DIARIO DEL RUTERO. POR EL PALANCARES (II)
DIARIO DEL RUTERO VII. POR EL PALANCARES (II).
Hoy, 27 de abril, Octava de la Pascua de Resurrección, las huestes
senderistas han estado mermadas, porque
muchas personas y senderistas nuestros han acudido a la las dos romerías de la Virgen de la Cabeza- la
del Cerro de su nombre y la de la Hoja del Salograr-. Todo cabe en la viña del
Señor. No obstante la veintena de intrépidos que nos hemos saltado las
costumbres hemos acudido a la cita con
ilusión. No faltaron el inglés Illan y la holandesa mureña Elisabeth, nuestros hispanistas de lujo y su reala de perros. Partimos del antiguo cortijo de Cantera Blanca, guiados de la mano de
Paco García Pérez. Nos detuvimos a contemplar los restos de la antigua
ermita de la Cruz, con el nuevo
Sagrado Corazón de la Cruz que se yergue
entre ruinas, y saludamos a la Cruz que
comenzaba a ser adornada.


Por
bajamos el camino de Verona que no es otro sino el antiguo camino de Vélez, que
enlaza con el de la Ventilla y lleva a Conejeras y al Allozarejo, según el plano
de principios del siglo XX. Pasando por la carretera que deja atrás la Venta
del Civil , cortijo de Turollote y las Peñicas, a través de un puente, por
donde se unen
el arroyo del Cañadas y Palancares,
nos adentramos por el camino de Fuente hoyos a través de
la casa de Eugenio
en dirección al sur, pasamos por
la fuente de Hoyos
en la que unas inscripciones nos delatan una
restauración de finales del siglo XX y se remonta a tiempos anteriores, lugar
de remanso con su
un estanque y
fuente de diversos compartimentos para ganado
que
ilustran del pasado ganadero. Bajamos
en dirección hacia Molino Cañón, cerca del Palancares, donde remontamos
la historia al siglo XVII, por ser el primer
molino harinero que
abasteció la zona
con motivo del asentamiento de lo colonos y
para evitar las distancias de tener que acudir a los molinos harineros
de las Riberas. Otros recuerdan otro molino harinero, llamado del
Palancares
con el
nombre del Sol. Allí, nos detuvimos para
explicar la función de
los molinos
en el ámbito rural y una triste historia trágica
ocurrida en
de la Guerra Civil.


Continuamos la
vereda servidera y antigua
que se
remonta a las roturaciones de tiempos de Carlos V en el siglo XVI, dejando atrás
Peñolillas y algunos cortijos abandonados, en medio de antiguos campos de calma
transformados en extenso esparragales que ocupan muchas zonas para exportarlos
a lares europeos. Saludamos a cicloturistas que nos anunciaban un regreso
placentero y de
fácil subida. Al llegar al cortijo de Peñuela,
comentamos las tumbas
mozárabes y las
comparamos con
las de la Mota y los
monasterios de San Millán de la Cogolla. Para hacer una revirá, (término que
nos han enseñado los nuevos amantes del sevillismo semnasantero) , y tomar el
camino real
y viejo de
Alcalá a
Málaga, por el que muchos playeros y hombres de la miel comerciaron con
los alcalaínos los arenques y bacalaos en trueque con las cargas de trigo hasta
principios del siglo XX. Dejamos el arroyo del Palancares sacudiéndonos el
barro de varios pasos del río, en el que nos salimos de las piedras de cruce.

Allí, nos
atendieron improvisadamente unos campesinos con su puesto comercial de espárragos
que en paquete de unos tres Kilos adquirimos al precio de
cinco euros. Y con unos
“impedimenta” sobre las espaladas como dirían
los soldados romanos in itinere o agmine, emprendimos el regreso al punto de
partida. Con un paso agradable y un camino perfectamente trazado por donde
pasarían fenicios, romanos, visigodos, árabes y miles de cristianos para
adentrarse a tierras castellanas, traspasamos el cortijo del Gallinero y el del
los Hinojosas
y oteamos, en la
lejanía,
el
de Buenavista,
venta de Mateo y de los Rosales hasta llegar a Fuente Nubes que nos dejamos a
la izquierda. Saltamos el arroyo de la Pedriza para alcanzar la Fuente del
Espino y su cortijo. Dejando a un lado los cortijos
y tierras de las Roturas y en otro lado
la Haza del Corral, alcanzamos el destino
definitivo mientras nos esperaba el profesor Antonio Heredia que había acudido
a la cita, pero hubo una incomunicación para concentrarnos.
Bello recorrido primaveral,
agradable, menos numeroso, pero muy intenso , con un trayecto de unos ocho Kilómetros,
pisando tierra de muchos caminantes otro costeños.
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el agua |
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el río |
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el equilibrio en el agua |
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Gracias, Paco |
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y el agua hace el verde |
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el verde y la cal |
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nuevas tierras de esparragal |
a por el espárrago
y adiós al agua con el recuerdo de los que trajeron el agua y salitre
una red viaria de origen romano
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y el agua en la fuente |
y el verde
en la parra
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