
Por otro lado, el almacenamiento del agua se llevó a
cabo mediante aljibes que suelen remontarse a tiempos romanos y musulmanes, e,
incluso posteriormente, se reconstruyeron o se levantaron de nuevo, en tiempos
de Edad Moderna, al aumentar las necesidades de la población y crecer dentro
del recinto. Pues era el sistema más seguro y operativo, y más cuando se
contaba con varios pozos, como era el caso de la Mota para el
abastecimiento constante de los vecinos. Los había, en su mayoría privados y
otros de uso público como los del pasadizo, llamado del Altozano o de la
Conquista, entrada de Cárcel Real, a los que hay que añadir el de la casa de
Rosado y varios en Arrabal Viejo.

El aljibe antiguo suele revestirse su mampostería y
enlucirse con la mezcla de cal y arena y almagra para procurar hacerlo intranspirable,
suele recoger el agua mediante una canalización de doble caña procedente del
tejado. El color rojizo de su enlucido es consecuencia de haberle aplicado
en sus paredes la mezcla hecha a base de óxido de hierro, resina de lentisco,
arcilla roja y otros materiales que conseguía que el agua no se corrompiera. El
aljibe que se ofrece en la planicie de la Mota presenta la forma abovedada y
recubierta de esta pintura de almagra que era impermeable, a la que se abrían
unos respiraderos que contribuían al buen estado del agua. No es el caso alcalaíno
la traída por acueducto u otras vías salvo el transporte animal, que venía
regulado por una ordenanza de precios. 

Dentro de este sistema, este contrato entre el regidor
Alonso de Cabrera y el cantero Diego Martínez Izquierdo, ante el escribano
Francisco Ordóñez en 12 de noviembre de 1547. clarifica el sistema constructivo
y otros aspectos de los aljibes para comprender los aljibes de la ciudad
fortificada de la Mota. Recoge la manera, traza y condiciones de una casa en la
que vivía, en el entorno del barrio militar de la Mota. El aljibe se levantaba
en el patio de su casa labrado de piedra, tanto la bóveda como las paredes
juntas por la parte de dentro. Las dimensiones eran: de largo trece pies (4
metros) y de ancho diez (3 metros) y de profundidad (de hondo) conforme al
suelo del aljibe viejo que está cubierto a donde se ha de hacer el dicho aljibe.
Diego Martínez y sus oficiales corrían a cargo de sacar la tierra, de la hoya
del dicho aljibe y por su parte Alonso Cabrera les proporcionaba el agua
que se necesitara, la madera de la cimbra y una tinaja de aguapié para los
trabajadores. También de Diego ha de ser toda la piedra, cal y arena, sacarla,
traerla y asentarla, La piedra debía ser la cantera de los Llanos de esta
ciudad, e insiste en la piedra labrada y sacada de la bóveda. La obra
debía estar acabada en mayo de 1548, y, si se incumplía el contrato, podía
llamar a otros maestros y oficiales a costa de Diego Martínez
Con este aljibe, se asiste a una nueva reurbanización del
recinto amurallado de la Mota, entre las nuevas calles y casas se cuida del
abastecimiento y almacenamiento del agua en el siglo XVI. Los nuevos maestros
de obras participan con los nuevos sistemas constructivos, que reconstruyen,
amplían o restauran los anteriores musulmanes, como se demuestra en este
artículo. Nada menos que junto a canteros famosos las trazas provenían de
Martín de Bolívar. Parece que los recintos de las casas eran amplios para
ocuparse con grandes aljibes de agua de nueva cantería y relleno de mampostería
en las grandes mansiones, en sus patios de gran amplitud, de los
hidalgos. Y, de los públicos se llegó a los grandes depósitos que
abastecen a muchas ciudades de España.
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