lunes, 18 de abril de 2016

CORREGIDORES JIENNENSES EN ALCLÁ LA REAL. (iv). LUIS LÓPEZ DE MENDOZA Y BERRIO (1672.1675)




Asomando La fortaleza de la Mota tras la Cabeza del Mo-lino en la Atalaya Alta
Pertenecía al linaje de los Mendoza, que se había afincado en el Reino de Jaén, entre los que destacaba su séptimo abuelo Fernando Díaz de Arjona que había sido frontero del reino y Alcaíde de Arjona. Este personaje participó en la campaña del rey don Pedro contra el rey Bermejo que se había enfrentado a Muhamad V, aliado del castellano en el reino de Granada en 1361, cuando acometió y pasó el puente del río Velillos, derrotando al rey rebelde. Estaba también relacionado con Ruy López de Mendoza, hijo del anterior, de quien le provenía el cargo de caballero veinticuatro por merced del rey Enrique III y que ejerció como corregidor en Úbeda en 1396, lo mismo que Juan Mendoza, antecesor suyo en León en 1456. La participación de otros antecesores suyos en la conquista de Granada colaborando con los Reyes Católicos  le valieron la concesión el título de mayorazgo el año en la persona de otro Ruy López de Mendoza en 1524 por parte de Carlos I. 
Su abuelo  don Luis López de Mendoza casó con doña doña Ginesa  de Corvalán y Berrio y ambos tuvieron por hijo a don Lorenzo López de Mendoza, padre del corregidor alcalaíno, que casó a su vez con doña Juana María de Berrio y Mendoza. El abuelo  intervino en la guerra de los moriscos de Granada y en la expedición de socorro de Cádiz en 1525. Ostentó en cargo de caballero de la Orden de Calatrava y veinticuatro de Jaén. 


Siendo caballero de la Orden de Calatrava, fue nombrado el año 1671, llegó a Alcalá el 27 de febrero de 1672. Anteriormente, había ejercido el cargo de veinticuatro del cabildo jiennense y ostentaba el título de señor de Torrejón, que lo relacionaba con el marqués de Mondéjar y el conde de Tendilla. El cargo municipal le granjeó un currículum importante por su labor de comisario en levantar "Tercios, compañías, concesiones de donativos y prorrogaciones, no sólo con su voto, sino solicitando el de sus deudos y otros para la más fácil expedición"[1]. Poseía además el título de Gentil Hombre de Boca de Su Majestad. Desde el año 1660, ejerció el cargo de administrador de las rentas reales en el partido y tierras de Jerez de la Frontera, Osuna y Estepa. También administró la gestión de las rentas y metales de Linares en servicio a la Corona. Su esposa era María de Mendoza. Tuvo por alcalde mayor don Juan de Vargas Villalón y Cobaya.
Su gestión en el corregimiento le obligó a enfrentarse a otras autoridades militares y religiosas en defensa de los vecinos alcalaínos. Incluso, su postura le costó el destierro a Loja y  Montefrío  y la separación de su cargo durante el año 1673 y 1674, siendo sustituido por el pesquisidor y miembro de la Real Chancillería de Granada, don Pedro Romualdo y Contreras que vino a Alcalá la Real el diez noviembre de 1673 obligando al  corregidor López de Mendoza a ausentarse para que se le hicieran una serie de averiguaciones. Lo mismo que el anterior corregidor, sus relaciones con el abad San Martín fueron muy tensas que le ocasionaron la medida de excomunión anteriormente aludida.
EL MOLINO NUEVO O LA TAHONA
El alojamiento de las tropas de la Armada, al mando del Marqués del Campo, dió lugar a enfrentamientos y arrestos de vecinos. El corregidor salió en su defensa y en contra de la autoridad militar, que al final tuvieron que ceder ante su postura. No debió estar muy descontenta la ciudad, porque salió en la defensa de la investigación de sus hechos, como lo demuestra este acuerdo del día 10 de noviembre, nombrando comisarios para que lo defendieran ante el Consejo de Castilla en la villa de Madrid:


La ciudad, aviendo la quenta que a dado Su Señoría el Señor  Corregidor, siente mucho que se aya ofrecido semejante accidente que pueda privar a esta ciudad del gusto y conveniencias que se le siguen de tener con continua asistencia en ella al dicho Señor Corregidor, quando es notorio lo a governado con tan santo celo y rectitud en la administración de la justicia sin dar lugar a quejas  ni que los vecinos aygan padecido las vejaciones que pudieron a causa de los alojamientos de soldados, que, por causa y respeto del señor corregidor, se han tolerado y aliviado en mucha parte, mirando con tanto cuidado  que por su persona a hecho viajes a la ciudad de Jaén, y que a sido también causa que en todo el tiempo que a asistido en esta ciudad dicho Corregidor no a sido molestada por los ejecutores por aver como a puesto todo conato así en lo tocante al servicio de la Su Majestad como en que se ayan causado costas ni salarios disponiendo la cobranza de las reales rentas en su persona y ministros sin negarle ninguna dilixencia, reyntegrando al Pósito de muchas cantidades de trigo de que se le devían, procurando también que esta ciudad aya estado avastecida de todos los mantenimientos a menos precios  que en otras partes y mirando que las eredades ayan estado guardadas saliendo por su persona a ponerles cobro y que los ganados no hiciesen daños  
En su tiempo se llevó a cabo una serie de medidas de saneamiento de la economía municipal relacionadas con los bienes de propios, sobre todo, las tierras y cortijos. En primer lugar, inició un nuevo sistema de arrendamiento de tierras basado en un periodo quinquenal y una cantidad fija de trigo y el resto de los productos reducidos a lo anterior. Por otro lado, abundaban en la comarca y sobre todo en las posesiones municipales, muchos cortijos que no tenían casa ni los tinados para guardar los frutos ni el ganado, pues en la mayoría de los casos eran construcciones artificiales y perecederas al construirse de madera que además destruían la riqueza de los montes. Para ello,  comenzó a arrendarse con una nueva condición, por la que se le permitía la construcción de los edificios necesarios  a cuenta de una cantidad proporcional de la renta en trigo. En años posteriores, se constató que los cortijos fueron renovados y en las tierras municipales que nos lo había tuvieron estos aposentos se levantaron las casas cortijos, los tinados para el ganado y  los pajares para alimento de las reses en sustitución de los numerosos albergues de ganado y chozones de madera que abundaban y eran destruidos tras la finalización del arrendamiento.   


Desde la Atalaya Alta






En la misma línea el control del orden de los campos para evitar las usurpaciones de tierras  le obligó a nombrar una serie de guardas y sobreguardas, provistos de caballo y media vara de justicia y escudo identificativo de la ciudad. Sin embargo, ante la oposición del cabildo alcalaíno tuvo que desistir de la medida  porque atentaba con las competencias municipales. No obstante,  a pesar de todo ello, no fue impedimento para que fuera un corregidor muy querido por la ciudad, ya que evitó los enfrentamientos por los alojamientos y  la ciudad reclamara su regreso porque sus medidas habían creado un clima de bienestar significativo, al mismo tiempo que había favorecido a los ganaderos frente a los agricultores en la roturación de los campos.
La vida municipal estaba muy languidecida en su momento. Era frecuente que las llamadas diputaciones, las delegaciones actuales, se traspasaran en criados, dando lugar al olvido de asuntos importantes para el abastecimiento de los vecinos como en el repartimiento de los despojos,la carne y pescado. El nombramiento del alguacil mayor, el padre de menores y el procurador síndico por el cabildo en las personas de los regidores ofrecía también grandes desajustes en su funcionamiento.  Muchos de ellos solían delegar en otras personas todos estos cargos, ocasionando situaciones de parcialidad y favoritismo en detrimento de las clases populares. Incluso, poco le importaban los intereses generales sino de percibir el salario de la tutela de menores y del trabajo de síndico, olvidando la conservación de los montes. En su tiempo fueron varias  las iniciativas que trataban de impedir dicha delegación e imponer que los miembros del cabildo ejercieran dicha función por razón de prestigio y autoridad. Se permitió tan sólo que fueran acompañados los alguaciles por personas a la hora de ejercer la justicia. 


Sus relaciones con el corregidor de Jaén, miembro del Consejo de Estado, don Diego Jiménez Lobatón, le permitió controlar las imposiciones como las del Puente de Toledo, ya que fueron suspendidas por sus gestiones. Finalizó el corregimiento el 18 de agosto de 1675. Como era  acostumbrado a la hora del cumplimiento del mandato, el cabildo solía emitir un informe al rey para que le prorrogara en el cargo, cuyos puntos más significativos evaluaban la labor del corregidor:
"la ciudad dijo que Su Majestad, que dios guarde, fue servido de hacer merced deste correximiento al señor don Luis López de Mendoza, caballero de la orden de Calatrava y, cumpliendo con las obligaciones de su sangre y que tocava a la administrazión de Justicia a gobernado esta ciudad en toda quietud y tranquilidad sin hacer agravio a ningún recurso de ella ni su villa del Castillo , antes mirando la conservación de ellos preveniéndoles los mantenimientos a los más justos y moderados precios que a sido posible sin permitir cubierta alguna ni dado lugar a que ninguno se tome  más mano que la que le permite su estado y obligaciones , haciéndoles pagar a los pobres lo que se devía y deve sin ocasión de las pagas de sus sueldos y utensilios a sido con toda suavidad y alivio de sus vecinos y pasajeros, sin que aya avido questiones ni disgustos ni esta ciudad está deviendo maravedíes algunos ni en todo el dicho tiempo a havido executores ni dilixenxieros que ayan ocasionado  costas ni salarios, que son los ocasionan los empeños de los propios y alcance de los vecinos"

 Volvió a ejercer el oficio de caballero veinticuatro en Jaén destacando su actuación en la peste de 1680, en la que denunció al Consejo de Castilla las pocas e ineficaces medidas emprendidas por la ciudad de Jaén, por no haber transmitido el aviso de peligro a las ciudades de su entorno con motivo de la peste que se extendía por tierras jiennenses. En 1686 solicitó al rey un título de Castilla por todos loslos méritos que había adquirido durante sus cargos anteriores.


[1] SAENZ MESA, M. Los Mendoza en Jaén. Boletín de Estudios Jiennenses. Año II, Num.5.

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