Hoy no ha salido la hermandad del Ecce- Homo. Ni los tambores roncos ni las trompetas de hojalata tocaron diana. Los fueron individualmente en su casa.
Se hizo la oración por el párroco. Por la pandemia.
Y nosotros recordamos especialmente.
IN MEMORIAM
Para MARÍA JOSÉ CARRILLO
Nuestra
hermana de Ecce-Homo se nos ha ido y la
ha recogido en su seno el Señor del
Ecce-Homo. Fue una cofrade pionera en muchos campos. Primera mujer Pregonera de nuestra hermandad
en Semana Santa y en nuestras procesiones cantando la Pasión y Muerte de Jesús,
y siempre comprometida por su esencia
cofrade a todo lo que le pidió la hermandad. Siempre, mostró su generosidad
fraternal para colaborar en que esta hermandad l legara a ser una realidad,
nunca abandonó el barco y remó con todo su esfuerzo para mantenerlo en el mar
cofrade de la Semana Santa alcalaína.
Gozó siempre de transmitir alegría y compromiso para hacer hermandad, dando
fiel testimonio y manteniendo nuestros valores de la tradición semanasantera.. Nuestra hermandad llora muy intensamente su
pérdida, quiere acompañar en este profundo pésame de su ausencia a su
familia, y eleva su oración por su alma ante el Señor del Eccehomo.
PARA JOSÉ MOYANO

Tampoco, a las nueve y media salió la Lámina del Ecce-homo de la calle Industria del barrio de la Cooperativa .
Ni se recogió a la tropa por el capitan escalonadamente, ni tampoco se hicieron las dos porcesiones desde las casas, ante y despues de Jesús.
No se hizo el paso de la Sentencia por Pilatos.
Ni la tropa de antaño desfiló.
Ni los signos de Pasión.
Ni los soldados romanos.
Ni se desfiló con la Verónica desde su ermita.
Ni La mujer de Pilatos.
Ni cantaron los pregoneros.
Ni los Azotes
Ni Los reos.
Ni la Lanzada.
Ni volvió a la casa del nuevo mayordomo el Señor del E cce-Homo.
Ni muchas gentes se asomaban por ventanas balcones, la Subida de Jesús con la cruz a cuesta por la calle Real/Calvario.
Ni la Venta de Jesús.
Ni el de Simón Cirineo acompañó a Jesús.
Ni El arrepentimiento de Judas.
NI SALIÓ NUESTRO CRISTO DEL PASO LA LANZADA
Todo quedó en casa, con sones de tururu, atabales roncos, rezos a las imágenes.
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