EN ALCALÁ INFORMACIÓN. NAVIDAD
SE ACERCA LA NAVIDAD


Se
acerca la Navidad. Y no han llegado sus Vísperas con las fiestas de Santo
Domingo de Silos, ni el Solsticio de Invierno está a las puertas de la esquina.
Faltan varias semanas para las fiestas navideñas, está recién inaugurado el
Adviento, y la aceituna se encuentra verde en las ramas de los olivos de
nuestros campos. Pero, el mundo comercial puja y porfía por iluminar sus
negocios, y obliga a las instituciones púbicas a alumbrados extraordinarios, con
guirnaldas cubistas y árboles electrónicos de Navidad, en este caso de redes de lucecitas
de colores,para proteger los montes y convertirse en paladines de la de defensa
ecologista. La luz le ha ganado el terreno al sonido musical. La estrella
lucífera de la fortaleza de la Mota ha recogido, quinientos siglos después, el
faro encendido de la Torre Nueva de la Cárcel Real. La imagen vale más que mil
palabras, en este caso mil notas musicales.
Tan sólo ensaya la rondalla de los
viejos alumnos safistas villancicos
navideños; y los nuevos amantes del flamenco entonan compases con letras del
Niño de Belén preparando sus recitales navideños. Se anuncia el Belén Pasional
del grupo parroquial de Los Apóstoles y Discípulos de Jesús, y, en lugar de los
Reyes Magos, el Papa Noel y Santa Claus
comienzan a proliferar en las tiendas de los chinos y se ofrecen en diversos tamaños y formas
estandarizadas para adornar las puertas de los pisos y los balcones, jugando a
ladrones buenos escalando escaleras de plástico. Parece el mundo al revés, ya
no se espera la Epifanía para hacer regalos, sino que, en muchos hogares,
invaden las costumbres anglosajonas de regalar por los primeros días de
Navidad. La fiesta de Santo Domingo, sin mucho entusiasmo festivo, concentra en
su semana la mayoría de los actos culturales y ágapes de amigos, empresas y
asociaciones.
Ha
pasado el 450 Aniversario del Nacimiento de Juan Martínez Montañés. Y deja sus
huellas. Se convoca un concurso nacional
de escultura, y se anuncia como actividad complementaria una nueva muestra en
la ciudad de Sevilla. Es el momento de compartir la vivencia estética de una
ruta por sus lugares de producción artística, o de acudir al Museo de Bellas
Artes y contemplar in situ su paso por tierras sevillanas, desde el hercúleo
San Cristóbal a la intimista Cieguecita de la Inmaculada Concepción, de
retroceder al colorido del policromado de las tallas de Santa Clara, de palpar
a corta distancia las tablas de San Juan Bautista del retablo de la iglesia
de la Anunciación, de contemplar, a modo
de dialogo, la imagen san Jerónimo de
San Isidoro de Santiponce, de interrelacionar la gubia de sus obras de San
Leandro o de Santa Ana con los cuadros de su pintor estofador el maestro
Francisco de Pacheco.
Se acerca la Navidad. Y, sin embargo,
la economía ha cambiado muchas costumbres y muchos sistemas de trabajo. Ya no
se espera para dar el pistoletazo de salida la festividad de la Pura, ni que
las aceitunas se encuentren negras en
los olivos marteños, en detrimento de los antiguos picúos. Se adelanta el
tiempo de la recolección, se busca la ecología de los primeros aceites de caldo
verdoso, y se llena la estación de emigrantes a la espera de la llamada de los patronos,
donde predominan los africanos, de tez negra o de color membrillo, como
referían nuestros antepasados a los norteafricanos. Ante la falta de mano de
obra local, o, más bien el absentismo de los parados del terruño, abunda la
oferta de unos trabajadores que acuden desesperados a paliar su pobreza y de sus familias en tierras extranjeras con
una temporada que a veces no alcanza ni los treinta días. Se ha cambiado el sistema de esclavitud de
siglos pasados por la oferta de personas que, a veces, sufren los desgarros de
la deshumanización de nuestro tiempo. Ahora, el trabajador extranjero a cuenta
del patrón, no es el instrumentum vocale de tiempos romanos. Incluso disfruta
de alojamientos de nuestro recinto histórico y patrimonial de los campos y
aldeas, comparte los derechos laborales de los convenios agrícolas y se integra
armoniosamente en muchas familias agrícolas. Pero, todavía, perviven vestigios
de sufrimientos de duermevelas al cielo frío de las noches alcalaínas, reciben
la ayuda subsidiaria y asistencial de las entidades caritativas y no se puede
comparar nuestro pasado migratorio en tierras europeas con el que reciben los
nuevos emigrantes.
Se acerca la Navidad. Lucen banderas,
en las fiestas profanas de la Constitución del consenso. Y el relato llena de
ficción y evasión muchos hogares. Entre ellos, la mujer ocupa las páginas de
los rotativos. Curiosamente, los alcalaínos no olvidan que son gente de
frontera, y la mujer queda muy bien relatada por Juan José Montiel en su nuevo
Premio del Relato Noche de Reyes en la VI edición , que convoca el centro
alcalaíno de la UNED. En hora buena, por
tu premio tercero. Muy merecido.,
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