EN ALCALÁ LA REAL INFORMACIÓN. TAL DE ARROBA.
TAL DE
ARROBA
Es curioso
el modo con el que suelen denominarse las calles en muchos lugares,
sorprendente resulta en el callejero alcalaíno. Las hay que responden, en su
mayoría, a algún vecino destacado
que vivía entre las casas de este
vial, sirva de ejemplo Gala o Antón de Alcalá; otras se reservan a un dato
relacionado con alguna institución o acontecimiento local, Veracruz, La Peste o
La Caridad; las hay de oficios o de familias, las del Pintor, Vicentes o Izquierdos. En tiempos recientes, se
ideologizaron y sufrieron cambios en consonancia con los periodos históricos, República, Primo de
Rivera o general Mola. Actualmente, se han inaugurado fórmulas muy
variadas; desde los nombres físicos
donde se asentaban, como Camino de
Charilla, hasta nuevos personajes nacionales o locales, Miguel de Cervantes o
del obispo Ceballos. Es curioso que algunas respondan a tiempos anteriores, que
no tenían nada que ver con el actual suelo urbanizado. Me refiero a calles como Moreas de Gamboa o Tal de Arroba.
De la primera, es evidente que esta calle se ubicaba en una morera, cuyo
propietario era el famoso regidor del siglo XVII Antonio López de Gamboa. La
segunda, Tal de Arroba, parece un enigma resolver su origen semántico. Este sintagma se pierde en la interpretación
y comentarios lingüísticos, pues el genérico
adjetivo indeterminado “tal” zozobra en su significado universal como un
étimo huérfano de algún sustantivo, y “ arroba”, a lo más que nos induce , lo
es, a una actividad comercial basándose en esta mirada que pervivió hasta
tiempos recientes para medir líquidos o pesar los sólidos.
Si
contemplamos la ubicación de Tal de Arroba, actualmente se encuadra en un nuevo
barrio de los años ochenta del siglo XX, donde a lo más que pueden pesarse las
calorías del vecino tras subir su cuesta en las nuevas máquinas electrónicas que quitaron aquellos ingredientes de pesas y
platillos a las tradicionales balanzas y sustituyéndolas por las pequeñas
pantallas que imprimen números de peso, e,
incluso, muestran dígitos ideales para controlar algunos parámetros de la salud
corporal. Pues, esta calle es una muestra de la evolución
urbana de un pueblo agrícola a una
ciudad moderna, con barrios históricos y zonas residenciales, del paso de
vecinos dedicados a las actividades
agroganaderas a una sociedad plural, donde el peso del mundo rural predomina, pero los servicios y las
actividades primarias y secundarias
ocupan un relevante lugar. Ya no se encuentran por estos parajes los ganaderos
que comerciaban en tal sitio o parte, la lana que poseían de tal ganado ,
y de tal esquilo de tal año, que vendían
su producto, su buena lana merina, deshaldada o deshervada, sin hierro ni
cadillo ni percanino, y lo hacían pesándola en
arroba por arroba en peso de cruz sin estar el cielo nublado ni suelo
rociado. Como es lógico, con los Llanos cercanos y au dehesa de ganado, lanar y
caprino, tal lugar no podía recibir otro nombre que el de
la operación comercial bajo la medida ancestral de la Arroba, Tal sitio de arroba a arroba. , que el pueblo redujo
Tal de Arroba. Desde los Llanos como parque periurbano, la atalaya
o mirador de sus terrazas, punto de origen de las rutas que surgen por sus alrededores para
adentrarse a otros lugares, con las viviendas de la clase media y la cercanía con los
servicios básicos de sanidad , educación y cultura, Tal de Arroba contempla el
cambio de una ciudad cuyo emblema es una ciudad fortificada de la Mota, que se
yergue en el entorno de un cerro, que cambió la tierra de cereal y olivar a otro parque de zona verde de sus
arrabales. Más que tal de arroba, atalaya de la ciudad.
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