UN
DESCUBRIMIENTO EN LA NOCHE EN
BLANCO POR EL BARRIO DE LA
TEJUELA
Calles arriba del Juego Pelota y Parras,
llegamos al Pilar de las Tórtolas y Camino de la Virgen de la Cabeza hasta lograr la
parada en la caseta del manantial de la
Mora vieja. Nos invitan los vecinos a una cerveza
fresquita y aperitivo, nos comentaban el carnaval de los años ochenta en
el aperitivo y un numeroso grupo que rondaban las sesenta personas
se concentraban a Jose Puche y al guía que redacta.
Hacemos una introducción de las primeras
placas del Mioceno y los manantiales que surgieron en su entorno, la
primera ciudad argárica del cerro de San Marcos, el recinto sagrado, la
cultura de las Cuevas y el manantial del poblado. Pasamos posteriormente a las
canteras romanas, el manantial y su canalización natural hasta la fuente de la Tejuela ; la época
musulmana en tono al manantial y su alquerías con el reflejo en la
toponimia ( Cauchil, Hacho y Azacayas) y la urbanización renacentista tras la
bajada de la ciudad Fortificada de la
Mota en tiempos de los Reyes Católicos. Nos detuvimos en la historia
el manantial , la primera caseta, la auténtica fuente de la Mora ( en el siglo pasado
desaparecida, llamada en los textos la
Vieja ) , la canalización a mediados del siglo XVI por
los Bolívar y el visto bueno de la familia de arquitectos granadinos de los
Machucas, las reformas y traspaso de las aguas a la Fuente de la Mora Nueva junto a
Consolación. Entramos a la caseta, de estilo sobrio renacentista ,
coronada por un tejado de cantería del estilo de los Bolívar semejante a los
casetones de las grabados de las Salinas de Filique y La Rábita. Contemplamos
la inscripción y el escudo de la ciudad con los castillos y leones sugeridos y
la llave desparecida totalmente, insinuamos en la primer visita la
inscripción Siendo Corregidor el muy noble caballero
..........................mandaron hacer los regidores ..... Me
referí a al año 1555 y no quise aventurarme al nombre del corregidor
insistiendo en que el alcalde mayor que había visto en otras ocasiones era el
doctor Quijada. Tras visitar las canalizaciones y manantial en un mundo de
mistérico con luces artificiales, bellísimo, en la noche del
embrujo, nos dirigimos a la
Caseta de la calle Corredera.
Posteriores reformas y canalizaciones de
aguas en tiempos de Antonio Martín Espinosa de los Monteros, siglo XVIII para
dirigir las aguas las calles de l Pastores, Dominicas, Fuente Nueva,
Plaza y barrios Medios. Finalmente José Puche informó y explicó datos técnicos
y las últimas canalizaciones desde 1874 hasta el depósito de la Corredera y subida
del agua hasta la calle Llana. Para ra terminar el siglo XX, con la última red.
Bajamos a ver las bóveda de medio
cañón del depósito, obra de los maestros de obras Cándido García y, Granados y La Morena , la placa
conmemorativa con el escudo republicano sin corona. Y de allí nos dirigimos a
su sala de máquinas bajo la calle corredera y un túnel de unos veinte metros ,
precioso lugar, que sirivió de refugio de guerra donde nos acechaba un enorme
Cerbero de un vecino.
De allí a la plaza, música de rock y de
conjuntos locales, abrazo a familias valencianas, subimos al museo de la Casa del Ecce-Homo y
tomamos un pestiño y arresoli de la familia los Vega, saludando muchas
personas por las calles. Habían superado todos los record de visitas en
los distintos recintos, y la magia de la noche de blanco Satén, el daimon creativo de la cultura
alcaláina
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