ENTERRAMIENTOS DESDE
LA ANTIGÜEDAD HASTA LOS TANATORIOS
En estas fechas de primeros
de noviembre, se acostumbra a detenerse en los antepasados que pasaron por la
vida celebrando día de los Santos y Difuntos y, con otras connotaciones, la
fiesta de Halloween. Se hace realidad aquella aseveración de que somos “dasein”,
“ser para la muerte”, como decía Heidegger. Y, por ello, vamos a realizar una
ruta literaria de la muerte en sus enterramientos, inscripciones funerarias,
necrópolis, leyendas, ritos, y cementerios en las tierras del Sur para
comprender el mundo de la muerte. El
Museo Local de Alcalá la Real es un buen escaparate para recorrer
la historia de los últimos momentos del hombre desde homo neardentalensis hasta
los enterramientos de la conquista. castellana Pues los enterramientos de
los seres humanos son uno de los testimonios arqueológicos, más importantes de
todas las culturas. En Alcalá la Real, se encuentran durante el mundo del
Cobre y Bronce, en cuevas, dólmenes y en enterramientos excavados en
rocas, o construidos con grandes losas que forman un rectángulo donde se ubicaron
los cadáveres en los Llanos desde San Marcos hasta Santa Ana. Muestra de ello es
la tumba que se encuentra en este museo, procedente de esta aldea en la que entre
cuatro losas se encierra una mujer en posición fetal simulando que es un ser
del mundo de ultratumba con su cuenco provisto de carne para alimentarse y su
punta de lanza para defenderse y sus ornamentos de metal para embellecerse, muy
propio todo del mundo argárico. En tiempos de los íberos, hay vasijas de
incineración de los cuerpos humanos, con tapadera, en la sala de la Muerte del
mismo lugar. De Roma, hay muestra de los dos tipos de enterramientos
sepulcros tallados en piedra de una sola pieza, procedente de la Fuente del Rey
y un féretro de cinc de la Fuente del Gato, con festones de liebres y un galgo
perseguidor, pero hay una pequeña urna incineraría en forma de casita donde
cuentan que estuvo el Hércules romano, como rito de la incineración. Son frecuentes
las inscripciones datadas por inscripciones y por documentos de antología de INICIA
Y MANLIO. Y la del primer cristiano POTENCIO, todas manifiesta la misma
disposición y estructura textual con el nombre, cognomen y praenomen, sus
méritos, su edad, y los formulismos latinos
HSE y STTL (aquí está enterrado y
que la tierra te esa leve). En la Sala Cuadra de este Palacio Abacial, se encuentran
varias lápidas musulmanas, entre ellas una califal y otra la marmórea de un jeque
árabe rondeño. Recientemente, un texto de una inscripción renacentista sobre la
muerte se complementa con el panel de las muestras de tumbas de la iglesia renacentista
de la Mota. A partir del medievo las capillas y algunos cementerios en los
derredores de las las iglesias albergan los enterramientos y sepulturas hasta
llegar al principio del siglo XIX, que nacen los nuevos cementerios alejados de
las iglesias, unos con sello cristiano como en la ciudad fortificada de la Mota
y otros, los masones y agnósticos, en sitios alejados de los anteriores, como
en la aldea de Charilla..jpeg)
El Día de Todos los Santos se celebra
desde la Edad Media en todos los pueblos de España. Curiosamente, se
ha recogido la tradición católica de conmemorar la muerte de todos
aquellos santos que, según la religión cristiana, pasaron del purgatorio
al cielo. Fue una fiesta principalmente de culto religioso, muy martirial,
con sus horas lectivas y de rezo, y su función de iglesia correspondiente.
Pero, en el pueblo quedó enraizada profundamente, y, sobre todo, en nuestros
núcleos rurales, donde predominaron las cofradías de ánimas. Precisamente,
cuando en tiempos de Carlos IV se suprimieron de un plumazo la mayoría de
las cofradías y se concentraron en las de índole sacramental o de
caridad. Como es normal, en el rico folclore popular, abundaban los
miembros demandantes de estas cofradías que paseaban por las calles de la
ciudad de la Mota y por los cortijos de la aldea, vistiendo de capas
llenas de cinta de colores; en otros lugares, de campanillas y cencerros hasta
en el cuello de sus capas haraposas; y en Alcalá, con grandes capotes que
fabricaban en los talleres artesanales de las familias alcalaínas. Se hacía a
la hora de la queda, al anochecer, y adelantaron las misiones de los
serenos de modo que se perdieron en medio del espíritu del silencio nocturno.
Algunos comentaron que respondían a los cofrades de la Hermandad alcalaína
del Pecado, y a los toros de caña y a los “tontos” del mundo rural para
caracterizarlos.
Pero
llegó la globalización y se metamorfoseó por completo todo el calendario
festivo y perdió su índole religiosa a convertirse en un eslabón del
calendario comercial del mundo neoliberal. Atrás, quedaron los momentos
nostálgicos del encuentro familiar para realizar la visita anual a las necrópolis con
motivo de esta fiesta; por el contrario, el desplazamiento a otras ciudades y
los viajes de ocio se multiplicaron en muchas personas que prefirieron cubrir
un puente turístico a honrar a sus antepasados, ya que la dispersión
de sus cenizas esfumó la presencia familiar de muchas
personas en los camposantos. 
Los
grandes supermercados sustituyeron con sus huesitos de santo las patatas cocidas del
terruño sazonadas con canela y miles de caña y las tradicionales
gachas blancas que se calentaban en las sartenes de las abuelas, llenas de
tropezones de picatostes. Como en el tiempo navideño, era un rito de
encuentro familiar en este día, tan esperado como celebrado en el día
del Nacimiento. Creaba vínculos, estimulaba sentimientos y aunaba a
los miembros de las familias.
Es la
estación otoñal, cuando el amarillo desprende de los castaños el fruto que
calienta las manos en los primeros días de la presencia de los fríos; sin
embargo, el humo de los viejos hornillos se quedó en el trastero de las cuadras
de las casas del casco antiguo y, a lo más, saltan en las sartenes y barbacoas
de algunas viviendas.
Sin
embargo, este día ofrece un ángulo que invita a muchas personas hacia la
espiritualidad denostada en nuestro mundo actual. Los habrá que la
consideren como una meditación a la manera tradicional e, incluso la desechen
en su práctica; hay quienes las transmutan y recuerdan a sus víctimas de
la memoria histórica durante este día como acontece en los cementerios de Jaén
y Jaén; otros van mucho más allá como Jon Sobrino, y la interpretan la
capacidad que dispone todo ser humano para reaccionar ante la realidad de
la ultimidad; me encantan estas palabras de José Laguna, que actualizan
la espiritualidad de la siguiente manera definen “la espiritualidad
que no es una fuga mundi que huye del compromiso transformador de una realidad
muchas veces injusta, sino una relación trascendente con el mundo que se
habita. Es en esa relación con una realidad que se abre más allá del dato empírico en
las que la lucidez, la compasión y la utopía constituyen, a nuestro criterio,
tres competencias esenciales de la espiritualidad”. Y es que no sólo de
pan vive el hombre, a veces es interesante pararse en el trajinar diario,
sentir el silencio y escuchar los pálpitos del espíritu.
