EN IDEAL ALCALÁ LA REAL, MI ARTÍCULO SOBRE LA VERACRUZ.
DE LA COFRADÍA DE LA VERACRUZ AL SEÑOR DE
LA COLUMNA La
cofradía de la Veracruz, ligada con la iglesia de San Juan de
Letrán, recibió del Papa Julio III en 1553 una bula papal por la que
se permitía su fundación y erección de ermita, capilla y hospital,
concediéndole las mismas indulgencias en las fiestas que lo recibían en la
basílica romana.
Son muy importantes
sus primeros cabildos que nos ilustran de la vida ,
bienes y objetos cofrades ( dos arcas para la Cofradía y
para el Hospital, una cruz de madera, obra del pintor Rodrigo de
Figueroa que la doró y pintó, los ocho cetros del mismo pintor y las
crucetas de las puertas, atriles, la cruz de enterramiento- en una cara la
insignia de Cristo, y en la otra, la Señora de la Concepción- el
pendón de la cofradía, un arca pequeña con el Libro de la Regla, escrituras,
entre ellas la Bula traída de Toledo para ganar indulgencias, ocho ciriales,
pintados de verde, tacillas de madera con la cruz de insignia de la Hermandad y
hostiario, objetos litúrgicos, frontales de altar, el pendón de lienzo
teñido Y
juegos de vestidos sagrados); y además se aprecia la introducción
penitencial de la Cofradía con el contrato de un trompeta de Granada, la
confección de una treintena de túnicas negras, las insignias que
pintó Pedro Sardo, los tronos, las andas, los ciriales ( que costaron dos mil
ochocientos cincuenta maravedís que pagó a Rodrigo de Figueroa, amén de la
labor de carpintería de Martín Pérez , entallador que alcanzó la suma de tres
mil setecientos ochenta y dos maravedís para las andas del Crucifijo e imágenes ),
las imágenes (un crucifijo grande de estatura de un hombre
con una corona de espinas con las púas doradas e está
puesta en una cruz de madera teñida de verde e está nuevo y sano y una imagen
de la Señora, con sus ropas, tocados y cofias). En 1578 aparecen nuevas
imágenes pasionales como "un retablo portátil con una imagen del Cristo
de la Resurrección, un crucifijo o cruz , dorado a la redonda y el
campo verde y en el pie cuatro escudos con cuatro penitentes, Nuestra Señora de
La Quinta Angustia, el nuevo pendón de la Cofradía con una Cruz y
las insignias de Pasión, también se enriquece la iglesia con la Virgen de las
Angustias en dos tallas, cuadros y capillas como la de la Cruz o
Jesús Nazareno, Nuestra Señora y San Idelfonso y la De Santa Quiteria.[2]De
los primeros años de la vida de la hermandad nacen dos aspectos muy importantes
de su participación de Semana Santa: el monumento del Jueves Santo y la
procesión del Jueves Santo por la tarde. Del primero hay que destacar que le
dedicaban todo tipo de gastos en carpinteros, pintores, y
luminarias. Su festividad inicial era la
celebración del día de la Invención de la Cruz.En el siglo XVII, fue
importante la unión que mantuvo con la Cofradía de la Santa Caridad,
formando el Hospital de la Veracruz y Santa Caridad,
manteniendo su cementerio y , lo más interesante, creando el Corral de Comedias
que sirvió de fuente de ingresos para la cofradía, La hermandad se dedicaba
durante este siglo a la fiesta de la invención de la Cruz, la Candelaria, al
monumento del Jueves Santo, a la procesión del mismo día, sin muchos gastos en
ella , salvo la trompeta contratada y los músicos y ministriles que acompañaban
a la procesión.
A pesar de que el principio de siglo significó un paso
en la reorganización financiera de la cofradía, el final de siglo supone una
gran participación en la vida cofrade de la Semana Santa. Su cabildo
era presidido por un miembro de la curia abacial, un notario o provisor, y
se celebraba el cabildo ordinario y t anual de elección de hermano mayor y
de nombramiento de cargos, tanto para la organización y funcionamiento como la
preparación de la procesión del Jueves Santo, el Domingo de Ramos y Día de la
Santa Cruz. Solían nombrarse el hermano mayor con sistema de rueda, así como
los alcaldes y patronos, y por tradición y experiencia a los cargos a los
pasos de imágenes y sus correspondientes gallardetes y banderolas, así como los
pasos que salían en la tarde del Jueves Santo. Generalmente, los primeros eran
un grupo muy reducido y formado por personas privilegiadas que
ejercían cargos municipales ( regidores, jurados, síndicos, escribanos,
alguaciles, recaudadores, depositarios… )y eclesiásticos ( presbíteros,
capellanes, ..) que comenzaban su mandato a partir del tres de mayo y nombraban
los capellanes para decir la misa los días de fiestas en la iglesia durante
toda el año, los demandantes para el Jueves y Viernes Santo y los
hermanos de banderolas, andas e insignias; , los segundos eran miembros de las
clases no privilegiadas y ejercían de campesinos y oficios artesanales. EL PASO DE LA SANTA VERACRUZ La
procesión, al principio, salía con los siguientes pasos: la banderola o
estandarte de la Santa Cruz con sus hermanos, a continuación, las andas de la
Santa Cruz; la hermandad del Cristo de la Columna estaba formada por su
gallardete y hermanos, seguidos de los de las andas del Cristo, continuaban las
hermandades del gallardete y andas del Cristo de las Penas; tras
estos, los de San Juan con su gallardete, y al final cerraba la Madre de Dios,
que recibía el nombre de la Soledad con su gallardete. A finales del siglo
XVII, se integraron los pasos representados y vivientes. Tanto el Cristo de las
Penas como el de la Columna adquieren una devoción especial por estos años. Con
la reorganización de la Compañía de soldados se muestran de nuevo los pasos en
la calle. Los primeros pasos de esta cofradía que se mantuvieron en todo
el siglo dieciocho fueron los Azotes, Profetas, Arcángeles, Planetas y Doce
Apóstoles. El paso del gallardete y el del Cristo de la Columna adquirió una
gran importancia y en 1768, se le concedió el privilegio de guardar los
cordones de plata de la imagen, algo parecido a lo que sucedió con el Ecce-
Homo en las prendas de Jesús Nazareno. 
En
los últimos años de vida de la cofradía, se transformó con el nombre del
Santísimo Crucificado de las Penas, manteniéndose todavía la placa del pendón
del siglo XIX. Algunos pasos, el tambor y la trompeta eran sus elementos
básicos en estos años finales (la imagen de San Juan, La Cruz
[4], el Crucificado de las Penas, la Soledad y el Cristo de la
Columna). Como cofradía penitencial se mantuvo hasta el decreto del Abad
Alonso y Gatica, desapareciendo por completo con la prohibición de las
procesiones, promulgadas por el Abad Palomino en los años 1791 y siguientes
hasta tal punto que no consigue una renovación posterior como le sucedió
al Dulce Nombre de Jesús. No obstante, la imagen del Cristo Crucificado de las
Penas, de la Columna y de Nuestra Señora de la Soledad siguieron
saliendo la tarde del Jueves Santo, salvo el año 1795, que en un nuevo litigio
con el abad Palomino transformó esta iglesia al servicio de la Parroquia de
Santo Domingo de Silos. En el siglo XIX, todos sus derechos y bienes pasaron a
beneficencia municipal y la propia cofradía, ya simple esclavitud, no tuvo
apenas vida, como se comprueba en la declaración de gastos ante el Alcalde
Constitucional de 1840. Tan sólo el paso del Cristo de la Columna
pervivió hasta principios del siglo XX y en el siglo XIX volvió a
reconstruir sus estatutos con la hermandad de los judíos.
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