EL ESTANDARTE DE LA HERMANDAD
DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Y
JUAN MARTÍNEZ MONTAÑÉS, BROSLADOR.
La fiesta del Corpus Christi fue y es una de las principales celebraciones de la Iglesia Católica en honor a Jesús Sacramentado. No cabe duda que la Contrarreforma y el Concilio de Trento coadyuvaron a su difusión y su propagación. Como dice Amador Vico, " El Concilio de Trento abordó el tema de la Eucaristía en dos sesiones y desde dos puntos de vista: el dogmático –definiendo con
claridad la presencia real de Jesús en el Santísimo Sacramento, rebatiendo así las tesis protestantes– y el reformista –intentando corregir
prácticas supersticiosas que con el paso del tiempo se habían implantado en torno a la misa–:
En la sesión XIII del Concilio –11-X-1551– varios teólogos –entre los que destacaban los españoles Diego Laínez, Martín Olave y
Melchor Cano– defendieron la presencia real de Cristo en la Eucaristía, excluyendo todo simbolismo. Los decretos dogmáticos más
importantes que se proclamaron fueron el de «la transubstanciación;
el culto y veneración que se le debe y la facultad de reservarlo en las
iglesias y llevarlo a los enfermos; la recepción sacramental y real de
Cristo en la comunión; la obligación de recibirla; la debida preparación para ella. Al mismo tiempo se condenan las doctrinas contrarias
a la presencia real» . Mas importante, si cabe, fue la sesión XXII
–17-IX-1562–, en la que se aprobó el cariz propiciatorio para vivos y
difuntos, la doctrina sobre las misas en honor de los santo.
El pueblo católico suele celebrarlo con el día festivo del Corpus y su correspondiente octava. Junto con la misa oficial y procesión, se añadía, por otra parte, el acompañamiento de muchos elementos profanos que acompañaban la procesión, a través de la comparsas de los gremios, recitaciones de grupos de música y escenificaciones de autos.
También comenzaron a surgir las nuevas hermandades sacramentales con el nombre del Santísimo Sacramento. En concreto, el 12 de mayo de 1581, el cabildo municipal de Alcalá la Real suplicó al prelado su erección cofrade, basándose en la Bula de Paul
o III, que concedió la aprobación de la cofradía mediante la bula “Dominus Noster Jesus Christus”. Su nombre se debe a que la cofradía se estableció en la Iglesia de Santa María sopra Minerva, construida sobre el templo de la diosa Minerva y regentada por los frailes dominicos, que habían recibido la propiedad del papa Alejandro IV en el s. XIII.
Se sabe que esta cofradía estaba muy ligada al reservorio de la Eucaristía.
La finalidad de la Cofradía fue promover el culto del Santísimo Sacramento, porque a partir del concilio de Trento y del Decreto de Paulo III, era obligatorio colocar el Sagrario o el Tabernario de la Reserva Eucarístico sobre el altar; esto promovió la aparición de capillas destinadas al culto eucarístico.
Así, con la denominación de «Minerva» se conocía a las iglesias pertenecientes a la Archicofradía del Santísimo Sacramento, y a la función eucarística que se celebraba cada tercer domingo de mes.
- Comisionándose a los miembros, Pedro de Pineda, el alcaide Rodrigo de Góngora y Juan de Aranda Góngora, ante el Arzobispo de Granada, para que “ franquease copia autorizada de ella, “. Y trajeron desde la capital de la Alhambra el decreto de fundación y las constituciones, que conservaron en el archivo de la cofradía. Muchos hidalgos y miembros del cabildo pertenecieron a dicha cofradía. Se realizaron sus andas, su custodia, y otros objetos litúrgicos a lo largo de los siglos XVI y del XVII. Entre objetos, era fundamental que se distinguiera la cofradía con la insignia correspondiente. Y, muy curiosamente nos la encontramos ante el escribano Alonso Ordoñez (LEGAJO 4610, FOLIO 130) en 14 de febrero de 1586, siendo testigos Juan de Baeza , Luis Hernández de Cardera y Alonso Gutiérrez de Villalobos. Por el documento de obligación y contrato, el broslador Juan Martínez Montañés se comprometía a realizarlo a la cofradía. Se aportan nuevos datos sobre su vida y la estancia de la familia en Granada. Pues era vecino de esta ciudad en la colación de Santa Escolástica, y vino a Alcalá, donde, como estante, llevó a a cabo la operación y contrato. Y especificaba “ me obligo a hazer un paño para la cofradía del Santísimo Sacramento , que en esta ciudad está instituida, que se entiende de la insignia del Santísimo Sacramento, que es el cáliz con la hostia y dos ángeles, que le acompañen”. Por este tiempo su hijo el Dios de la Madera debio vivir con el padre antes de su marcha a Sevilla.
Sus medidas eran 56 centímetros de ancho y 66 de largo “ han de tener dos tercias de ancho a bordadura , y de largo tres cuartas en proporción y, según la forma y manera que está en las muestras firmadas de los nombres de los señores Pedro de Pineda Valenzuela e Pedro de Pineda Góngora, regidor, que yo llevo en mi poder y queda en el susodicho".
Y añade “junto con esta bordadura en los remates a de tener quatro agnus deis y estos an de tener quarta de ancho en redondo, y en las quatro esquinas del paño flores grandes, que acompañen a la insignia del largo una tercia, y otra de ancho".
-La fecha de finalización era , “y a de estar acabado de esta forma para el Domingo de Ramos primero”.
-El precio “ se me an de dar quarenta ducados y, si apreciado montare más y en este aprecio subiere asta veinte ducados, se me an de pagar diez solamente y, si montare menos de los dichos quarenta ducados, y sí el aprecio se hiciere eso, se e me a de pagar y no más. Quiero en quenta de los dichos señores Pedro de Pîneda Valenzuela y Pedro de Pineda Góngora doce ducados y, lo de más de ir pagando y, acabado de hazer, se an de acabar de pagar y no cumpliendo los susodichos doy facultad os susodichos que por los dichos cuarenta ducados e intereses e costas se me pueda ejecutar”.
Exponemos en el presente artículo un grabado, parecido al que debió servir de modelo, y estandartes con la iconografía descrita muy interesante para el caso de que se quisiera reconstruir este estandarte, como se hizo con el de la Virgen de la Cabeza.
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