En la izquierda de esta foto se encontraba el barrio de San Sebastián, hoy olivar. |
Calle de Subida de San Sebastián a Puerta Nueva por Peña Horadada |
De todos es sabido que en las iglesias, ermitas y claustros de iglesias se construyeron capillas y bóvedas de enterramiento o arcos. En Alcalá, muchas cofradías, personas, familias privilegiadas y el clero fundaron capellanías para ERIGIR estas capillas y hacer memorias y aniversarios de misas con motivo de la defunción de sus patronos. El cementerio civil de Alcalá fue una creación que partió de los últimos años del siglo XVIII en tiempos de Carlos IV, y que no se hizo realidad hasta el segundo decenio del siglo XIX. Así escribimos con la transcripción de esta acta del AMAR de 24 de enero de 1823 , con motivo de la construcción del cementerio, este nforme:
“Se estableció en 1819, fuera de los muro de esta ciudad, en el sitio denominado de la Mota , a bastante distancia de la población , en una altura que domina en todas las partes y que por consiguiente los vientos, cruzándose en direcciones opuestas, ningún perjuicio acaecerá en la salubridad de este vecindario, cercado de altas paredes y de los muros de la fortaleza que en su seno contiene el mencionado sitio, prevenido de firmes puertas y en extensión muy sobrada para un sinnúmero de años de este destino, y cuya naturaleza del terreno es muy a propósito para la pronta consumación de los cadáveres y que de él ningunas aguas se filtran ni comunican con las potables del pueblo. Asimismo, dentro de este recinto en la Iglesia , que fue arruina da a la retirada del Ejército Francés, se restableció y reparó una capilla, a donde se celebra el santo sacrificio de la Misa , y no a muy larga distancia se destinó la hermita del Señor San Blas, también separada de la población, para el depósito de cadáveres y celebración del Oficio de Difuntos. Todos estos objetos y atenciones fueron cumplidos puntualmente en observancia de las Órdenes Superiores sobre esta materia, y sólo han quedado sin ejecución, por haberse apurado los arbitrios para ello, la construcción del osario y habitaciones para el capellán y el sepulturero , como igualmente la limpieza y extracción de ruinas de la ya citada iglesia y sus antiguas bóvedas para colocar en ellas las correspondientes sepulturas, en que con distinción de párvulos a otras edades y de sacerdotes a otras personas, se hiciese el depósito y enterramiento de cadáveres según está prevenido, señalando al mismo tiempo el terreno que en segunda ocupación de la memorada iglesia, se necesitaba para nuevas sepulturas y aún el sobrante para si ocurriese a extraordinaria de alguna epidemias” .
Pero, tenemos constancia de que en las iglesias de San Juan y de la Veracruz, hubo cementerios en patios cercanos a los templos, que lindaban con la iglesia y casas anexas. Lo mismo aconteció en este primer cementerio hasta ahora localizado en la Iglesia de San Sebastián. Se encuentra en un contrato de venta de una casa del Arrabal Nuevo de la ciudad del llano, levantado en las Entrepuertas ante el escribano Cristóbal Gallego en 24 de julio de 1533 y siendo testigos Martín Sánchez de la Hinojosa y el albañil Francisco Hernández. Pedro Gutiérrez Montañés, un paisano de la familia del sastre Juan Martínez,vendió por 16.000 maravedíes a a Hernán López Torrevejano, hijo de Martín Hernández Torrevejano, una casa en situada en este barrio, y lo más interesante es la ubicación de la casa, lindera con el cementerio de San Sebastián y la calle Real, por ambas partes, bien deslindadas.
Por tro documento ante el escribano Alonso Ordoñéz (Legajo 4606, folio 200 r), se encuentra un censo que realizaba María Jurada con su su esposo Juan Sánchez Santisteban y se lo pagaba a don Lui Mendez de Sotomayor. Se basaba en que Pedro Gutiérrez Montañés, y Ana Ruiz de Medrano otrorgaron una escritura en favor de Francisco de Escobedo de unas casas en el arrabal de San Sebastián ( ante Bernabé Rodríguez , 30 de junio de 1534), luego se las dio a censo a Diego Gutierrez Torrevejano en 1540.. Y especificaba el sitio " en el disito de San Sebastiuán de esta ciudad, linde con la calle que sube a la dicha ermita y el cimenterio de ella y el camanino que va a la Fuente Nueva" estimadas en 26.000 maravedís. Luego se las vendieron a Bernabé Rodríguez y le sucedieron al censo don Luís mendez de Sotomayor y María Serrano su mujer, hija de Pedro Serrano de Alferez, a quienes pagaron los que hicieron el censo en 21 dias del mes de abril de 1578. .
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