En dónde están los andaluces de Jaen, aceituneros altivos?
Hasta cuando Minerva nos agraciará con su don del olivar?
Porqué Europa ha sido raptada por el egoismo del Zeus del dinero?
Volverán las dehesas a cubrir los campos de la Sierra Sur?
Abandonáremos el campo, campo, campo/ y entre los oivos/ los cortijos blancos?
Las ardillas sustituirán a las perdices?
"la historia local contribuye a fundamentar la base del conocimiento global de los pueblos desde el estudio de los acontecimientos de las ciudades"
lunes, 24 de junio de 2013
HASTA EL CUARENTA DE MAYO, NO TE QUITES EL SAYO. EL MES DE JUNIO
Parece que, en gran
parte de este mes, se conjuraran los malos augurios a lo largo de la historia. Su
nombre, derivado de la diosa Juno, esposa de Júpiter, nos recuerda una vida
convulsa en la que se mezclan la ternura
sensible de la maternidad y los
sentimientos más trágicos como son los celos. No hay más que verla cómo, en la Eneida, sacude a diestro y
siniestro a los troyanos, por ser los protegidos de Venus, y esta
diosa es la diana de sus dardos más mortíferos por haberle arrebatado el premio
de la manzana de la belleza.
Si el origen
del nombre nos acerca este carácter
bipolar de la diosa, Junio y el
refranero no van desvariados, porque, durante este mes, se han producido, en muchas ocasiones de la historia local, grandes
tormentas que han arrasado los campos de pan alcalaínos; y, aunque, en tiempos de
rogativas, el pueblo se contentaba con la presencia de sus patrones bendiciendo sus cosechas en la antesala
de sus tierras, ahora, sin embargo, ya ni nos preocupan los accidentes
atmosféricos, pues se ha sustituido la labor de la tierra con el trabajo secundario o terciario de difícil
acceso : bueno eso del trabajo es un
decir; más bien deberíamos manifestar la petición de trabajo, en otros
campos, como la industria del plástico o
en la abultada empresa de servicios mal retribuidos ( si no, que lo digan las escasas docenas de personas que han conseguido empleo durante este
mes de junio) . Pues ya no vale
que nos encomendemos al Santo de Padua y
le digamos a nuestro vecino: “ Por san
Antonio nublado, y por San Juan despejado” esperando que “Junio soleado y brillante, te pone de buen
talante”. Pues lo que falta es el pan
nuestro de cada día en muchos hogares.
Como mal menor
nos valdría que, sentimentalmente,
olvidásemos el influjo clásico o pagano
y recordásemos aquellos refranes que comentaban nuestras abuelas “ La moza que
a San Antonio besa el pie, casará bien”. O el dicho sacado del relato de encontrar a san Antonio entre los escondrijos de la casa , que dice "
Reza a san Antonio, para que te dé un buen novio”. Y nos pasaría como aquellas mozas que se volvían locas por la feria de
junio para encontrar la pequeña imagen que abundaba en las mansiones alcalaínas.
Es decir, mejor nos convendría se
instaurar el elán amoroso y generoso del santo antes que este cúmulo de
nefastas circunstancias que nos azotan diariamente.
Pues, en concreto, el sistema capitalista, ha
convertido el mundo del mercado en un auténtico tiovivo que viene destruyendo
al hombre en todos sus aspectos: desde pisotear la más simple dignidad humana hasta
convertirlo en moneda de cambio de don
dinero. Sin miramiento alguno, como la Sanjuanada venida, primavera ida. Pues ha segado la hierba de la ilusión, de la
esperanza y de nuevas iniciativas basadas en la solidaridad humana. Pues se defiende con descaro “el despido improcedente” por todo lugar y persona cuando sería más
interesante invirtiendo términos “ compartir procede”, como leía el otro día en
una hojita del grupo granadino de Gálatas 44 de Andalucía. O como me refería un tertuliano giennense
si consideráramos la vida como un don, en esencia y ética cambiaría su sentido en
cada uno de nosotros y de muchas
personas. Pero desgraciadamente hemos concebido la vida como un ser para el
tener. Para saciar los intereses particulares sin pensar en la
colectividad. Sin importarnos los que viven en las miserias de la ciudad,
apartándolos de la sociedad del bienestar y creando una red de exclusión, sin
compasión alguna. Por eso, sacando a
colación el último informe de Cáritas (
caridad que no es beneficiencia, que sobrepasa a la justicia porque es amor ;
caridad política de la que estamos muy faltos) de marzo de 2013
y la experiencia del día a día en nuestros barrios que muestran
la fractura social y la injusta desigualdad de nuestra sociedad”.Y
habiendo cebrado la fiesta del Corpus con
pompa y boato, me quedo con estas palabras del lema de este año: “Eucaristía
y más en concreto la Fiesta del Corpus han de ser una oportuna gracia para
afrontar esta situación desde la comunión. Toda la Eucaristía está orientada a
luchar por la justicia y la fraternidad, pues de lo contrario, estaríamos volviendo
la espalda a nuestro mundo. No podemos pedir al Padre «el pan nuestro de cada
día», sin compartirlo con los que tienen grandes dificultades para obtenerlo.
No podemos darnos la paz unos a otros, sin tender nuestras manos a los que
violentamente se ven obligados a malvivir” ..Con estos planteamientos, hay
que resistir a la intemperie de la crisis
con el vestido de la solidaridad, pues hasta el cuarenta de mayo no te
quites el sayo, y si junio es ruin, hasta el fin.
sábado, 22 de junio de 2013
Roma y Andalucía: las comidas
SEMEJANZAS ENTRE LA COMIDA ROMANA Y LA GASTRONOMÍA ANDALUZA
Dejando un lado la distancia en el
tiempo, la comida romana puede relacionarse en muchos aspectos con la gastronomía andaluza: comidas, nombre Y tipos de platos, incluso en la dieta, que es en los que nos detenemos
en este pequeño artículo
INGREDIENTES BÁSICOS DE AMBAS COCINAS
Se decían en nuestro refranero " Con pan y vino, se
hace el camino". Y en verdad que muchas huestes castellanas hicieron
enormes cabalgadas, los romeros acudieron a las fiestas de los santuarios y los
transeúntes atravesaron muchos lugares de
España confortándose con la sopa
de pan
y el vino del tarro. No digamos que eran los ingredientes básicos de
muchos vecinos en forma de alimentación cumplimentada con otros ingredientes como el aceite, las
verduras y las carnes básicas derivadas del cerdo. Por eso no nos extraña que
el pan fuera el elemento del puls romano
durante más de 300 años ( lo que era una especie de gachas de harina de trigo), la comida
básica de los romanos, tan solo se enriqueció poco a poco en los tiempos de las vacas
gordas con un puls llamado iuliano, en
el que se añadieron ostras hervidas,
sesos y vino especiado.
El clientelismo como fórmula de
mantener el sistema romano se basaba en el reparto del Estado o de los
poderosos de una limosna diaria o annona, que casi siempre se basaba en un saco
de trigo. Estos repartos de trigo, en tiempos de Julio César (49-44
antes de Cristo), beneficiaron a unos 230.000 romanos mediante
la conocida (annona). Este trigo
se transformaba en harina y, posteriormente
en pan.
Junto con este
alimento, el vino es
el otro alimento de la
dieta romana . Ofrecía una gran dificultad,
pues no se conocían las técnicas actuales de conservación y había que beberlo con especies, o servirlo caliente y aguado. Incluso, se le añadía miel.
No era de extrañar que los pobres y las
clases bajas solían desayunar sopas de pan y
vino, en las que se
añadían , farro, garbanzos y verduras, coles, hojas de
olmo, malva, etc.
Como es lógico
en las villas rústicas y en las familias pudientes, los romanos añadían a su
dieta el consumo de leche, de cabra o de oveja, tenían pasión por las aceitunas y , como la cocina andaluza, la carne de cerdo predominaba en la alimentación diaria. Con
el paso del tiempo, disfrutaron de las carnes de
buey,
cordero, oveja, cabra, ciervo, gamo y gacela. Incluso la de perro, que era una costumbre de pueblos
anteriores. No difería mucho la dieta básica actual de la a
dieta (1.500 calorías) del romano durante la República que " apenas alcanzaba las 3.000 calorías, de las
que al menos 2.000 procedían del trigo".
Una economía altruista
Ha
caído recientemente en mis manos un librito con el título “Por una economía
altruista”, cuyo autor es el valenciano Enrique Lluch Frechina. Parece como un
oasis en medio de este desierto azotado por la crisis económica que nos acosa y
por los vientos huracanados que la
zahieren sin dirección ni rumbo. Como manifiesta en sus primeras líneas el
propio escritor, se siente desconcertado
a la hora de enfocar el asunto al intentar formar un sintagma un poco
contraproducente: por un lado el término de “economía”, con lo que tiene de
sentido egoísta a la hora de poseer y administrar los bienes , y, por otro lado, al añadirle el
adjetivo “altruista”, este obrar humano
se aparta del tener y se vehicula hacia el dar. Formamos un imposible entre el
yo y los otros. O lo
que es lo mismo: en el nombre, nos
encontramos el sujeto egoísta que trata de sacar el mayor rendimiento de la administración
de los bienes de la naturaleza y los servicios que se establecen en sus relaciones humanas; y por otro lado, con el
adjetivo el centro de la acción
económica se nos desplaza hacia el otro,
se incide en el disfrute solidario
de la naturaleza y en el establecimiento de una sociedad copartícipe de objetivos y resultados.
Comienza
uno a leer su primer capítulo y se lo engulle como si se tratara de una novela.
No es un recetario, aunque, a veces, cualquier persona puede formar una antología de frases para grabarlas como un lema diario
a aplicar en la economía particular y
huir del consumismo que nos invade y nos ha arrastrado, como un
tsunamis, en una economía, cuyo adjetivo más certero es el de “egoísta”, dejando al margen los calificativos tradicionales liberal,
neoliberal, capitalista o simplemente usurera.
Simplemente
he recogido esta parrafada a modo de de
resumen “En contra de lo que hace la economía egoísta. Podemos
hacer nuestro compromiso económico en
considerar que las necesidades (tanto las básicas como las sociales o de la
primera condición) son limitadas y que,
aunque los deseos no tienen por qué
serlo, la opción más liberadora y ética es aquella que los considera así. Por
ello, lo deseable no van a ser personas y una economía que quiere siempre más y
más porque tienen más deseos, sino unas personas y una economía que puede
frenar su nivel de producción de deseos,
cuando llega a un determinado nivel de vida, sin que esto suponga perjuicio
alguno para su bienestar material y sí una gran ventaja para desarrollar otros
aspectos no económicos de la vida”. Si necesidades básicas son el vestido,
la comida y la vivienda; y el bienestar de todos se fundamenta en el cuidado
del medioambiente y el luchar por un
buen clima de relaciones laborales sin esclavizar, póngales nombre a las
acciones de esta economía: consumo responsable, desarrollo sostenible, defensa
del comercio justo, lucha por el
ecosistema… ¿Podemos los humanos realizar otra economía? Mejor cuenta nos
traería y daríamos en herencia a nuestros descendientes.
sábado, 8 de junio de 2013
La política y los políticos
No
soy yo el que me rasgue las vestiduras y despotrique de los políticos, como se frecuenta en el ruedo
nacional. Creo en la POLITICA con letras
mayúsculas, y más todavía en estos
especiales momentos y circunstancias muy difíciles para salir de la crisis. Líbreme
Dios en caer en análisis sencillos y sin
fundamento que desembocarían en reclamar una dictadura
o en propagar la simplona demagogia
de muchas personas, a las que estamos acostumbrados a escuchar, incluso
atendiendo las palabras de algunos miembros de partidos políticos. Tampoco, voy
a levantar un mausoleo a la representación política única por medio
de los partidos, pues considero que toda
persona o grupo tienen y han tenido la oportunidad de constituirse
en otras formas, que, al final, defraudan
más que las formaciones políticas. Esto, sin obviar que los partidos políticos
necesitan una renovación total en muchos campos para ejercer la democracia y
compartir sus vivencias con las personas que las sustentan y a las que
gobiernan. Pues la democracia, como decía Churchill es el sistema menos malo. Y
lo mismo pensaban los antiguos tratadistas romanos al comparar la monarquía y tiranía,
la aristocracia con la oligarquía y la democracia con la demagogia, pues hubo escritores
como Polibio que llegaron a
convertir la democracia
republicana esclavista ( en términos de Kovaliov) en el mejor sistema de la
Antigüedad y modelo para siglos venideros . El problema radica en lo que
entendamos por política y por los políticos. Entiendo que políticos somos todos
miembros de la ciudad ( y de ahí remontémonos a los ciudadanos de la provincia,
comunidad autónoma y Estado) en la que
vivimos y debemos compartir y trabajar
por todas las cosas en las que nos vemos implicados para hacer una sociedad
mejor. La política no es sino el arte, el ars en sentido grecolatino, mezcla de
experiencia, oficio, naturaleza, intuición y sabiduría, de gestionar lo mejor posible la ciudad. O lo que es lo mismo, la polis, de donde
viene la palabra política. El problema radica cuando convertimos a la política
en banderín de enganche de estrategias electorales, de difamaciones del
contrario, de cinismo puro y duro, de propagar esperanzas incumplibles, de
poner zancadillas al adversario y palos a las ruedas del carro del gobierno, de prometer lo que no puede realizarse o de entusiasmar con lo
ilusorio e inalcanzable teniendo conocimiento de causa. Más aún, no se creen a los políticos cuando
transforman la ingenuidad y la bondad de los ciudadanos en moneda de cambio
para sus fines políticos, o cuando dicen
una cosa en un sitio y en otro lugar
saltan con la distinta. Siempre he
aplaudido a las personas que han representado a nuestro pueblo con alturas de
miras, defendiendo lo colectivo frente a los intereses particulares o puramente
clientelares; he presenciado a muchas personas que nos han representado que se
han bajado de sus siglas y han compartido objetivos comunes a favor de la comunidad.
Lo que no parece ético ni político es defender en un sitio una postura y en
otro ahogar a una comunidad o cortar el grifo de las inversiones.
Eso es
simplemente hacer lo que decían los antiguos,
no es democracia; se puede llamar cinismo, hipocresía, piruetas electorales,
campañas políticas de marketing …en suma es simplemente demagogia, irritar al
pueblo, Por cierto el patio no está para muchos embates ni más crispaciones. Pongamos el nombre de esta nefasta política y
malos políticos en la sanidad,
educación, carreteras, trabajo …. Y para
qué contar más.