DE LOS CONCEJOS ABIERTOS A LOS PRESUPUESTOS PARTICIPATIVOS

Siempre se
han desarrollado diversas fórmulas a la hora de la participación política de la
gestión pública. Deben distinguirse los órganos de gobernanza, como dicen los
italianos, de los consejos legislativos, y, por otro, la tipología los diversos
regímenes que se han sucedido desde el antiguo mundo grecorromano hasta la
democracia representativa actual. Todos
han intentado dar la voz al pueblo, salvo los periodos dictatoriales o feudales,
sobre aspectos fundamentales de la vida ciudadana. Más bien, de los vecinos.
Pues, solo podían votar en el mundo clásico más que los ciudadanos romanos
frente a la población esclavista; las clases privilegiadas frente las no
privilegiadas en las Cortes y los cabildos de la Edad Moderna; los rentistas
frente los no hacendados en la Edad Contemporánea.
Esto acontecía con el caso de los
concejos abiertos, aquella asamblea de todo el pueblo, que se celebraba a las
puertas de los templos para proponer medidas o legislar asuntos importantes a
lo largo de la Edad Media, e, incluso, en la ciudad de la Mota, tuvo lugar
alguna que otra reunión en la Edad Moderna; también, se arbitraban fórmulas de
participación por distritos, los barrios, colaciones o cuarteles para la
elección del personero, el defensor del pueblo. Ya muy cercana a la Edad
Contemporánea, se arbitraron fórmulas de participación política con la elección
por distritos de los síndicos personeros y diputados de común. Y de ahí, desde los
comicios de la democracia censitaria se pasa a la representativa,
donde nacen la representación participativa de comisiones, vocales de barrio y
otras delegaciones.
Es verdad que siempre ha predominado la dación de la voluntad
del súbdito, el vasallo y el ciudadano a los órganos corporativos o
gubernativos y a las autoridades, que legislan, gobiernan y gestionan de
acuerdo con su representación conseguida en las urnas, pero es muy bienvenida
que se arbitren fórmulas para recoger las inquietudes del pueblo a la hora de
tomar decisiones fundamentales para la vida de los ciudadanos.En el momento de ejercer la vida
municipal, no hay duda de que las habas están contadas y los presupuestos
municipales se ven obligados a cumplir, con casi todos sus ingresos, las
necesidades básicas, afortunadamente, acrecentadas, en los tiempos actuales desde
la entrada de la democracia en 1979, con el desarrollo de la sociedad del
bienestar. Hay que tener los ojos muy tapados para no darse cuenta que se ha
pasado de una sociedad autárquica y encorsetada a una sociedad abierta y mucho
más comprometida con el bienestar de los ciudadanos. Y se manifiestan mala
intención y espíritu negativita, si se deforma el último periodo democrático que
no se puede comparar en modo alguno con el desértico de la Dictadura. Del
sereno, el alguacil y escasos miembros
del orden público a varios cuerpos de seguridad
y del servicio de bomberos; de la beneficencia a la dependencia; de la
casa de socorro a varios centros de atención primaria y hospital de alta
resolución; de varias escuelas de primaria y concentración escolar en el centro urbano de Alcalá a los grupos
escolares de enseñanza del Olivo, El
Valle de San Juan y Sierra Sur, nuevos centros escolares, varios institutos, escuelas concertadas
y la extensión de la educación infantil a partir de los tres años, sin
contar la enseñanza no reglada y otros
centros formativos; de no existir ningún
polígono industrial a extenderse las concentraciones de suelo de servicios e industriales
en Retamal, Moraleja, Llano de Mazuelos, y los dos de Santa Ana; de la cámara
agraria a la OCA y Asociaciones
agrarias; de un recinto histórico a triplicar el suelo urbano; del viajero a las rutas del Olivo, Camino de Pasión, Tu historia ,
Castillos y Batallas, y de Carlos I; de la dehesa y cementerio de la Mota a una
ciudad fortificada museificada y abierta al turismo; de un pueblo de servicios
básicos a una ciudad moderna con redes tecnológicas,
del gas, de un eficaz alcantarillado y agua, de
depuradora..; de un parque de los Álamos a un parque periurbano y zonas
verdes en todos los barrios; de una red tabernaria a centros de día, de
mayores, de la juventud;de una parada a una estación de autobuses; de una
feria a una ferial; de unos caminos y veredas a una red municipal de carreteras;
de unas aldeas sin luz, ni red de agua
ni teléfonos a unos núcleos poblaciones como las calles de Alcalá con sus
centros sociales,
consultorios, escuelas, instalaciones deportivas…Por eso, las familias aplauden nuevas iniciativas que permiten el voto
a la hora de participar en este aspecto fundamental de la vida colectiva, los
presupuestos municipales. No dudan de que sus representantes los defienden con su
mejor dote el global montante de la vida municipal, pero se sienten participes
de opciones que puede mejorar el necesitado casco antiguo con su zona de
aparcamientos o de contenedores subterráneos, la vida de ocio, la población infantil
y los flecos de la urbanidad municipal. Como es lógico, en tiempos cuando
algunos adelantan la precampaña a casi medio año, esto será agua de borrajas,
pero menos da una piedra. Y, lo que hubo en los años anteriores a la vida
democrática, fue una losa, a pesar de que algunos no la quieren ver porque
nacieron con los espartos puestos y las vendas en los ojos. Entre zambombas y árboles de Navidad, Felices
Fiestas y Ventroso Año 2019.
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