NAVIDAD ALDEANA. EN IDEALA ALCALÁ LA REAL.


Visitar las aldeas es recordar su pasado, sus costumbres, sus vivencias y
sus fiestas. Muy interesante es un recorrido por cada una de ellas en tiempos
navideños. Remontarse a tiempos que levantaron las primeras capillas y se
reunían en comparsas y pandillas familiares con zambombas panderos y los más
ingeniosos instrumentos de percusión, interpretando canciones y villancicos de
Navidad en la ermita de la aldea. Podrían revivirse la misa del Gallo en muchos
lugres y ermitas. Pero comencemos por la más cercana y en la visita del año
pasado encuadrando la escena navideña. Ante el altar mayor de Nuestra Abuela
Santa Ana, se levantaba un precioso belén, donde abundaba aquel paisaje verde
cubierto con el musgo de los peñascos y rocas de los Tajos y el cerro de la
Mota, Se apoderaba del panel de madera el amarillento serrín un desierto
repleto de dunas. El ingenio de la belenista artesano hacía moverse los mulos
en las eras de pan y trigo; los cangilones de las norias sacaban aguas de las
corrientes turbulentas del ficticio río Jordán; los herreros golpeaban la barra
de hierro, rojiza por la luz de fuego de fragua sobre el yunque; y los había
que movían las ruedas de moler de los molinos harineros. Simulaban los
molinos de Huéscar entre cantos burlescos entre el arrendatario y su mujer con
los usuarios del pan y harina.: Que vengo de moler, moler, /de los molinos
de enfrente, /y hablo con la molinera, /y su marido lo consiente. O los de
la Ribera Baja junto al cortijo Cerrato.
Que vengo de moler, moler/ de los molinos de abajo, /y hablo con
la molinera, /no me cobra los trabajos. O los de la zona de Frailes y los
del Cubo, Cabrera y cortijo de la Encarnación de la Ribera Alta. Que vengo
de moler, moler, /de los molinos de arriba, /y hablo con la molinera, /y no me
cobra las maquilas.
En el partido de campo de Fuente Álamo, hace unos años, algunas
comparsas se escuchaban cantando canciones de auroros de la misa de aguilando,
con un tono algo desafinado y diferente
al que interpretan los coros de San Juan y los de Priego: Zapatero que estás
remendando/ todica la noche a la luz del candil,/luego viene la
Aurora y te llama,/Dices que no puedes, que vas a dormir./No has de
permitir,/por estarte otro rato en la cama/ el Santo Rosario no pueda salir./Incluso llegó a las
Ventas del Carrizal, donde Juan Barranco,
con 62 años en 1995 entonaba :
Es María la blanca paloma/que un día en España/la vieron volar/ en el
centro de una hermosa nube/ vino a Zaragoza/ en carne mortal/Y Santiago
como lo sabía/cayó de rodillas/al pie del pilar.
Estas comparsas se conectaban con la
tradición de los aguilanderos, grupos espontáneos de hermanos de cofradías (
en Alcalá y en las aldeas, hay noticias de las de las Ánimas , del Pecado
original o la de Nuestra Señora de la Aurora) que iban de una casa a otra de
los hermanos con rústico acompañamiento musical de zambombas, panderos, panderetas,
instrumentos de percusión, algún violín , guitarra o laúd cantando
villancicos, que culminaba con el canto del aguilando real : El aguilando real/ son tres Kilos de
tocino, /cuatro de bacalao/ y arroba y media de vino,/Con el kiriki,/Con el
kirikando,/de aquí no me voy/sin el aguilando,/ dámelo con ligereza,/ que la vecina de enfrente/ me llama con
la cabeza/Con el kiriki, con el kirikando,/ de aquí no me voy/ Sin el
aguilando. Y la guinda final: Vamos cantando/ a la vez que pedimos/ el
aguilando. que le den/ con el rabo/ en la sarten. Y con gran fuerza, tocan en las estrías del
vidrio de la botella de aguardiente: Que le den/Con el rabo la sartén.//.
Y más centrados en la Navidad, seguimos
la ruta aldeana con un villancico romanceado de larga extensión,
desgraciadamente desaparecido que contaba el relato de un milagro o escena de
la infancia de Jesús, Lo referían las constituciones abaciales de Juan de
Ávila, que, por estas fechas, se hacían en algunas iglesias y ermitas “algunas representaciones, juegos o
remembranzas u otras cosas semejantes”, por cierto, a veces “no muy honestas”,
porque, como hemos referido, en la celebración de aquellos autos o teatros
menores se introducían algunos versos graciosos “las célebres morcillas”
teatrales. Escuchaba los cantos de los largos romances. Preciosos y llenos de
lirismo le resultaba el villancico “Cuando el Eterno se quiso hacer Niño”, o del
“Niño Jesús Carpintero”, o los más universales “Los desposorios de San José, “La
huida a Egipto”, o “la Posada”. Eran parte y herencia de los misterios
medievales, pero los abades tuvieron que prohibirlos en su tiempo, para
que no se celebraran en las iglesias por causarse algún que otro escándalo.
Pero pervivieron en las ermitas y en las fiestas de las aldeas. Pues, un siglo después, estos villancicos y
estas representaciones se refugiaron en las fiestas profanas, con el
nombre “farsa, aunque sea en lo divino”, lo que demuestra la pervivencia
de estos romances y misterios de Navidad, como recogen la constitución 5 del
título XIII del abad Pedro de Moya. En nuestros tiempos, estas
escenificaciones quedaron como un testigo deformado en los colegios, en algunos
templos y reuniones familiares de aldea a la luz del candil. Incluso, en aldeas
de La Rábita, Hortichuela y San José, donde a veces sustituyen Caminito
de Belén, por de Egipto para Belén
y con un final de estribillo lírico muy reiterativo pero muy preciado en este Verde
Naranjuez : Camina la Virgen pura, viva el amor,/camina la Virgen
pura, viva el laurel,/caminito de Belén,/viva el amor,/ viva el laurel,/caminito
de Belén.

Pero tampoco faltaba en las aldeas los villancicos
cortos de redondillas, y cuartetas Desde villancico
jaenero con estos versos Entre olivares y cantos,/Lo mismo que en Israel/entre
olivares y cantos,/lo mismo que Israel,/El Niño de Dios debiera/ haber nacido
en Jaén.
Y como una canción
andaluza de sabor navideño e invernal:A la una canta el gallo,/A las dos el perdigón/A las tres la tortolilla/Y a
las cuatro canto yo./ O con estos versos de música y letra de nana: Ya se acerca la nana sombría,/Ya se esconden
los rayos del sol,/Ya de estrellas se cubren los cielos,/Ya la luna su
disco asomó que se interrumpía con esta letra a más profana en medio de los cortijos de la Rivera del
Palancares o del río san Juan: ¿De quién será esta casita/ con estas torres
tan altas?/ De Antonia o de Victoria,/ Dios les dé muy buenas Pascuas.Villancicos que acababa con la canción de cuna para acostar a los niños: Ea, ea, / Ea, nanita, nana, Nanita
sea/Mi Jesús tiene sueño, /Bendito sea, /Ea, ea. /Cuáles son tus ensueños/Y tus
alhelíes, /Qué es lo que tu estás soñando/Que te sonríes, /Ea, ea, Ea, /nanita, nana, anita, ea.FRANCISCO MARTÍN ROSALES
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