SIGLO XVII. COMIENZA SU ABANDONO
A partir de
principios de siglo XVII, en la ciudad fortificada de la Mota y sus barrios anexos, se
observa un descenso poblacional muy
significativo que se registra en los
padrones, censos y diversas listas de reclutamiento o de
imposiciones., Como consecuencia de esto, teniendo como precedente que,
a finales del siglo XVI, ya se inició
también el paulatino abandono del Arrabal Viejo, todo este proceso de declive de estos barrios se culminó
a finales del siglo XVIII.
De
ello se hacen eco los miembros del
cabildo municipal de 25 de noviembre de 1586. Pues, se abre un informe para
abrir una carnicería en el Llanillo, aludiendo que la ciudad tiene 3.500
vecinos, gran trato y comercio y, por ello,
se debía dar ventaja a los de abajo, pues no subían el ganado al
matadero. Pronto surgió el debate perenne entre el mantenimiento de la ciudad
fortificada y el progreso de la nueva ciudad a las faldas de los dos cerros.

Varios
momentos marcaron los hitos históricos de la destrucción de la Mota y su Arrabal Viejo El primer aviso correspondió a la ruina de la parte meridional de la
Plaza Alta en el año 1581, lo que supuso la
pérdida de su acceso por la calle del
Cañuto y el Gabán, así como la
destrucción de dos calles adosadas a la roca del barrio de Santo Domingo A
largo de los años siguientes, son
continuas los acuerdos y sesiones de cabildo referentes a la reconstrucción del
Gabán. El segundo aviso, posterior a la anterior caída del Gabán, se constata en las
continuas peticiones a la Corona para que prorrogasen
la concesión de parte de las penas de
cámara con el fin de restaurar las murallas de este entorno. Claro testimonio
es este acuerdo de 1605:
“La ciudad
trató sobre el reparo de las torres e
murallas de esta ciudad, por ser frontera de costa y reino de Granada y tan
cercana a la mar, y una de las mayores
que hay en los reinos, por lo que Su Majestad y los señores Reyes, sus
antecesores, han tenido particular cuydado de mandar que las fortalezas, torres
y murallas della reedificarlas y se reparen siempre como conviene, y, para
ello, han hecho merced a esta
ciudad siempre de las penas de su Real Cámara, mediante la qual su merced
están y, más reparadas que otras
de otras ciudades , y ahora por las muchas aguas y tempestades de los años pasados , y, por aver faltado el
continuo reparo que se iva aciendo en ellas,
ay gran necesidad de que esto lo
vaya adelante, porque estaban aportilladas algunas murallas , y otras son las
murallas que amenazan ruyna por falta de
cimientos como son las murallas
que caen abajo del Rastro, y las
que continúan con la Puerta Nueva, que también se an
desmantelado, y , cada día será mayor la ryuina , y ni más ni menos, las
murallas que están desasidas de la
Puerta de la
Plaza, por todo lo qual
y por cumplir (…) se pide a S.M. prorrogar la merced de las penas de cámara y se
acomete al alcalde don Antonio López de Gamboa”. 
Otros nuevos
momentos importantes significaron y marcaron el hito de la historia
destructiva de esta muralla Aunque es verdad
que el primer momento correspondió al año 1581, lo que supuso la pérdida de su
acceso por la calle del Cañuto y el Gabán, así como la destrucción de dos
calles adosadas a la roca. A continuación, le siguió, en 1621, la caída de una gran parte del lienzo de
barbacana, que cerraba la fortaleza,
relacionada con las murallas y el Gabán. En 1622, algo parecido le sucedía al
arco de la puerta Nueva, a la
Puerta de Martín Ruiz y al lienzo de muralla, que limitaba
con la ermita de San Blas y las casas de Francisco Ramírez, que fueron
reparadas, lo mismo que la Casa
de la Justicia
y la Audiencia
que se celebraba en los soportales bajo
los corredores. Además, el abandono de
los edificios públicos y religiosos ahondó la herida del abandono de estos
barrios.
Dos flancos van
a producir el deterioro del
barrio: las calles colindantes con la muralla del Gabán y las Carnicerías, y,
por otra parte, el flanco de muralla que daba al Rastro y lindaba con la calle
Cava.
Entre 1669 y 1670, el asunto se llevó al ayuntamiento en
varios cabildos que trataron acerca del
traslado de las Carnicerías Viejas de la Mota y sobre
la construcción unas carnicerías nuevas en la parte llana de la ciudad. A lo
largo de las propuestas de los
regidores, se aportan datos muy curiosos sobre la Mota: mientras unos solicitaban que se pusiera en otro sitio, había quienes
pensaban que una estuviera en la
Mota y otra en el Llano. Aluden que, desde 1658, se había
abandonado la Mota
casi totalmente y se había perdido importancia militar de la fortaleza, a pesar
de que, con ello, se habían ganados privilegios
(por ser inexpugnable castillo y sus murallas), y el título de Muy Noble y Leal Ciudad, Deducen
que se “acabaría destruyendo y se
acabaría la Mota
y barrios circundantes, si se bajaran las Carnicerías”. Y hay datos
interesantes como “estando como están las
Casas de la Justicia,
tan ilustres y fuertes, y conseguir últimamente e la Cárcel muy sigura, y que le
siguen los escritorios de escribanos públicos y, junto a ellos, los Corredores
y Casas de Ayuntamiento, y la
Iglesia Mayor, que todos son edificios suntuosísimos y fuertes, con tal orden concierto dispuestos
que causan envida a otras ciudades, y también se deven conservar las plaças,
pescaderías, Casas Abaciales y no dar a lugar
a que se pierda por falta de comercio”. Pero, para conocer la situación del Arrabal Viejo vienen
muy bien estas palabras y propuestas de
Juan Bautista Fernández de Valladolid y
Antonio Mazuelos “...Cuando se hicieron
las Carnicerías de la Mota
, no había población en otra parte que en el arrabal de Santo Domingo(...)
ahora la Mota y
Santo Domingo están sin población , y solo ay
y el comercio desde mucho más abajo del dicho arrabal hasta el Llanillo,
y, en tiempos antiguos, que se empezó a estender la población fuera de la dicha
Mota hasta el Convento del Rosario, hubo facultad para que las tiendas de
mercaderes y demás oficios se bajasen, lo que fuese conveniente para el común
de los vecinos … las tiendas estaban fuera, a pesar de ordenanzas, por
deterioro de los barrios circunvecinos, falta de agua, y aspereza del lugar, no se puede ira al trabajo por
deshoras…. .cuando se hicieron las carnicerías estaba la población en mota
y barrio de Santo Domingo...el barrio de Santo Domingo que recogen dichos muros
y fortaleza tenía diez habitadas y demás ruina y solares, toda la población en
llano.. se haga nueva plaza..”.
Pero no puede ser una cita más explicita que la del
cabildo de 19 de junio de 1668, en el que se ordena que “ las murallas y torres de la cerca de ella están amenazando ruina y
alguna caída y, en particular, demás de ello, en el lienzo de la Muralla desde la puerta de
Martín Ruiz hasta el Rastro han hecho y echan muchas cantidades de estiércol y
tierra, lo que ocasiona más ruina, y que el paso de la Caserías y barrio de San
Bartolomé y el Matadero lo han cerrado y
cegado.. Aluden que es necesario repararlo, para servicio de Su Majestad
y por ser Muy Noble y Leal Ciudad.. El matadero, en 1689, ya es un edificio en ruinas, que solicitaba una
restauración, o, el traslado a otro lugar:
SIGLO XVIII. CASI UN TERRENO DE PROPIOS
En
el siglo XVIII, se producen dos acontecimientos muy significativos en el municipio alcalaíno: por un lado, se completa la
ruralización de una importante parte de la población de la ciudad de Alcalá la Real estableciéndose en los
partidos la nueva ciudad de Alcalá la Real gracias a la
ampliación y continuidad de los repartimientos reales entre
las clases más populares, y , por
otra parte, prácticamente la mayor parte
de la población se extendió por completo entre los dos cerros, el de la Mota y los Llanos, donde se
formó un rectángulo, atravesado por el Llanillo y la calle Real, a las que convergen
`perpendicular y paralelamente una serie de calles cardinales y decumanas.
Como consecuencia de ambos movimientos de poblamiento, estos barrios, de predominio campesino, fueron
los primeros en sufrir las consecuencias y se vieron obligados a trasladarse a
los nuevos núcleos rurales para asentarse en los nuevos poblamientos que se ubicaban en terrenos de propios y eran
concedidos por el propio ayuntamiento,
y, por ende, el recinto fortificado mostró un declive significativo, no
apreciándose en este tiempo la continuidad ni la habitabilidad en el barrio de
Santo Domingo, que sólo, mantenía en pie su iglesia y el lienzo meridional de
la muralla, mientras gran parte del poblamiento de la zona
oriental había desparecido en torno a la ermita de San Blas y la Puerta de Martín Ruiz. Como
decíamos anteriormente: “ Dentro de la fortaleza, se observa en el
grabado de Piero María Balde en 1669 , el Arrabal Viejo de Santo Domingo de Silos, con su iglesia y
un barrio de trama musulmana comunicando por la alta con los majestuosos edificios
del barrio de la Mota
,que sirven de tapial y segunda muralla
debido a su elevada altura que
alcanzaba los tres pisos en contraste de
las casas de l arrabal”.
A consecuencia de todos estos
movimientos, los antiguos solares abandonados-convertidos en tierras de labor- comienzan a subastarse y ser colonizados por nuevos labriegos
siguiendo la línea de repartimiento establecida por Carlos III para favorecer a
la agricultura entre las clases menos
privilegiadas. Es verdad que los
terrenos del Ruedo, el Barrero y las
Azacayas fueron los primeros a los que
les afectaron estas medidas. Pero, en
1785, ya aparece en el recudimiento de
propios una suerte pequeña referida a
los terrenos en torno al Matadero Viejo, quedando el resto de solares abandonados en propiedad de la iglesia o de particulares, porque hasta 1823
tan sólo se reparte este lugar
entre los vecinos como bien municipal de
propios . A continuación, ya avanzado el siglo XIX, le seguirán
los de la Peña Horadada,
el arrabal de San Sebastián, el de San
Bartolomé, Santo Domingo y algunos huertos del Arrabal Nuevo. Sería muy extenso
clasificar todos estos nuevos terrenos convertidos en suerte de labor en manos
de sus respectivos particulares, pero
ejemplos de su nuevo panorama rural frente al anterior espacio urbano.
En 1771, el administrador de la absentista Baltasara de Sotomayor incluía entre
sus numerosas propiedades y bienes inmuebles, dos fanegas en Barrero, cinco fanegas en el Prado de San Sebastián, una
fanega en el Rastro, otro celemín en el
mismo sitio, otro en la
Placeta que llaman de San Juan “que antes fue solar”
Curiosamente, este terreno se encontraba dentro de la fortaleza, como propiedad
del ayuntamiento, y, por este año, ya se lo había hecho propio, porque en 18 de
diciembre de 1652, se le dio licencia”
para el adarmillo de la Puerta Nueva,
que lindaba con Pedro de Medina, siempre por 20 años y reservando la propiedad municipal.. Baltasar
Serrano de Pineda, cinco fanegas en Peña Horadada y una en Carrera de San
Bartolomé”.
La iglesia parroquial de Santo Domingo se abandonó y
comenzó a ejercer sus sacramentos en
otras iglesias auxiliares,
principalmente en la iglesia de la Santa Veracruz y,
tan sólo, se celebran algunos cultos esporádicos en dicho tempo, por lo que se
abandona el barrio juntamente con su
fliligresía; en 1870, se culminó el traslado hacia la iglesia de Nuestra Señora
de las Angustias. Tampoco se conservaban el barrio de San Bartolomé ni el del Rastro; y el de san Francisco
prácticamente sólo reflejaba el edificio del monasterio; la ermita de San Blas,
adosada a la muralla, es otro de los barrios decadentes de la ciudad que, por cierto, había sufrido
un gran deterioro a principios de siglo
XVII con el derrumbamiento de la puerta de Martín Ruiz, gran parte de la
muralla que lindaba con la ermita, incluso,
por el Gabán que ,ahuecado por distinta cuevas, se había derrumbado por
completo”. Edificios públicos como el Matadero ya no ejercen las funciones y servicios que en años anteriores, por que
el edificio convertido en solar y la huerta del Matadero se han transformado
en bienes del caudal de Propios y los vecinos sacrificaban las reses en sus
propias casas del llano.
Prácticamente, se produjo el abandono
completo del Arrabal Viejo, junto con el de los arrabales de su alrededor . 9.12.1636. Acuerdo del cabildo:
“Don Andrés de Valenzuela y Mendoza,
digo que es comprado y poseo una hazas y tierras en la parte del Cubillo y
Puerta Nueva, que alinda con la muralla y camino y quisiera cercarla y porque
junto a la dicha tierra está otro pedazo que se hizo muladar y está indecente y
contra la forma y disposición que deben tener los sitios que están dentro de la
ciudad y quedarse con mejor modo si cercase y se continuare la calle para sí se
disponga, pido y suplico a S.S. me dé licencia para cercare con la dicha tierra
que poseo e que alinda con ella que es de la ciudad que de ella no se sigue
inconveniente alguna en la utilidad común y si me hará buena obra y para ello
nombre comisarios .. (...) En cumplimiento de lo que la ciudad cometió el día pasado a diez de noviembre de
este año e visto la tierra que por esta petición se pide el sitio y disposición
y parece que don Andrés de Baléensela tiene arado un pedazo de tierra que va
desde el Camino o calle de la Peña Horadada a parar a la Puerta Nueva, tan
solamente lo que dice Peña Horadada hasta el Cubillo arrimado hasta una peña
sobre que se funda una torre a la muralla , contose continuamente la tierra que
pide el dicho don Andrés de Torreblanca hasta una peña sobre la que se funda
una torre antes de llegar a la
Puerta Nueva, la cantidad de tierra de labor darán hasta doce
celemines y son un rudadero a el parecer inútil tal que sin mostrar la ciega y
berza la dicha calle o tránsito que está
empedrando , y si a la parte alta se
hiciese pared, que detenga la tierra siempre está limpia la dicha calle,
ansimismo de la dicha Peña y muralla hasta la dicha Puerta Nueva deste sitio
comptente, para que sirva de muladar de suerte que siendo hasta concesión que
la ciudad haga precaria y aunque se
cargue el rodadero y queda la calle libre e paso libre parece no tiene incoveniente y siendo servido le
poder conceder mandando que se ponga estos autos en el libro de Ayuntamiento
para que todo tiempo conste en esta fecha 20 de mayo de 1636. Juan Vázquez Mecía
La
ciudad, habiendo visto la dicha petición
y decreto del señor Juan Vázquez Mexía, le hizo merced de dicha tierra al tiempo
de la voluntad la ciudad y que no
adquiere más derechos que por el tiempo de la dicha voluntad y que se ha de
poder quitar con causa o sin ella.
Tan sólo, la calle de las Escalerillas de Santo
Domingo, la de la Cruz
de Piedra, Cava, y Mazuelos albergan algunas casas con vecinos. Pero, cuando su
despoblamiento se produjo de un modo más intenso fue en el siglo XIX. Pues, partiendo de la base documental de distintos padrones municipales., a
partir de 1822, podemos resumir la
situación del barrio de Santo Domingo y alrededores con los siguientes datos:
-Con
motivo del nombramiento de alcaldes de barrio, “ que celen y cuiden de los
respectivos partidos que se les asignen”, esta zona se comprendía dentro del
distrito cuarto y se componía de las calles siguientes:. San Blas, La Caba, Escalerillas, Pozuelo,
Mazuelos, Mesones, Trinidad, además de
Luque, Llana, Rosario y Medrano. En 1832, podemos constatar el número de viviendas y la
desaparición de la calle Mesones: San Blas ( 7 casas); Santo Domingo(4 casas) ;
Caba ( 7 casas) Y Mazuelos( 5). En 1833,
no hay variación, porque en Calle Pozuelo y San Blas, 12 vecinos; Escalererillas de Santo Domingo, .
5 casas y 12 vecinos; Caba 6 casas y 14 vecinos; y Mazuelos, 5 casas.
Uno
años después, en 1841, la despoblación es total: San Blas, un vecino, Casas por encima de San
Blas,8 casas; Iglesia de Santo Domingo, una;
Casa por encima de Santo Domingo, uno; Cava, 16 vecinos; calle Mazuelos, 4 y Hondiguilla, 8 vecinos.
Prácticamente, en los barrios colindantes ya no existe
población; y los edificios públicos y
religiosos son “un montón de ruinas cuyos materiales fueron vendidos hace pocos años y transportados a la
población”. La mayoría de
bienes inmuebles fueron vendidos a partir de finales del siglo XVIII y siglo
XIX( desamortización de Godoy, Mendizábal y Madoz) y cayeron en manos de la
burguesía alcalaína. Primero, le tocó la
suerte al paraje de San Bartolomé, que
se transformó en olivar, regentado por la familia Vigas, luego los
solares y ermita de san Blas, que cayó
en el segundo decenio XX en manos de la familia Fernández Anchuela; finalmente
el convento de las Monjas Trinitarias.
Y, hasta muy
avanzado el siglo XX, el descenso de
población y el poblamiento decae
profundamente y, tan sólo, se
mantuvieron varias casas en las Escalerillas y en la calle de la Cruz de Piedra., incluso
en 1901, la iglesia de San Blas
mostró los primeros síntomas de su ruina
que se plasmaron definitivos en el segundo decenio de este siglo vendiendo sus
enseres a la familia Fernández Anchuela. Pero la muralla y el barrio de Santo
Domingo siempre prestaron una fisonomía
peculiar a la ciudad de Alcalá la Real con sus restos de una
urbanización medieval y las huellas
de un asentamiento muy importante en el
dinamismo de la nueva ciudad.
CONCLUSIONES
De acuerdo con las fuentes escritas, el Arrabal Viejo fue un espacio urbano que se
desarrolló a lo largo de la historia de
la ciudad de Alcalá la Real
ofreciendo diversos paisajes:
-No está constatado asentamiento urbano en todo el
cerramiento de la tercera mural durante
la época musulmana, sino más bien un aspecto
semirrrural con predominio de huertos, solarines y, tan sólo, utilización de la
parte baja del cercamiento de la segunda muralla.
-A partir del siglo XVI, se desarrolla la urbanización
completa de todo el barrio de Santo Domingo con varias calles y nuevos accesos.
-El cerramiento
y la demarcación del barrio de Santo Domingo sufre una gran decadencia desde el siglo XVIII que culmina a finales
del siglo XX con la despoblación total y la transformación en eriales y
terrenos cultivables, recuperada recientemente por el Ayuntamiento para la
ubicación de un futuro parador.
AAVV.
ALCALÁ LA REAL “CIUDAD ABACIAL Y REAL” Pág.
276 Y SS
No hay comentarios:
Publicar un comentario