buscando y entrando en la acecha/
de un ratón de un cortijo abandonado
o una villa de recreo en la Ribera.
Desdeño encontrármela en la Mota,
saltar desde un muro entre la
hiedra,
sonreírte burlona en Entrepuertas,
o caer a tus pies y no se nota.
Bendito animal para los verdes alumbrados
castigo en el olvidado Paraíso
para
aquellos personajes desalmados,
símbolo de asclepios y esculapios.
Si te lanza su lengua viperina,
y te hiere con su mortífero veneno,
sonríele
con el antídoto sereno
de buscar en el eterno descanso
el edén de fuego raptado a Prometeo.
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