Cuando los franciscanos abandonaron la ermita de San Marcos, se mantuvo abierta la ermita y sus casas, donde solía estar un santero. Por un documento ante Martín de Alcalá en 16 de julio de 1567 Pscual Gómez era el santero, le dba poder a su hijo Pascual para cobrar los servicios de su hija María que había servido a Juan Díaz de Antequera en la ciudad de Pasadas.
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