V PREGÓN DE LA CRUZ DE MATUTE
Buenas tardes, amigos y amigas convocados a la Fiesta de la Cruz
de Matute.
Este año, muy tardía ha sido la fiesta de la Ascensión del Señor,
nada menos que el dos de Junio, acostumbrados como estábamos a mediados de
mayo. Ya no se retrasa el agua, sino que el calor nos invade desde primero de
año. Y menos mal que algún respiro nos dio el mes de abril/ aguas mil.
Orgullosos
del legado de la Asociación de la Cruz de Matute, os hemos convocado a esta
fiesta en torno a la cruz. Como decía
nuestro poeta Juan Ruiz, el arcipreste de Hita, recordando las correrías de su padre Arias González por estos cerros
entre serranos, y haciendo verso sus amores con una dama llamada Cruz:
Mis ojos non verán luz,
pues perdido he la Cruz.
Cruz cruzada panadera,
tomé por entendera,
tomé senda por carrera
como andalúz.
pues perdido he la Cruz.
Cruz cruzada panadera,
tomé por entendera,
tomé senda por carrera
como andalúz.
Como andaluz que marcan las bandas de
los hermanos directivos de la Junta,
entre el blanco de los brazos de esta encalada cruz y el verde del encinar,
o como el verde de los esparragales de
las nuevas hazas en torno al Palancares y
el blanco de las aguas de los arroyos de Cañadas y Ana Ramos. O el blanco de las casas de los vecinos del entorno de Matute y el verde de los prados de Ruiz Pérez y Capellanías.
el blanco de las aguas de los arroyos de Cañadas y Ana Ramos. O el blanco de las casas de los vecinos del entorno de Matute y el verde de los prados de Ruiz Pérez y Capellanías.
Y como aquel poeta, este año de nuevo os hemos agasajado con esta fiesta singular, que cantaban estos versos:
Prometiole por mi consejo
trigo que tenía añejo.
et presentole un conejo
el traidor falso, marfúz.
Cruz cruzada panadera ,
tomé por entendera,
tomé senda por carrera
como andaluz
tomé senda por carrera
como andaluz
Y este año, se han ofrecido el tradicional desfile de carretas que se
organizó desde la Loma de Solís, en medio de chirimías y tamboriles, y
canciones serranas de estas tierras de Montefrío, de Ambar, de Ruiz Pérez, de Las Ventas de Bramaderos, Endrinales,
Conejeras, Peñuelas, Esperanza, las Hoyas, Camello y otros aledaños entre Íllora, Montefrío y Alcalá la Real. Y queremos agradecer la presencia de todos
vosotros y el desvelo de las autoridades para que sea una realidad esta fiesta
campesina y tradicional.
Y, algún faro debió atraernos para compartir este día de asueto y
convivencia, recuerdo de nuestros antepasados, rememoración de las labores de
los años de braceros, y aldabón de la conquista del monte con la roturación de
los campos. Hoy día, rincón, agradable y
amenos de familias de diversos rincones del mundo como los Sánchez Morales, los
Rovie y Coin, o remembranza de la familia Ramírez, Cano, Briones y Coca.
Atalaya natural desde donde se asoma alcahueta la fortaleza de la
Mota entre cerros y olivares; mirador de la Parapanda, cerro de dádiva real y trono de comunicación de la Vega
de Granada y de la Sierra Sur.
Este faro fue esa cruz de puntas redondeadas levemente, cruce de
la Cañada real de Córdoba y Granada con el cruce de los Endrinales, testigo de
los antiguos monfíes , alwayales y alfaqueques, a donde convergía el camino de
Ïlllora, la colada de Agreda, y los caminos que venían de Montefrío desde el cordel de los Playeros Esta
cruz mimada por los vecinos y los miembros de esta asociación ,restaurada, con
un cuerpo nuevo, emplazando al antiguo pedestal, que soportaba al travesaño y
cabeza de toda la vida. Se eleva sobre un pedestal a forma de pequeña pila con una pared de estrías redondeadas, en
medio siempre de vegetación de monte bajo.
Esta cruz es un símbolo y una historia de amor, con su estipes de palo vertical sin muestra
de condenado, y su patíbulo o palo de un encadenamiento de muchas personas que
la invocaron. Una cruz, no de tormento, sino de tender las manos, y de abrir
estos campos, como dicen sus organizadores, para hacer historia.
Una cruz de alegría y fiesta, a los sones de Paco Martín y entre
las viandas que se han preparado para folgar y gozar, y bailar y danzar. Esta
tarde, entre nuevas serranas y apolíneos mozos, herencia de aquellos bailes
aldeanos y de cortijos, que convocaban a miles de vecinos en medio de la
dispersión rural,. Hoy, modernizados con canciones de nuevos tiempos al son del
Trío del Paraíso. Las serranas del Arcipreste se convierte en las serranas de
Matute y cantan y bailan , mientras esperan el turno de suerte para elegir al nuevo
hermano mayor
No creo las rosas
de la primavera
sean tan hermosas
ni de tal manera;
hablando sin glosa,
si antes supiera
de aquellas doncellas,
de Matute mozas.
Y mientras
los hombres, de seguro que les devuelven estos versos de estrambote
final de García Lorca:
La cruz.
(Punto final
del camino)
Se mira en la acequia.
(Puntos suspensivos.)
Y nosotros con el Trío Paraiso, bailemos hasta el final, alargando la tarde hasta que el sol se
convierta en mortecino,.
Viva la Cruz de Matute.
FIN
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