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Recuerdo
hace muchos años cuando presencié una escena especial de nuestra historia local. Se celebraban
fiestas de la feria de San Mateo
. Comenzaban con el pistoletazo inicial de algún cohete ( creo que uno de los
pocos que el ayuntamiento solía lanzar al aire)
y los cabezudos iniciaban su marcha por las callejuelas de la plaza.
Algunos estaban expectantes de los nuevos organizadores de estos eventos, acostumbrados
a la veteranía de la antigua comisión de fiestas. No hacían más que zaherir a los nuevos
gobernantes, y, mira por dónde el centro de la conversación radicaba en la
certeza de la ausencia de la banda de música. A muchos de los presentes les
llamaba la atención de que los interlocutores pudieran escandalizarse de la
hipotética situación, cuando, por
entonces, se asistía a un declive tan
enorme de la banda de música, que se había convertido
en un grupo de antiguos músicos con más
voluntad y esfuerzo que la que ponían
los organizadores, sin estructura ni al amparo del consistorio. Y, de topetazo, aquellos tertulianos
malintencionados toparon con que
desfilaba una renovada banda musical, reorganizada por Pepe
Ibáñez bajo la batuta de Nicolás Navarrete y con el patrocinio total del nuevo
ayuntamiento presidido por José Marañón Barrio. Luego, pasaron los años,
sembraron la semilla de la afición por
este excelso arte de modo que el mundo musical alcalaíno sobresale con muchos
grupos y seguidores de Euterpe; y, aún
más, se mantienen en la vanguardia del éxito bajo el cobijo y formación de la agrupación musical Pep Ventura. Pues sus profesionales
surten a muchas agrupaciones y bandas musicales de la comarca alcalaína; se
multiplican creando grupos pequeños, cuartetos y tríos; triunfan en orquestas
filarmónicas foráneas; y abundan los maestros de los conservatorios y de las
especialidades de música. Aquel semillero de la banda de
música no podía haber dado mejor fruto y formación a los jóvenes
alcalaínos para servir de plataforma futura de muchas profesionales.
convertirse en síntesis hegeliana para no tirar todo por la borda, porque ni
todo es tan malo ni tan bueno que no
manifieste defecto alguno, porque , a
las primeras de cambio, salta la liebre cuando uno menos se espera. En este
caso, una agrupación musical que sorprende en cada ocasión siempre que se monta a escena. Dirección,
coordinación, formación y renovación continuada son los ingredientes de una
etapa prolongada de éxitos. Se necesitan clases de comportamientos comparativos
para educación de muchos colectivos de la sociedad.
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