
EL ALTAR DE SANTA
TERESA EN EL CORO DE LAS MONJAS DOMINICAS

-La fundadora era la madre sor
Francisca de San Casimiro, monja de velo negro.
- La memoria se cargaba sobre ciertos
censos cuyos réditos debían pagar varias celebraciones y objetos
sagrados.
-La cantidad de la fundación se
avalaba con 400 ducados sobre diversos
censos que disfrutaba su sobrina sor Salvadora también monja en este convento.
-En concreto, debía cuidarse del
Altar de Santa de Santa Teresa, que se
hallaba en el coro del convento, poniendo toda la cera en todas las funciones solemnes del año, valoradas poco más o menos
en seis libras de cera.
Años
después, murió la sobrina sor Salvadora
y sobrevivió la fundadora sor Francisca de San Casimiro. Luego sus dos
hermanas y monjas sor Catalina de Siena y sor María Matías de Rivilla heredaron dicha fundación junto con su
sobrina Isabel Josefa de Rivilla. Estando
las primeras en vida y sor Isabel
Josefa novicia del convento mientras vivía
sor Francisca de San Casimiro hizo otra
nueva fundación. Por orden correlativo, en el documento notarial las puso a
cada una de ellas como patronas de la
fundación, dejando en último lugar a las parientas monjas que se hallaren en el
convento una vez rota la cadena de estas primeras sucesoras. Les exigía que se cuidasen de cumplir con las obligaciones de las misas
y ornato del altar de Santa Teresa sin
que nunca se omitieren el deber , y, por
eso, completó el ciclo del patronazgo con el propio convento como patrono en
ausencia de personas de su parentesco. ero aconteció, según dicen las
escrituras, " en cuyo estado y
estando la dicha sor Francisca para que se efectuase dicha segunda fundación (
quasi explico muchas veces) sobrevino un accidente que la dejó totalmente sin haber
podido restituirse a su cabal sentido". Pero las dos primeras
quisieron llevar a efecto la dicha fundación arrogándose la voluntad de la
sobrina por ser menor de edad y acudieron al provincial para que aprobase esta segunda fundación, ya que se agravaba
por días la enfermedad de su tía.
El
padre provincial de Andalucía fray Fernando Til atendió las peticiones , una
vez informado por el prelado del convento del Rosario y de la Encarnación de que
asumía el priorato de los dos conventos. Y, con fecha de 27 de mayo de 1719 y
en el convento de Córdoba, concedió la nueva fundación de memoria a la que se
incorporaron los 400 ducados de los censos comentados, y, además se
especificaba que el capital de la
memoria alcanzaba la cantidad de 4.500
reales a partir de sus bienes propios y de los censos. Eran los
siguientes: uno de 250 ducados contra
Francisco Clemente Muñoz, otro de la misma cantidad contra Juan Romero y el
molinero Pedro Peñalver; otro de 600 reales contra Benito Almirón y sus
herederos vecino del Castillo, otro 600 reales contra Tomás de Quesada, otro 100 ducados contra Francisco José Ruiz Cortecero, (estos
vecinos del Castillo).
Con
sus rentas se especificaba la obligación
de decir misas en el la iglesia del
convento de la Encarnación :
una cantada dedicada San José en el día
de los desposorios con la limosna de tres reales; otra rezada en el día de san Ildefonso con la limosna
de dos reales; y , otra dedicada San Francisco de Asís con limosna de otros dos
reales. Y se volvía especificar " y
asimismo el gasto de cera de que se necesitase en toda las funciones del año en
el dicho altar de Santa Theresa que está en el dicho Coro de este dicho
convento cuyo gasto será hasta seis
libras de cera, poco más o menos, según lo que hasta ahora se ha experimentado y para el cuidado de todo".

Las
misas en el altar de Santa Teresa se celebraron con toda prontitud y anualmente
sin ninguna incidencia salvo en 1762, siendo patrona de la memoria sor Josefa
de Revilla, que se vio obligada a embargar los bienes de Francisco Muñoz Maestre
y de su esposa María del Castillos,
sobre los que se cargaban 150 reales de
vellón ya que no habían cumplido con las obligaciones de
pago, y fueron requeridas por el cura José Ramírez de
Tordesillas representante de la monja y párroco de Santo Domingo de Silos.
Desgraciadamente,
no era este el único el altar y memoria que poseían el convento; hubo otro del Crucificado; y otro que la hermandad de la Coronada también poseyó temporalmente en la iglesia.
Curiosamente, en este coro, se velaba esta mañana el cuerpo de la monja dominica Sor Encarnación, donde estuvo el altar de la Santa de Ávila. Una vela apagada y floreada entre sus brazos, me recordaba los cirios que se encendieron en honor de la Patrona de España durante muchos años. Pero, en este día entre incienso, letanías, avemarías y padrenuestros el coro parecía más bien un encuentro de la familia dominica de Alcalá la Real, que gozaba de la sonrisa eterna de la decana de las monjas alcalaínas.



LA PRESENCIA CARMELITA Y DE SANTA TERESA DE JESÚS EN ALCALÁ LA REAL (II) SANTA TERESA, PATRONA DE ESPAÑA
SANTA TERESA, PATRONA DE ESPAÑA
Pero, sobre el altar de Santa Teresa, no nos extraña que se relacionara con varios aspectos dedicados y algunos comentados sobre la festividad de la Santa en la ciudad de Alcalá. Así cierto es que hace unos años, con motivo de una pago de unas familiares de unas monjas de la Encarnación de la familia de las Córdobas, tuvimos la suerte de comprobar un firma de Santa Teresa en un pequeño cuadro, lo que sería una reliquia de la santa carmelita y doctora de la Iglesia , que quedó en aquella casa tras la Guerra Civil. Se nos ha referido que otra familia también pose una firma autográfica de la santa muerta en Alba de Tormes. Tampoco, no nos extraña el hecho de que se celebró en la ciudad de Alcalá la Real la declaración del patronazgo de Santa Teresa y un convento se obligó a erigir una imagen. El círculo está completo y no hay noticias de otro altar a no ser el que nos hemos referido en el monasterio de la Encarnación de la Orden Dominica. En cuanto el documento se adelanta a la memoria de fundación casi un siglo por la fecha del acta de cabildo de 8 de octubre de 1627. Lo vamos a comentar y transcribir.
En esta sesión del cabildo municipal, por cierto muy diezmada en cuanto al número de sus regidores y jurados se habían reunido don Juan de Cerón y de la Cerda , corregidor de origen jienense, los regidores Francisco de Salazar y Mendoza ( también alférez mayor), Miguel de Utrilla y Juan de Villalba. Trataron sobre varios asuntos referidos a , pero en primer lugar el corregidor presentó una Real Pragmática de Felipe IV referida a Santa Teresa. Estas son sus palabras textuales, que transcribimos por el interés del documento:
El Rey . Concejo, Justicia, regidores, cavalleros, escuderos, oficiales y ombres buenos de la ciudad de Alcalá la Real , estos mis reynos recibiero
El cabildo municipal , tras su lectura, acordó que el domingo diez de octubre se celebrara la fiesta " por estar recibida por patrona de España" y se asistiera a la dicha fiesta formada por ciudad. El cabildo se comprometió comunicarlo al abad de la ciudad don Pedro de Moya para llevar a cabo las condiciones y actos de la fiesta de mutuo acuerdo. Se nombraron comisarios de la fiesta al regidor Miguel de Utrilla y a Felipe Pérez, y se obligó al mayordomo de propios a que pagar todo lo que fuera necesario para la fiesta. Para anunciarlo , el día anterior se pusieron luminarias en los tradicionales lugares de la Mota ( Casas de Cabildo, chapitel de la Torre y murallas de la fortaleza) y se hicieron fuegos artificiales que, en palabras de aquel tiempo, se denominaban "invenciones de fuego". Se hicieron edictos públicos en los que la ciudad comunicaba que Santa Teresa de Jesús había sido declarada Patrona de España y se obligó a la presencia de los miembros del cabildo municipal a que acudieran a la fiesta sopena de una multa de dos ducados por inasistencia para gastos de la fiesta.
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