"la historia local contribuye a fundamentar la base del conocimiento global de los pueblos desde el estudio de los acontecimientos de las ciudades"
miércoles, 28 de abril de 2021
lunes, 26 de abril de 2021
NUEVAS APORTACIONES PARA LA HISTORIA DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA
NUEVAS
APORTACIONES PARA LA HISTORIA DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA
FRANCISCO
MARTIN ROSALES
Académico Bellas Artes
I
DEVOTOS ALCALAÍNOS DE LA VIRGEN DE LA CABEZA ANTES DE LA FUNDACIÓN DE LA
COFRADÍA.
Continuamos con la fecha de la fundación
de la cofradía alcalaína de Nuestra Señora de la Cabeza y su relación con los
devotos. Nunca se había comentado la instauración de la devoción en nuestra
tierra.
Y la hubo. Sirvan de ejemplo varios documentos en forma de testamento. El
primero adelanta el culto a 1542 lo realiza Diego Martínez de Pareja, el
segundo de Ana Fernández de Reina.
Diego era un padre de familia que se vio obligado a acudir a la Jornada de
Guerra de África con las milicias locales en 19 de diciembre de 1542 este año;
y, tras el desastre de Argel que las tropas otomanas habían infringido al
emperador Carlos V, no sabía lo que le podía ocurrirle como le aconteció a
Cervantes, caer cautivo o morir en la guerra o cautiverio. Por eso levanta el
testamento para exponer sus últimas voluntades. Y entre las tradicionales
mandas, deja varias por su alma, almas del Purgatorio y su padre Andrés
Martínez de Pareja. Y dos especialmente rezadas en la Iglesia Mayor dedicadas a
Nuestra Señora de la Cabeza, para ruegue ante Dios e interceda para que le
perdone sus pecados. Como hombre del mundo del campo y ganadero, se ve inmerso
en ventas de animales de cargas ( mulos y asnos) y pieles de animales y
contrayendo varios censos o préstamos familiares con Francisco de Góngora junto
con su madre Catalina García y su hermano Marcos Hernández
El segundo documento es el
testamento de Ana Fernández de Reina, hija de Diego Hernández del Rey, casada
con Pedro González con dos hijos Magdalena y Alonso González, que levantó ante
el escribano Francisco Ordóñez el 14 de mayo de 1548. Suele presentar los
típicos datos, en este caso, del enterramiento de una sepultura en la Iglesia
de Santo Domingo de Silos, donde estaban enterrados sus abuelos y padres.
También, las mandas de misa de réquiem y vigilia y acompañamiento de
beneficiados y cera y pendón de la cofradía de Santa Ana, de la que era
hermana, en su entierro; otro novenario de misas, la de San Agustín, el
quinario a Nuestra Señora, por almas del purgatorio, y otras de Espíritu Santo en
el templo de Santo Domingo de Silos, pero manifiesta que fueran
rezadas. No olvida tampoco los cuatro maravedíes para los santuarios
acostumbrados como era el de Jerusalén, y por el rescate de los Cautivos, ni un
regalo para su hija Magdalena, que versaba en todas las piezas de diversos
colores (de seda azul, amarillo, colorado…) de un dormitorio y de un comedor
con sus sabanas y atavíos; tampoco lo hace con su prima hermana que la había
mantenido en su casa como personal de servicio y recomienda a su marido que le
pague por su trabajo.
Y hay dos notas destacadas, también dos misas rezadas por su devoción a
Nuestra Señora de Cabeza, con lo que adelanta en siete años los datos sobre la
práctica y culto por esta advocación mariana. Y lo dice con estas palabras
“ las quales mando que se digan el domingo postrero de Abril, primero
venidero quando van a su fiesta; y, si antes se pudiera decir, de diga y se le
dé la limosna para la cera que se gasta en su capilla un cirio de una libra;
mando que las dichas misas se digan en su propia casa donde está”.
El documento tercero es el testamento de Catalina Martínez, mujer de Diego
Ibáñez que comparte con Ana Fernández la fecha 5 de agosto de 1548, y la
dedicación de dos misas a Nuestra Señora de la Cabeza y a Nuestra Señora
de Consolación (Escribano Luis de Cáceres).
La devoción de la Virgen de la Cabeza ya tenía antecedentes antes que se
fundara la cofradía, y a ella ya acudían los devotos alcalaínos, y lo
celebraban, como ahora, el último Domingo de Abril y lo curioso que todavía nos
y había fundado el templo sino en la Casa del Santuario, como manifiesta el
santuario, donde acudían los romeros y hacían ofrendas, en este caso los
cirios, al mismo tiempo que se reservaban unas misas por las almas de los
difuntos.
III
LOS PRIMEROS HERMANOS Y PENDÓN DE LA
VIRGEN DE LA CABEZA
Por
el documento de contrato entre Andrés de Medina y el bordador, broslador,
Juan Martínez Montañés sabemos que el primer hermano mayor fue Aparicio
Martínez de Colomo [3] y
que fueron los primeros hermanos de la cofradía : este mismo
Aparicio, el sastre Diego Sánchez, Martínez de
Molina, Bernabé de Alba, el tendero Francisco Hernández
de Navas, Bartolomé de Ortega, Juan Serrano, y Gómez Gallardo,
que todos eran vecinos de Alcalá la Real. Por su amor a la Virgen de la
Cabeza, comenzaron a organizar la cofradía y encargaron el estandarte al bordador
Juan Martínez Montañés (por cierto, en este mes vecino de Granada) y, a través
de este testimonio, sabemos los siguientes datos:
-Tuvo
lugar el encargo del pendón el cinco de junio de 1560, lo que manifiesta que ya
existían devotos y cofrades en 1560. Probablemente, no todos fueron ganaderos
que acudieron a la fiesta y feria del Cerro de la Cabeza, los había de diversos
ramos.
--Desde
principio, como establecían los estatutos de la Cofradía de Andújar, debían
equiparse de unos estandartes que tenían que llevar impresos el escudo
y armas de la ciudad de Alcalá la Real para ser identificada esta
nueva cofradía filial entre todas las del Cerro; y en el diseño del
pendón, bordado por Juan Martínez Montañés se recogía que iban dos imágenes de
la Virgen de la Cabeza en un lado y otro, con las llaves y leones de Alcalá la
Real y el letrero de la ciudad alcalaína[4].
-Existía una relación muy grande
entre estos artistas y artesanos alcalaínos, porque años después con el propio
Juan Martínez Montañés, se volvieron a establecer relaciones comerciales y
contractuales. Así 1566, vemos al bordador con los hermanos Diego y Hernán
Sánchez firmando un trato de 20 arrobas de vino torrontés con un precio de
5.100 maravedíes.
[1] MARTÍN
Rosales, F, La romería de la Virgen de la Cabeza y la
Cofradía de Alcalá la Real. Toro de Caña, nº 4
[2] PÉREZ
CASTILLO, Matilde. La Cofradía de la Virgen de la
Cabeza de Alcalá la Real, más de 450 años de historia. PVC. 2011.
[3] Y
no Colomar, como señalaba el documento del Libro de Actas de Andújar.
[4] AJPJ.
Escribano Andrés de Medina. Folio 92 vuelto- 93 vuelto. Año 1560.
IV
EL PRIOSTE FRANCISCO MUÑOZ, SEGUNDO HERMANO MAYOR DE LA COFRADÍA
POR el testamento ante Hernán Sánchez (Legajo 4669, 10 de agosto de
1571), María Hernández Cordobesa, esposa de Diego Hernández, declaraba ser
enterrada en la ermita de la Veracruz, y haber aportado 12.000 maravedíes en la
carta dotal. Desde 1551, vivía en Alcalá la Real, y había tenido dos hijas
Beatriz y Juana Ruiz, anteriormente estuvo en Montefrío y nació en Córdoba, de
ahí su apodo como apellido. Mujer sensible con la solidaridad, dejaba todas sus
sábanas para los pobres del Hospital Dulce Nombre de Jesús.
Muy
curiosa es la manda de tres ducados que aportaba a las obras que se mantenían
en edificación Santa María la Mayor, convento de Consolación, ermita de san
Sebastián, San Bartolomé, Veracruz, Santa Ana, Nuestra Señora de la Cabeza y
hospital del Dulce Nombre de Jesús. Como buena devota, realizaba las
tradicionales mandas de misas acostumbradas a la Pasión, de exequias y
réquiem.
Pero la manda más importante estaba
relacionada con la cofradía romera del Cabezo, que aportaba datos de su
construcción y cofradía
"Dejo por universal heredera que doy
título y recurso a la Cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza de esta ciudad de
Alcalá la Real, porque de ellos se compren ornamentos para la imagen e altares
del Señor San Marcos, donde estaba la cofradía o estubiere, para el culto de la
de la dicha imagen e reparos de la iglesia, como más vien visto sea al priostre
e alcaldes de la dicha cofradía , a la que dejo por mis legítimos
administradores de lo susodicho , y esto a tanto que no tengo herederos,
ascendientes o descendientes que hereden mis bienes y haciendas"
Firmaban el testamento el Hortelano Pedro Sánchez de la Hinojosa y
Francisco Muñoz, mesonero. prioste de Nuestra Señora de la Cabeza. Dejó algunos
bienes para sus familiares Bartolomé y Juana Ruiz hijos de sus hermanos.
Por este testamento, la
ermita de San Marcos se encontraba en obras, y existían en 1571 varios altares
(el de San Marcos y el de la Virgen de la Cabeza). No está muy claro si la
imagen de la Virgen romera se encontraba, pues tan solo se asevera con
rotundidad ornamentos para la imagen si estuviere. Lo que se declara con
rotundidad que se rendía culto con los ornamentos del altar (frontales,
manteles, telas, mantos de adorno...).
Curiosamente aparece el prioste
Francisco Muñoz, un nuevo hermano mayor conocido de su historia tras
Aparicio Martínez de Colomo. Un nuevo documento de codicilo de Marina López,
mujer de Martín de Alcalá (Hernán Sánchez, 4670, folio 210, 1572) se entierra
en la iglesia de Consolación, se le dice misa de réquiem y vigilia en iglesia
de san Pedro del Castillo, y, lo más importante, dio de limosna la que se
necesitare para los manteles de lino, unos para la Virgen de la Cabeza, otros
para San Marcos, los dos altares de esta ermita, donde se encontraba ya la
Virgen, como lo manifiesta la testadora.
V
EL ROQUETE DE LA VESTIMENTA DE LOS
HERMANOS DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA
En nuestro libro de la Historia de la Real
Cofradía de Alcalá la Real, señalamos, partiendo de las publicaciones de Salcedo,
que los cofrades solían llevar un roquete blanco, sombreros blancos e insignias.
Y recogemos la siguiente cita" De este siglo se conserva una
perfecta visión de la celebración de la Romería en la obra publicada en 1677
por Salcedo Olid "Panegírico Historial de Ntra. Sra. de la Cabeza de
Sierra Morena", donde describe como la organización de la Romería y de las
Cofradías dependía de los Diputados de la Cofradía Matriz a cuyo frente
figuraba el Prioste que, para distinguirse en Romería, vestía roquete y
sombrero blanco, banda y báculo rojo; el Mayordomo roquete, sobrero blanco,
báculo y banda del mismo color; los Diputados vestían banda y báculo colorados,
y los cofrades túnicas blancas a modo de "alba" y roquete blanco para
recogerse el pelo.
Pues recién fundada la
cofradía ya poseía la tradición de que los hermanos vistieran el roquete blanco.
En concreto, por el testamento de Isabel de Jerez, esposa del albañil Juan de
Álvarez se encuentra el roquete que, como hermana de la cofradía de la Virgen
de la Cabeza disponía y lo convertía en mortaja en el día de su enterramiento
as la manera de otros con el hábito franciscano o, en otras ocasiones blanco.
Esta es la manda (AHPJ, Hernán Sánchez, 4666, folio, 21 de enero de 1567)
"ítem
declaro que tengo en prenda en poder de la biuda de Benito de Santisteban
mi roquete, que tengo para servicio de la Cofradía de la Señora de la Cabeza,
en dos reales, que prestó, mando que se le pague y cobre el roquete
con el qual me mandó enterrar y lo lleve en lugar de mortaja, y, cumplido
todo lo que aquí mandó al remaniente de mis bienes, derechos y
acciones e título y recurso que he y aver pagado e de mando lo aya
y enreden por y siguientes partes Juan Álvarez, mi marido, y mis hijos a
los quales nombré por tales y universales herederos
Pocos documentos
encontramos de la cofradía de la Virgen de la Cabeza de Alcalá la Real en el
siglo XVIII.
VI
LA COFRADÍA
DE LA VIRGEN DE LA CABEZA A MEDIADOS DEL SIGLO XVIII
Y menos aún, a partir de
su mitad. No obstante, podemos manifestar que la cofradía pervivía con su
organización ya arcana. A través de un documento del escribano Juan Gutiérrez
de Hinojosa (Legajo 5464, folio ilegible que no llevó derechos, pero dio fe) en
21 de mayo de 1757, se firmó un contrato de compraventa entre la cofradía
romera y el presbítero y notario mayor de abadía don Ceferino de Torres por
juro de heredad para siempre jamás. Por ella, se ratifica una casa abandonada
que poesía en la calle de los Moros, que bajaba a la de los Vicente en el
Arrabal Nuevo como bien propio legado por uno de sus devotos, y que ya aparecía
entre los bienes del Catastro de la Ensenada.
Su organización mantenía como principales cargos directivos el hermano
mayor, en este caso Blas García, y como alcaldes Francisco Antonio Ibáñez y
Bartolomé Cano. La casa se cita como pequeña y perteneciente a la parroquia de
Santo Domingo de Silos, lindaba por lo alto con la casa del comprador y por lo
bajo con las murallas, citándose también por el corral la calle Romero.
Se valoró en 70 reales de vellón.
Curiosamente no aparece citada como cofradía, sino como Hermandad de
Nuestra Señora de la Cabeza y fueron testigos de la transacción don Juan de Callaba,
Pedro Alcalá y José Nieto.
Es un documento interesante, porque la cofradía de la Virgen de la Cabeza
nunca decayó, siempre se mantuvo a pesar de los tiempos de rigorismo ilustrado,
y las familias solían ser casi siempre de los Cano, García e Ibáñez como
mantenedoras de culto y romería ocupando cargos directivos. No fue la única
casa que compró Ceferino de Torres por este entorno, otra en la calle Cava
compró a Petronila del Álamo, lindera con la muralla por los corrales
domingo, 25 de abril de 2021
EN LA SEMANA DEL DIARIO JAÉN FIN DEL IV CENTENARIO DE GINÉZ MARTÍZ DE ARANDA
FINALIZA LA CONMEMORACIÓN DE DEL IV CENTENARIO DE GINÉS MARTÍNEZ DE ARANDA
Todavía, nos encontramos en la conmemoración de la muerte del famoso arquitecto Ginés Martínez de Aranda. Pues debió acontecer entre marzo y noviembre de 1620. Su biografía ya ha sido muy descrita por el profesor José Luis Damaso Chicharro en un artículo anterior de esta sección de La Semana. Se distinguen varias etapas en la vida constructiva de Ginés Martínez de Aranda: la etapa castillera (1580-1588), la segunda estepa o alcalaína (1588-1598), etapa gaditana ( 1598-1602) breve etapa castillera (1602-1603), etapa compostelana (1693-1606) tercera etapa alcalaína (106-1620). Como se comprueba, hemos introducido unas breves anotaciones a los artículos anteriores de este maestro de obras baezano afincado en tierras abaciales de Alcalá la Real antes de marchar a Galicia.
Un nuevo documento nos ilustra de su breve
etapa en tierras jiennenses, tras su vuelta a su tierra desde su paso por Cádiz
acompañando a su obispo el abad antiguo alcalaíno Maximiliano de Austria, otro
jiennense nacido en el Arco de San Lorenzo. Ante Alonso Ramírez de Molina, (
legajo 4746, folio 29) a primeros de enero de 1603 se obligaba a hacer Ginés
Martínez de Aranda, como vecino del Castillo, " las gradas del altar
mayor en la capilla mayor nueva de la iglesia de esta villa y epistoleras,
conforme a la traza que se le dio firmada por su señoría don Alonso de MENDOZA,
ABAD DE ESTA ABADÍA, de piedra de cantería labrada y limpia, y en perfección
conforme a la dicha traza y modelo , y comenzará desde luego y dará
acabado en primeros del mes de marzo primero y a contento de Su Señoría ,
y no lo cumpliéndolo que a su costa mando hacer conforme a la dicha
traza y modelo, y por lo que en ello se gastare y se le ejecute y cobre con el
juramento del mayordomo que es o fue de la dicha Iglesia, por lo cual se
le a de dar cincuenta ducados y con ellos lo a de hacer todo a su costa
del todo punto, poniendo los materiales y manufactura sin que se le de
otras cosas algunas , las cuales se le han de dar como fuera haciendo la obra
de manera y acabada de hacer este esté pagada, entregó se la dicha
traza firmada de su Señoría y de mi presente escribano". Se presentaron como
testigos los vecinos castilleros don Francisco de Mazuela y Francisco Reyes. Y firmaron
el escribano y testigos Ginés Martínez de Aranda.
La iglesia del
Castillo se habría acabado en sus paramentos por la parte de
una capilla mayor "nueva" en 1603, ya que Ginés continuó la
obra anterior. Y, en el documento, se destaca que debió participar en las
trazas, porque las anteriores no pudieron ser firmadas por el abad Alonso de
Mendoza. Y eran de Alonso Barba. Aquí se encuentra
interviniendo en una parte de la capilla, gradas , altar y epistoleras.,
término antiguo referente a los ambones para la lectura de las Escrituras.
No fueron
las únicas obras, por este tiempo, en 30 de enero 1603 se ampliaron las
dependencias del templo con la compra de parte del corral de Francisco de
Mazuela, que afectó a la parte de la sacristía vieja, en una extensión de ocho
varas y media " para que la dicha sacristía quede en marcada
perfección, y ancha como se acordara hacer y proceder en ella así
en largo como en ancho" . El Señor Abad Alonso de Mendoza llevó a
cabo un edicto de licencia, del que destacamos lo siguiente:
-"Por
cuanto la Iglesia del Señor San Pedro de esta villa tiene poco corral e un pedazo
descubierto que todo alinda con casas de don Francisco de Mazuelos
Monte. En las cuales casas la dicha iglesia tiene necesidad de cierta
parte para poder ensanchar la sacristía, que sea tratado que el dicho don
Francisco lo dé y el susodicho lo dan en trueque e tratan cantidad hasta la
parte de la calle, e para que esto se ponga en ejecución presente damos
la licencia a Juan de Mérida , presbítero mayordomo de la dicha iglesia. Que en nombre de ella pueda
ofertar lo susodicho, tomando del corral del dicho don Francisco lo que fuera
menester para la dicha sacristía, y alindándolo, amojonándolo y dándole otra
cantidad tanta en el corral de la dicha Iglesia a la parte de la calle, e
otorgar escritura en bastante forma obligando para la firmas a los bienes y
rentas de la dicha iglesia en las cuáles interponemos autoridad
dada en la villa del Castillo a 31 de enero de 1603".
En el
contralo se hizo el trueque de una parte del corral y cementerio que la iglesia
tenía por la otra parte del corral de don Francisco de Mazuela. Afectaba a
ocho varas y media de largo por tres varas y media; y cinco, poco más o menos,
de ancho así hasta llegar a el pozo para que esto lo pueda dividir y
partir, y alinda por la calle delantera con la calle de la Plaza y puedan
cada uno su parte labrar y edificar lo cual le pareciere a su costa, e incorporar
a ello lo que el dicho don Francisco da con la iglesia, y lo que a él
se le da con sus casas y se dan y venden la una cantidad e otra por libre de censo
, memoria ni otra hipotecas alguna . Se concebía como una
donación de una parte a la otra y el contrato se hizo de mutuo
acuerdo sin pleito alguno.
Con esta obra, se cubre una parte de la estancia en la abadía
Alcalá la Real durante la muy estudiada etapa de sus estancias y trabajo en otras
tierras de España, entre Cádiz y Santiago de Compostela. Por otra parte,
confirma la presencia en las obras de la iglesia de San Pedro del Castillo de
Locubín, incluso aportando nuevas trazas para la capilla mayor, lo que
intuyeron otros tratadistas de este maestro de obras, cuya muerte se produjo
hace cuatrocientos años.
sábado, 24 de abril de 2021
jueves, 22 de abril de 2021
EL CORTIJO DE LA MERCED Y EL TOQUE DE LA QUEDA
El toque de campanas se sentía esta noche, era primnavera; se convertía la ciudad en un lugar de misterio en esta estación del año, pues en verano a las diez de la noche casi apagaba los últimos rayos de la luz del sol. Sonaban nueve campanadas de tres en tres en volteo de la campana María, intercaladas por la de Santo Domingo como si se asemejara al toque de entierro. Todos reconocían el anuncio de salir del puesto de trabajo y encerrarse en las casas, las primeras que cerraban eran las puertas del Hierro, Lanzas, Imagen; luego Zayde, el Aire, Peso de la Harina, Nueva, Rastro, Cañuto y Arrabal. Y acababan con la de losÁlamos, Granada, Villena y del Campo. Una vez entrado los vecinos en sus casas , cerraban sus puertas, portones , grilletes, verjas y ya no los abrían hasta el alba. Raro era el día en que se rompía aquel cierre de la ciudad de la Mota y la ciudad del valle que comenzaba a llenar el valle que cerraban los cerros de l Mota y Los Llanos. A veces, se escuchaban a los animeros y a los que llevaban la santa comunión a los enfermos, pero eran en determinados días, en otoño. Este toque de queda se distinguía por llamarse toque de ánimas, ya que las familias rezaban por sus difuntos al escuchar estas campanadas, sonaba diferente al del toque de laudes, ángelus o vísperas .
La campana María sobresalía con su toque lánguido y pausado y se diferenciaba de cualquier sonido llamando a una misa o repique general. Duraba un décimo de hora y se escuchaba en toda la ciudad, los campaneros solían ser los mismos de siempre. Esta noche de 29 de junio de 1612 , lo hacían los sacristanes. Tocaban las campanas con cierta alegría a pesaar de que la oscuridad del bocel de la torre del campanario no se identificaba salvo por el fulgor del candil que les había llevado a la Sala del Reloj, donde pendían las sogas de las campanas. Gerónimo Jiménez y Pedro de Arjona se intercambiaban los silencios con la mirada y jadeaban tras subir las más de cien escalinatas, desde la puerta de la capilla del baptisterio. En el rellano del coro, se cruzaron la mirada, mientras recordaron la entrevista con el alcaide don Antonio López de Gamboa:
-Nos dijo cuánto llevamos de sacristanes- dijo Gerónimo.
-Hombre, cada uno entró tras la prueba de Doctrina- contrestó Pedro de Arjona.
-Hoy, a lo mismo, pero más contentos.
-Me falta la respiración, pero es de alegría por el contrato.
-Nos hemos obligado, claro , es un compromiso muy serio, pero seguro.
-Sí, ya lo sabíamos y los habíamos hecho todas las noches.
-Y lo haremos, mientras seamos sacristanes de la Iglesia Mayor. Tañerermos este toque.
-El que llamamos Oración de las Ánimas.
-Mira el reloj, solo faltan unos minutos para la siete, todavía no ha llegado el verano, estamos en en el primer verano (primavera).
-Ya llegará cuando por San Juan toquemos a las nueve de la noche.
-Qué señor más formal, don aAntonio. Nos ha renovado el contrato por otros tantos años.
-Ha cumplido con el vínculo que instituyó su madre doña Teresa de Eraso.
-Y nosotros tan puntuales como la pica de una lanza, a las siete, ni un día en falta.
-Y, don Antonio, hombre de palabra, nos pagó los seis ducados del año pasado, een el día de hoy.
-Y no faltará la paga en 1613 por este día.
-Bueno, él no lo paga, lo hace el arrendado de su cortijo de La Merced.
-Exactemente, Diego Ramírez.
-Dijiste la Merced.
-Si fuera de día veríamos desde esta torre donde empiezan sus tierras y casi se pierde la vista en su extensión.
-¿Sabes su historia?
-Me llama la atención por el nombre.
-Creo que está claro y evidente que responde a una merced real a uno de los capitanes que acompañaron a los Reyes Católicos en la toma del Reino de Granada.
-Sí, pero lo cierto que su nombre ya era una realidad en el siglo XVI.
- Y pasó por las herencia al alcaide a través de su madre.
-Recuerdo un contrato de arrendamiento entre su propietario y el arrendador. Este era mi pariente Antón de Arjona. Y el propietario el señor Benito López de Gamboa, que compró la alcaldía de la fortaleza de la Mota, oidor de la Chancillería Real y Consejero de las Indias de Felipe II. Su hijo Antonio López de Gamboa heredó la alcaldía y fue regidor perpetuo y escibió una monografía de los orígenes y antiguedades de Alcalá la Real. Lo representaba su hermano el licenciado y presbítero Francisco de Gamboa, que ejercía el cargo de provisor vicario del abad en 1570 (ambos Benito y Francisco eran hijos del capitán Antón de Gamboa que fue vecino de Alcalá la Real y formó parte de los ejércitos de los Reyes Católicos). Pero lo importante del documento radica en los datos que aporta sobre el cortijo.
-Dime, dime, este cortijo se componía de unas 300 fanegas y una casa de teja, denominada también cortijo. Se ubicaba en el paraje del Tablero y le dicen de la Merced de Francisco Grimaldo.
-Mira fíjate en lo que me dijo su arrendador.
-Esta tierra esta mezclada, y hay una encina que sobresale, perdurará por el tiempo, le gusta su sombra al ganado
-Me cuentan que esta encina más antigua y de mayor sombra hace unos años un rayo hirió de muerte su tronco inabarcable por más de cinco personas
-Bueno vamos, da el toque que te has pasado de hora quince minutos.
Con el toque lúgubre, comenzaban a encenderse las cocinas y de las chimeneas francesas de la Mota salían unas columnas de humo, el murumullo de los rezos de ánimas se distinguía sin apreciar los rezos de los animeros, habían concluido las actividades, y el toque de queda invitaba a pedir por los difuntos. Se le fue el santo al cielo a los sacristanes y lo prologaron treinta minutos.
-Que no es el día a 2 de noviembre, para dar un toque de treinta minutos, y para pedir por los difuntos en su día.
La María emitía un sonido grave, un sonido muy especial.
Cien quintales peso,
quien no me crea
que me coja en peso
de la Mota los Llanos
y de los Llanos a la Mota.
martes, 20 de abril de 2021
viernes, 16 de abril de 2021
EN ALCALÁ INFORMACIÓN. PUERTAS NUEVAS DE LA MOTA.
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Se
realizan actualmente las obras de parte de la muralla de Santiago, desde la
Torre Nueva de la Cárcel hasta la Puerta Nueva del Bahondillo. Esta última se
abrió en tiempos de las Reyes Católicos, pero fue un acceso fundamental para
todos los vecinos que provenían de los barrios o arrabales de San Sebastián,
Peña Horadada, Cerro de los Palacios o San Bartolomé, Matadero, Rastro y
entorno de esta puerta; fue, también, salida de los campesinos de la ciudad
fortificada y de sus vecinos al campo en momentos, como el actual, de
epidemias, pandemias y peste. Ganó importancia en tiempos de Carlos I hasta tal
punto que el famoso maestro Martín de Bolívar la ejecutó a la manera de la
puerta de las Lanzas y con una imagen, probablemente de Santa Ana, y escudos de
la ciudad a mediados del siglo XVI. Aquel barrio y este lugar desaparecieron
prácticamente a finales del siglo XVIII, y se transformó el hábitat humano en
una tierra de cultivo. Ahora se vuelve a sus orígenes y puede revitalizarse por
ser una magnífica novedosa entrada de la Mota, por la que se ofrece al visitante una nueva lectura del
monumento alcalaíno: por un lado, se comprende
perfectamente, la historia alcalaína del mundo troglodita hasta los tiempos
abaciales; por otro lado, es un magnífico mirador de las tierras que miraban a
Priego y Montefrío; y, por último, pueden recuperarse restos arqueológicos
importantes de la zona y lugares como el
paramento de la Carrera de los Caballos, la
Puerta del Rastro, el Matadero y las Carnicerías Viejas, así como la
Puerta de Zayde que comunicaba estos barrios con el de Santo Domingo. Otra
puerta desconocida que se conserva en todo su arranque hasta la mitad de sus
pilares y la calle que se dirigía a la perdida puerta del Cañuto, al pie de la
muralla del Gabán. Hay muy pocos arabismos que se hayan conservado
en la Mota: adarve, albañares, aljibe, almena, escopetar, mezquita, Zayde,
...y gabán. Esta procede del árabe qaba, aban, capote, y de ahí
recinto con una bóveda ahuecada, que en Alcalá arrancaba a desde la torre de
Aguilera y bajaba en su descendía por un cañuto hasta la puerta Zayde, y se
enlazaba con otra descendida hacia la iglesia de Santo Domingo. En su trayecto
final junto a la entrada a la plaza, se encontraba la puerta del Cañuto y algunas
tiendas que fueron levantadas en tiempos del corregidor de licenciado
Cabezas. Se entraba por un pasadizo rodeado también de tiendas, donde se
colocaban los puestos de vender harina, cebada y otros productos de la huerta,
incluso, el pescado. En
1574, los regidores de este año así lo describían, se haga la
pescadería debajo del cañuto por inconvenientes de venderlo (…) en derecho como
se baja de la plaza por el camino debajo del Gabán en el grueso debajo de la
plaza, que es donde ningún perjuicio recibe el Gabán, la muralla ni particular
ni la calle y está cubierto y costará poco. La dicha pescadería se haga allí
encima del arco del repeso de la romana y bajo. Con esto se
manifiesta que el recinto debió estar muy habitado y con un fuerte uso
comercial por su entrada y salida y el recorrido interior. Con el mismo escribano
Alonso Ramírez de Molina en 1570, se ubica, en una parte del Cañuto, La Puerta
Baja del Cañuto mediante la dote de las casas que se concedieron a Juana de
Castro y Antón García de Extremera: “unas casas en el final de la Puerta
abajo del Cañuto, linde con casas de Juan de Castro y el adarve de la Puerta
Zayde”. Por lo que se describe que la salida del Cañuto por la parte baja
se cerraba con una Puerta, cercana al adarve de la Puerta Zayde y unas casas a
su derredor, las de Juan de Castro. Entre el recinto fortificado de la Mota y los nuevos
barrios de los Mesones, Caba, Cuesta del Cambrón, Trinidad y San Francisco, se
extendía el tramo de las Entrepuertas, entre la Puerta de la Imagen y la de las
Lanzas. Pero, no nos extraña la presencia de otra puerta nueva, la puerta del
Hierro que no se conserva, y tan sólo persiste un arranque del arco antes del
tramo ascendente delante de la Puerta de las Lanzas. En un documento del
escribano anterior Alonso Ramírez de Molina, de 1566 en un contrato entre un
zapatero Lázaro Rodríguez y el regidor
Pedro Hernández de Alcaraz en 1566 se sabe que se hallaban estas casas y tiendas, con
cuatro moradas, encima, que nos los principales tenemos en la calle de los
zapateros de esta ciudad, linde por abajo con casas de la viuda de Juan
Martínez y tienda de Pedro de Martos, e por arriba la calle del Albaicín hasta
dar a una calle que le dicen de la Puerta el Hierro. Por lo que este tramo de la calle de
Entrepuertas se llamaba de Los Zapateros, y nos ubica LA PUERTA DEL
HIERRO . . Es curioso su nombre. Hay datos fidedignos que allí
ubicaron su taller de forja varios cerrajeros, herreros, caldereros y
herradores. No podía recibir mejor denominación. Hoy, los restos de esta puerta
que cerraba el arrabal de los Mesones y Lagares, es uno de los miradores de la
ciudad del llano y del valle de Alcalá la Real. Esta puerta, antes cerraba con
las epidemias, hoy día es un altozano privilegiado para contemplar el entorno
de la Sierra Sur. Lo mismo que las puertas Nueva, Rastro, Zayde, Cañuto e Hierro.
Un patrimonio que se ha recuperado en muchos años, y ahora se ofrece para el
disfrute y conocimiento.
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EN ALCALÁ INFORMACIÓN. PUERTAS NUEVAS DE LA MOTA.
jueves, 15 de abril de 2021
miércoles, 14 de abril de 2021
LA IGLESIA DE SAN PEDRO DEL CASTILLO DE LOCUBÍN. OBRAS EN EL ALTAR MAYOR, SACRISTÍA Y AMPLIACIÓN DEL RECINTO EN 1603.
Se disitinguen varias etapas en la vida constructiva de Ginés Martínez de Aranda : la etapa castillera (1580-1588), la segunda estpa o alcalaina (1588-1598), etapa gaditana ( 1598-1602) breve etapa castillera (1602-1603), etapa compostelana (1693-1606) tercera etapa alcaláina (106-1620).
Un nuevo documento nos ilustra de su breve etapa, tras su vuelta a su tierra desde su paso por Cádiz acompañando a su obispo el abad antiguo alcaláino Maximiliano de Austria. Ante Alonso Ramírez de Molina, ( legajo 4746, folio 29) a primeros de enero de 1603 se obligaba a hacer Ginés Martínez de Aranda, como vecino del Castillo, " las gradas del altar mayor en la capilla mayor nueva de la iglesia de esta villa y epistoleras, conforme a la traza que se le dió firmada por su señoría don Alonso de MENDOZA, ABAD DE ESTA ABADÍA, de piedra de cantería labrada y limpia, y en perfección conforme a la dicha traza y modelo , y comenzará desde luego y dará acabado en primeros del mes de marzo primero y a contento de Su Señoría , y no lo cumpliéndolo que a su costa mando hacer conforme a a la dicha traza y modelo, y por lo que en ello se gastare y se le execute y cobre con el juramento del mayordomo que es o fue de la dicha Iglesia, por lo qual se le a de dar cincuenta ducados y con ellos lo a de hacer todo a su costa del todo punto, poniendo los materiales y manofractura sin que se le de otras cosas algunas , las quales se le an de dar como fuera haciéndo la obra de manera y acabada de hacer este esté pagada, entregó se la dicha traza firmada de su Señoría y de mi pesente escribano". Se presentron como testigos los vecinos castilleros don Francisco de Mazuela y Francisco Reyes. Y firmaron el escribano y testigos Ginéz Martínez de Aranda.
CONCLUSIONES
-La iglesia del Castillo se habría realizado en parte, la capilla mayor "nueva" en 1603.
-Ginés continuó la obra anterior y se destaca que debió participar en las trazas, porque las anteriores no pudieron ser frimadas por el abad Alonso de Mendoza. Y eran de Alonso Barba. Aquí se encuerta en una parte de la capilla, gradas , altar y episto
leras.
martes, 13 de abril de 2021
UN NUEVO DATO SOBRE EL ARQUITECTO GINÉS MARTÍNEZ DE ARANDA. EL ALTAR MAYOR DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO.
Se disitinguen varias etapas en la vida constructiva de Ginés Martínez de Aranda : la etapa castillera (1580-1588), la segunda estpa o alcalaina (1588-1598), etapa gaditana ( 1598-1602) breve etapa castillera (1602-1603), etapa compostelana (1693-1606) tercera etapa alcaláina (106-1620).
Varios documentos de Alcalá la Real y Castillo de Locubín recogen su presencia durante esta etapa tan corta en medio de su periodo como maestro de obras del abad Maximiliano de Austrias en los obispados de Cádiz, Segovia y Santiago de Compostela. El primero que encontramos se llevó a cabo en cinco de marzo de 1602, y lo hace firmando un contrato de venta ante JUan Bautista de Santiago. En concnreto, le pagaba Rodrigo Aranda le pagaba 200 reales por dos piezas de l,ienzo, con lo que se testimonia su presencia y no se recoge el oficio de Ginés (Legajo 5646folio 75).
Otro documento, muy parecido al anterio de se comprometía seis meses después, 16 del mes de junio del mismo año, con el mercader Francisco Rodríoguez en razon de 16 piezas de olanda surtidas de todas suertes, con una dimensión de 175 varas y media ( Lewgajo folio 242). El tercer documento comercial se haced con un mercader granadino Hernando Sánchez 32 reales por ocho varas de naval. (Legajpo folio 453)co n el Un nuevo documento nos ilustra de su breve etapa, tras su vuelta a sus tierra desde su paso por Cádiz acompañando a su obispo el abad antiguo alcaláino Maximiliano de Austria. Ante Alonso Ramírez de Molina, ( legajo 4746, folio 29) a primeros de enero de 1603 se obligaba a hacer Ginés Martínez de Aranda, como vecino del Castillo, " las gradas del altar mayor en la capilla mayor nueva de la iglesia de esta villa y epistoleras, conforme a la traza que se le dió firmada por su señoría don Alonso de MENDOZA, ABAD DE ESTA ABADÍA, de piedra de cantería labrada y limpia, y en perfección conforme a la dicha traza y modelo , y comenzará desde luego y dará acabado en primeros del mes de marzo primero y a contento de Su Señoría , y no lo cumpliéndolo que a su costa mando hacer conforme a a la dicha traza y modelo, y por lo que en ello se gastare y se le execute y cobre con el juramento del mayordomo que es o fue de la dicha Iglesia, por lo qual se le a de dar cincuenta ducados y con ellos lo a de hacer todo a su costa del todo punto, poniendo los materiales y manofractura sin que se le de otras cosas algunas , las quales se le an de dar como fuera haciéndo la obra de manera y acabada de hacer este esté pagada, entregó se la dicha traza firmada de su Señoría y de mi pesente escribano". Se presentron como testigos los vecinos castilleros don Francisco de Mazuela y Francisco Reyes. Y firmaron el escribano y testigos Ginéz Martínez de Aranda.
CONCLUSIONES
-La iglesia del Castillo se habría realizado en parte, la capilla mayor "nueva" en 1603.
-Ginés continuó la obra anterior y se destaca que debió participar en las trazas, porque las anteriores no pudieron ser frimadas por el abad Alonso de Mendoza. Y eran de Alonso Barba. Aquí se eencuerta en una parte de la capilla, gradas , altar y episto
leras.