos al inventario de división de bienes  A través del documento que se abre con el acta de presencia, se conoce su biografía y entorno. Estaba casado en primeras nupcias con Catalina de Triamos (un monasterio de León muy importante) y en segundas con Francisca de Moya. Se le  ve una persona activa que se veía obligado a firmar censos con diversas personas y entidades, entre ellas el hospital de la Caridad, los hidalgos Pedro de Pineda, Cristóbal Sánchez del Postigo. También lo hacía con el clérigo Gaspar de Oviedo  que algunos confundieron con el escultor afincado en Sevilla, el mercader Rodrigo de Castro y la madre de su esposa Catalina (María Ana de Torres. Vivía en una casa del Arrabal de los Mesones, cerca de las Entrepuertas, una casa por la que pagaba un censo al hospital de la Caridad. Complementaba sus ingresos con una viña en el Cerrillo de los Palacios como era muy frecuente entre los artistas que compartían otras labores de complemento. Su labor artística puede dividirse en su relación complementaria  que mantuvo con otros artistas, como escultor, ensamblador y carpintero de otros artistas.

En cuanto a escultor, ya hemos destacado su relación con su participación artística con el dorador y pintor Rodrigo de Figueroa y el pintor Pedro Sardo., trabajó la madera con la obra de la imagen de la hornacina de la Puerta

de la Imagen de la ciudad fortificada de La Mota. Y como entallador se refleja en todas las obras en las que participó junto con los enseres de la cofradía de la Veracruz, que abundan en su inventario para las andas, cetros, insignias, crucifijos. Por el inventario se le ve también participando con Jusepe de Burgos que le debía, según las declaraciones, una gran suma por cierto, se encontraba este escultor en Granada por esta fecha. También  el ayuntamiento alcalaíno le debía 6.000 maravedíes por el chapitel de la Mora y otras obras. Abunda su  labor de ebanistería, y elementos formantes de la arquitectura retablística y mobiliario familiar de lujo para la élite de la ciudad con su trabajo de carpintería, en la cantidad que restaba de seis ducados en el monasterio de Monjas de la Santísima Trinidad.

No solo entallaba obras de arte o mobiliario de los edificios civiles, sino que realizaba esculturas como Nuestra Señora de la Puerta de la Imagen de La Mota. Viene a colación un nuevo documento del escribano Bernardo Pérez de Herrera en 5 de enero 1555, cuando aparecen dos tipos de obras que se corresponde con esta doble faceta de artista y artesano. Se comprometía  a que

«dará hecho e acabados con toda perfección al convento y monasterio de Consolación tres cajones y todo lo demás que para ello conviene y entiende para el vestuario y sacristía con sus cajas y cerraduras y aldabillas y todas las guarniciones de hierro y a de ser de la misma altura y largura e obra que tienen los cajones de la sacristía del monasterio de San Francisco de esta ciudad salvo el respaldo que tienen encima de buena madera de pino».

Este artista  se muestra también retablista  con la con el notario Diego López, con quien se comprometió «a hacerle el retablo y la capilla de su madre Elvira González». Por tanto, no se queda su labor en ser un simple entallador, con muchas entradas ajenas a su oficio, sino que interviene en retablos, capillas, mobiliario eclesiástico.

En este año de su aniversario, es digno de merecimiento que la casa de portada de piedra de Pablo de Rojas  se destacara y honrara con una placa conmemorativa aludiendo a esta mansión sede de artistas y lugar de su nacimiento.

 

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