ENTRE FERIAS, LA MOTA
Ya no hay que decir que se está convirtiendo la ciudad alcalaína en la ciudad del ocio. Pues, se ha repetido lo que venimos expresando hace años, entre festivales, fiestas de barrio y aldeas, encuentros culturales y festividades religiosas se ha intensificado un verano muy caluroso, sin poder dar a abasto para acudir a un acto. Hemos aprendido lo mejor de aquellos romanos en entre el binomio del otium y negotium, porque nos hemos inclinado al disfrute del ocio, y, cada vez recortamos los tiempos de negotium, lo que no es diversión, sino trabajo físico e intelectual. Aún caminando a la sociedad del ocio, proliferan los días feriae, los festivos en todos los meses. Y eso es lo que ocurre con el septiembre alcalaíno. Septiembre se levanta festivo con la feria de muestras y se dormirá en el mismo estado en sus últimos con la feria de San Mateo. Si, además, se mantiene la feria de ganado, el calendario festivo y escalonado de ferias de los pueblos de la Sierra Sur, no deja una semana libre para disfrutar del ocio.
Si a esto añadimos que el mundo digital ocupa un gran espacio en
las actividades del ocio, no queda
rincón alguno para las actividades del
negocio, porque la ciudad también se ha visto representado en diversas formas
de muestras de disfrutar el ocio a
través de diversos medios de comunicación. La fortaleza de la Mota lució en el
programa televisivo Master Chef con unas
imágenes sensacionales y una puesta en público nacional, que no hubo rincón
español que no conociera esta remozada fortaleza. Pero, como me decía un
antiguo emprendedor alcalaíno, todas las obras
o empresas deben, como negocio, y por ende disfrute en tiempos de ocio,
crearse, mantenerse y mejorarse. Aunque estamos en tiempos de ingratitud con el
pasado, es el momento de no olvidar esta
triple actividad, y, sobre todo, la de mejorarse, pues el contrapicado de las
imágenes aéreas mostraba la mella de la muralla de Santiago. Y a este mejora hay
que comprometer a todas las instituciones andaluzas y españolas para cerrar la
restauración de la Mota, como ciudad de ocio, y, por qué no, de negocio, como
recibió el premio de Hispania Nostra en 2018 gracias a los convenios entre las
instituciones locales, andaluzas y españolas.
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