Pasaron por el simulado adarve y bajaron por la parte donde se encuentra un antiguo arco de ladrillo, de medio cañón, y bajo su bóveda, un estanque o remojadero, probablemete que pudo ser usado de lagar o parar emojar el bacalao de las pescaderías. Se ilustran con la Gesta de Alcalá del poema del rey Alfonso, reproducido en un panel. Y contemplan varios paneles que finalizan con una reproducción gra´fica del siglo XVI. Entre lombardas y compartimentos de habitaciones de casas de hidalgos y salas bajas del palacio del alcaide. El guía le entrega una copia del poema a todos los presente.
Al pisar el
nuevo suelo pavimentado, el guía comenzó a hablar sobre la plaza. Adujo que
hubo varias reformas tras los reyes Católicos y hasta su abandono en el siglo XVIII.
-Tras la
reforma del tercer decenio del siglo XVI, la plaza sufrió una importante
remodelación, porque se derribaron muchos edificios, se explanaron los solares
y se enterraron el palacio de los alcaides y varias casas adosadas-aludió el
guía para acercar la plaza actual siglos anteriores.
- La más
importante fue el derrumbe y escopetado del Palacio de los Alcaides, ocurrido
en 1529, junto a la casa del alcaide Juan de Aranda y las de Madrigal entre otras -añadió
el asesor.
-. Gracias a
las recientes excavaciones con motivo de las obras de reconstrucción las murallas
del Gabán 201 con fondos del Ministerio de Fomento y la empresa SITE, se ha
puesto al descubierto la planta primera del palacio del alcalde y se conserva
elevada hasta la mitad de su primer cuerpo.
-Debió ser
la plaza el punto neurálgico de la ciudad de Aben Zayde.
-Parece que fue centro comercial, venta de esclavos, y otros productos. Pero de la importancia
de la plaza alta de Alcalá la Real ,-interrumpe el guía- destaca el gran número
de pleitos que se entablan entre el cabildo municipal, los propietarios de
casas y solares y los comerciantes porque comienzan a trasladar sus locales e instalarse
a partir de la última puerta de la fortaleza. Hay muchos momentos con litigios
y pleitos en la Chancillería de Granada y ejecutorias ganadas, como 1 en 573.
- Lo que es evidente que el nuevo solar del palacio de los alcaides abrió un espacio abierto y se colocaron varios
corredores, con tiendas en la parte superior y en la parte baja escritorios y a
veces tiendas de boticas.
-En
concreto, sabemos su fecha exacta en torno al año 1529, que se levantaron algunas
tiendas en la Plaza Alta. Y se mandó por los señores que se tomasen prestados
de la Cámara para acabar las tiendas que
son cinco de la ciudad, Hasta mediados de siglo ofrecía un espacio no
uniforme, repleto de escombros y materiales de derrumbe. “Descárguensele más seiscientos sesenta Mrs. que pagó a
Lope Garrido, obrero de esta ciudad, para limpiar la plaça alta de esta ciudad de quitar la
piedra e tierra que estava junto a la Cárcel, como mostró por libranza de esta
ciudad. Su fecha a once de julio de quinientos e quarenta e tres e mostró
mandamiento. Además, se ampliaron las tiendas hasta llegar al número de
nueve. Al mismo tiempo se trasladaron otras tiendas artesanales como las que elaboraban
el jabón dejando su venta en la plaza.
-No veías ese
arranque de pilares, son de los corredores. Pues se comenzaron a aumentar el
número de tiendas y se comunicaron por una escalera de ingreso a los corredores
a partir de los años cuarenta.
-En 1569,
hay noticia de ocho tiendas y otros tantos escritorios de escribanos que eran
de propios de la ciudad en la plaza desde la torre del aposento de la justicia
hasta la torre de la cárcel, unas arrimadas a otras por una fianza para las honras
de don Carlos e Isabel de Portugal 1569- apuntilla el asesor-. Dos años más tarde se aumenta el número en
otra nueva tienda. Continuamente se allanaba
e, incluso se enladrillaba el suelo de la plaza.
- Detallo, con motivo de es fiestas y acontecimientos del
9 febrero de 1572 : más ochenta e seys
mil e ochocientos e setenta y dos mrs y medio que pagó e se gastaron en allanar
la plaça de esta ciudad y enladrillar parte de
ella y en las que se hizieron por el buen alumbramiento de la Reina Nuestra
Señora del Príncipe Nuestro Señor y en lo que se gastó en esta manera los
15.913 mrs en allanar la plaza y enladrillar parte de ella que se entraron
veinte jornales de maestros picapedreros a tres reales y medio que monstra ..”
-Y ¿de las
torres?¿No hablamos?
- Las torres
también eran de propios del ayuntamiento,
se reutilizaron con fines comerciales. Entre ellas, destacaba la tienda del Gabán
como aposento de la Justicia.
Comprobaron
que, esta primera reforma, a mediados de siglo XVI la plaza pública, era una
realidad con los corredores y sus nueve tiendas, el cañuto y el gabán, las
casas señoriales que encerraban la plaza, el hospital de los Monteses, la
iglesia y la Casas de Cabildo y sus tiendas. Hasta 1574, se comunicaba el adarve
entre la plaza y la muralla del trabuquete, porque no estaba levantada la nueva
Casa de la Justicia que fue una realidad
por los años setenta. Sin embargo, les anunciaron que en 1598, ya se
encontraban muchas casas abandonadas y destruidas como la de Francisco de Leyva.
Las casas de su derredor no tenían buen drenaje ni un racional sistema de
encauzamiento de aguas de los tejados, provocando con el recalado y la mala conducción
de las aguas, la destrucción de paredes y muros. Con la pérdida del Gabán, en
1581, la plaza perdió un elemento primordial de configuración y defensa de su
recinto defensivo. A partir de este momento, todas las remodelaciones sólo
quedarán como un canto de cisne de aquella obra tan importante de la ingeniería
fronteriza.
-Pero, hubo una segunda reforma.
- Es muy ilustrativa esta
descripción del cabildo del de febrero de 1592- afirma con documentación
el asesor- “ que no hay más de una plaza, la qual de más de
ser pequeña, la hazen muy desordenada los dos peçones y rincones de casas que están salidos de ella, linde con casa de
don Gonzalo de Valenzuela, y tienda de don
Francisco Fernández, de manera que no puede haber ni carrera ni fiesta
de caballos, lo que causa no poderse ejercitar el dicho ejercicio de ordinario,
como se haría quitando las dichas esquinas en largo hasta las casas de la
Justicia , y por ancho en línea derecha de la pared de la Iglesia Mayor ,
entonces abría plaça que bastaría para fiesta y carrera y estaría con traça y adorno
y daría mucha autoridad para la Iglesia Mayor, porque se descubriría la puerta
principal, que sale a la dicha plaza. Por lo tanto se acuerda que se compre el
sitio y edificio de estos dichos dos rincones y se derrumben por el dicho
efecto y se labren tiendas que salgan a la plaça en el dicho puesto y con ellas
pueda aver las que son necesarias para la conservación de esta Mota.
- Debía ser otra obra de envergadura y de desembolso económico-interrumpe el jeque.
- Desde principios
de siglo XVII, era tan difícil la situación económica que la ciudad tan sólo
desarrollaba las actividades y servicios fundamentales de la ciudad: el
alcantarillado, el arreglo de calles, el abasto de la carnicería, el matadero,
las fiestas ordinarias, el arreglo de las fuentes y, alguna que otra cosa
excepcional, sin comprometerse en ninguna obra de envergadura. No obstante,
destacaron algunas obras de importancia como la reparación de las torres y el
Gabán, al mismo tiempo que los corredores de la plaza, por lo que significaba
para la vida comercial y los fondos que se recibían del alquiler de las
tiendas. Tan sólo, la remodelación de la plaza de la fortaleza de la Mota fue
una obra de gran envergadura en 1600, con el fin de cambiar su aspecto estrecho
y medieval en un espacio de amplias dimensiones por medio de la demolición de
diversas casas de don Gonzalo de Gamboa y el Hospital de los Monteses” porque, con esto, quedará cuadrada suficiente en
buena proporción así para la plaza de armas como para las fiestas”.
- Se buscaron recursos- comenta el asesor- a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII,
tuvo lugar esta segunda remodelación de la plaza, y se arrendaron tierras destinadas anteriormente al impuesto de millones, según el acuerdo municipal de 23 de marzo de 1599 “ para el desempeño de la ciudad y ensanche
de la plaça y se comete a los caballeros comisarios para que a todo asistan a
señalar las dichas tierras conforme a la relación y en
todo hagan las diligencias que
convienen que para todo se les da comisión en forma que las pagas
an de ser por los días de Santa María”.
-Al no ser muy grande, ni
llana, en 1599-interrumpe el guía- se compraron las casas valoradas en 600 ducados del licenciado
Gamboa, miembro del Consejo de Felipe II, (a su vez adquiridas a Hernando de
Padilla), dos pares de tiendas y la casa de María del Monte Isla, donde se
albergaban los hospitales. En 1597 hubo que quitar varias peñas que impedían la entrada al cabildo
y la Iglesia Mayor. Fue, en 1600, el
momento de racionalizar el espacio mediante la ampliación de la plaza, con la
destrucción de edificios, porque eran los obstáculos más importantes. Este
cierre de la plaza se plasmó por la parte norte con la compra y el derrumbe de las
casas y tiendas de Gonzalo de Gamboa y del Hospital de los Monteses o de San
Bartolomé, pagados al abad los cuales se abrieron a principio del siglo XVII
para hacer más abierta y amplía la plaza.Debio ser una operación de gran envergadura,
pero se necesitaba para esta plaza.
-También,
algunas casas hacían rinconeras y no le daban una forma equilibrada por sus
líneas rectas de los lados, de ahí que hubo que derribar las casas adosadas a
la Iglesia Mayor para hacer línea con su fachada Importaba mucho esta reforma
porque había que cuidar de su adorno e
pulicia (policía) de la plaza de esta ciudad, la qual está dentro de la fuerça
della con privilegio de que no aya otra en esta ciudad por su conservación.
Y en esta fecha se encontraba, además de ser muy pequeña, muy desproporcionada
sin parecer plaza y con el allanamiento de la plaza se sacaron sillares para
los edificios públicos y casas particulares. También, al haber aumentado la
población dentro de la fortaleza, este recinto abierto se había quedado
angostado para las fiestas de la ciudad, concentración de tropas en las levas y
reclutamiento, mercado abierto de la ciudad y, simplemente, como lugar de ocio
y asueto. Por eso, se pensó que el lugar adecuado de ampliación era por la
parte que se orientaba al oriente: porque con esto quedará cuadrada, suficiente
en buena proporción para plaza de Armas como para fiestas. El guía se entusiasmaba con la plaza. Y aportó nuevos datos. En 1615, de nuevo se obligó a que
volvieran todas las tiendas de la ciudad llana a la plaza de la Mota; por otra
parte, las tiendas arruinadas se reformaran y se habitaran por todos los
tenderos y mercaderes, ya que se habían ubicado en la nueva calle Real y otros
lugares de la ciudad llana. Fue un intento baldío de ocupar las tiendas de la
plaza baja y alta, las de la iglesia, la botica, la de la Mazmorra, las de la
plaza alta de la Mota, la de la Escaleruela, las de las Entrepuertas, la del
Postigo junto a la Puerta de la Imagen, las del Albaicín, en el adarvillo de
Moya, junto al Pósito y junto a la Alhóndiga.
No obstante, a lo largo de estos dos siglos tras la
conquista, varios edificios dignificaron
e hicieron emblemática la plaza de la ciudad: la iglesia Mayor Abacial con todas sus
dependencias e inmuebles anexos (sacristía, claustro, capilla del Deán, casa
del sacristán…), las Casas de Cabildo o Ayuntamiento y las nuevas Casas de
aposento de la Justicia con sus dependencias de la Cárcel Real, caballerizas y
capilla de presos.
Cinco años más tarde, a principios del siglo XVII,
se terminaron los corredores, la plaza era el orgullo de la ciudad, que, por su
estilo acogedor, rodeado de edificios de fachadas de cantería, tan importantes.
-Decían muchos viajeros como una de las más bellas de Andalucía,
hasta tal punto que siempre cuidaban por su ornato, limpiándola, allanándola y
reconstruyendo las continuas ruinas que se provocaban en sus edificios.
-Y no solo era monumental, era la vida misma de la ciudad.- La
consideraban el sitio donde se maquinaba el bien de la res publica en los días
ordinarios de martes y viernes, se realizaba los negocios más importantes de
los vecinos, se ejercía la justicia y la caridad con los presos y los pobres y
servía de paso para los recintos espirituales. Desde antes de las siete de la
mañana, los porteros, vestidos con ropas de terciopelo carmesí, preparaban las
salas del cabildo y de la audiencia,
para que a las ocho de la mañana aquel recinto ya tuviera vida,
pues a esta hora acudían todos
los martes y viernes a las casas de Cabildo los regidores y jurados junto con
los oficiales del cabildo, los dos porteros y el escribano de turno,
rezaban y asistían a misa, oficiada por el capellán de la ciudad en un altar
presidido por un retablo, obra del pintor Pedro Sardo, habilitándose la sala de
cabildo con un altar y una mesita donde se colocaban las vinajeras.Después, se
reunían en la sala alta, donde
hacían propuestas, libraban gastos, recurrían acuerdos, debatían y
exponían sus votos que no eran sino sus pareceres para que la Justicia los
armonizase y, como hombre de bien
nombrado por la Corona, o, por así decirlo con términos de hoy, de consenso, lograba el acuerdo final para
ejecutarlos; inmediatamente se distribuían en grupos de dos y tres, lo que
llamaban diputaciones y comisiones para cumplir con las tareas que se les
habían adjudicado en el famoso cabildo de suertes.
-Como en toda España,- se reseró el asesor- el día del Corpus era muy
esperado por los vecinos. No sólo, por las vísperas, sino por el jueves en el
que se celebraba la fiesta y por su Octava. Salían de la Iglesia cuadrillas de
gitanos cantando con castañuelas, ginebrinas, panderos y toda clase de
instrumentos de percusión; después los diablillos, los danzantes, los Niños de
la Iglesia como los seises sevillanos, todas las cofradías con sus imágenes y estandartes,
el clero y el cabildo municipal. Y, al final, en esta plaza se colocaba la
custodia y las andas en un tablado y a su lado en otro tablado, se subían
recitantes que cantaban sonetos al Santísimo, actores que representaban pasos y
autos.
-No siempre,
debió tener tanta vida. Pero debemos considerar que era el centro del comercio
y mercado de la ciudad. -Allí se traficaba de todo, y, por eso, los regidores e
hidalgos siempre se manifestaban en contra de cualquiera que comerciantes o
artesano que montara su tienda en las afueras de la plaza y de la calle Real.
Allí, los vecinos podían comprar una tela de tafetán de varios colores, seda
importada o de los talleres alcalaínos, damascos, especies, frutas, y
hortalizas, y, el pescado que le sobraba a los playeros tras su venta en los
mesones, cosa que era muy perseguida e, incluso, abrieron la mano para que los pudieran
traer cualquier vecino. El pescado era cecial, abadejo, toldo, sardinas y
arenques. Y se repetían los pleitos
contras los comerciantes y tenderos que se bajaban sus tiendas o los que las colocaban
fuera de la Mota
-Lo podemos ratificar. Desde 1560 hasta los
años treinta del siglo XVII sufre este recinto una importante transformación,
Por una ejecutoria contra los oficiales que asistían en la Mota de 1560 “desde la puerta de la Fortaleza hasta la Puerta Nueva”, entre ellos
barberos, traperos, sastres, carpinteros, herreros, y herradores, odreros, torneros y otros y otros oficiales de cualquier oficios: carpinteros, tejedores y
herradores.
- Hasta ahora no me ha hablado de población, ¿cuantos vecinos, habitantes o almas existían?
-Para
hacernos una idea de la población, destacar que, en 1530, había en la ciudad
300 vecinos y 4 oficios; y en 1562, 3000 vecinos con 200 oficios y faltaban tiendas. -Me dice que faltaban tiendas.-En ese año sí,m, pero en la plaza se alzaban la Cárcel, la Audiencia, la Escuela y la feria de todos los días y otros vecinos
con casas.
-Avancemos un poco. Y contemplemos la plaza en 1617.Descríbanosla.
-Se reconocen estos edificios de la
ciudad al recibir un censo de censo de
María Fernández de la Blanca, se detallan
como propios y añadimos los de la
Iglesia y particulares: Casas de Cabildo, lindera con Iglesia Mayor en Plaza Alta
y esta junto con la capilla del Deán y
casa del sacristán, las Casas de la Justicia
que lindaban con la Cárcel y las
murallas y calle de la antigua Encarnación, siete tiendas encima de los
corredores en la Plaza Alta ( faltaban dos y
una capilla), 10 escritorios por bajo de los corredores. A todo se
añadía algunas tiendas por la parte que daba a la calle frente a la iglesia.
Esto dejando aparte las 5 tiendas en Plaza Baja y la Casas de mujeres
extramuros y cortijos.
- ¡Qué trajineo!-El bullicio rompía las normas y hubo que reglamentar
aspectos muy singulares que pervivieron hasta hoy como la presencia de los trabajadores
y jornaleros en la Plaza Alta para contratarlos de modo que no se pongan en la
entrada de ella ni puerta para el paso de la gente-apostillaba el asesor- ”. O el hecho de que, al ensancharse la plaza se vendieran frutas ni
pescados fuera, ni se vendan en Plaza Baja” porque se junta mucha gente y
no hay paso” y obligaba a que se haga en Plaza Alta junto a casa doña María de Aranda
“Pedro Fernández Alcaraz Ni tampoco se
pueda vender desde la tienda de la Escaleruela arrimado a pared de Cabildo
de esta ciudad, sino en Plaza Alta”.Continuaban dadndo datos . Y comentaron que en estos primeros decenio del siglo XVII, tan
sólo en 1613, se hicieron pequeñas obras
como cortar peñas para abrir el paso a
la Iglesia Mayor y quitar un barranco que
lo sirbía de echar inmundicias que alindaba a la plaça de esta ciudad y limpiar
la plaça alta de ella que linda con la iglesia mayor atento a que ay munchas
inmundicias y de suerte que tiene muncha yerba
y se eche una capa de arena y el mayordomo dé lo necesario con
testimonio de este acuerdo y cédula de pedro Fernández Mazuela, regidor
diputado de bastimentos , y ante se le pase en quenta. A partir de 1638, comenzó el declive de la plaza de
modo que el ayuntamiento alcalaíno requirió al corregidor Diego de Guzmán una
provisión real para que se arreglaran los corredores, que se encontraban
bastante deteriorados. Al mismo tiempo se solicitaba que los comerciantes
subieran a la plaza de la fortaleza, porque muchas casas estaban caídas y
maltratadas y se habían bajado los comerciantes al Llanillo. Y aunque hasta 1660
se arreglaron los corredores de la Plaza y los de las Casas de Cabildo para
presenciar la lidia y unos capeos y encontrarse maltrechos, dos años
más tarde se encuentran en pleno deterioro tanto la escalera como y corredores
de las Casas de Justicia. Y no es de extrañar que el beneficiado Francisco
Méndez de Aranda solicitara ante el corregidor, y pidiera licencia “para llevar de las casas de la Mota, que
eran de sus abuelos y que están detrás de los corrales de las Casas de Justicia
y de otras de María Ramírez, en el Bahondillo lo que quisiere para reedificar
sus casas que tiene en la Placeta de la Trinidad. O que se arreglaran los
corredores, con un presupuesto que hizo el cantero Pedro Pérez en 1.000
ducados.Pero las Casas
de la Justicia sufrieron grandes destrozos en un incendio en 1665 y se quemaron
las chimeneas y parte del tejado. Y aunque todavía los actos oficiales como en 1666
se celebraron con motivo del alzamiento del Pendón por el rey Carlos II y se repararon
las Casas de Justicia y Matadero. El declive era total, y, a principios del
siglo XVIII, ya estaba deshabitada toda la fortaleza de la Mota, trasladado el comercio
a la parte llana y se derrumbaron los corredores, casas del corregidor y la mayoría
de los edificios.
-¡Quién podía imaginarse que era una de las plazas más bellas de Andalucía, en este retazo arqueológico!-dijo con rotundidad el jeque.-Pues lo era- le contestó el alcaide. Y mejoró mucho en tiempos de frontera y en el Renacimiento.-Alqo debierón intuir los señores de Banu Said.