miércoles, 29 de abril de 2015

DE LA SOCIEDAD OBRERA LA PAZ A LAS  SOCIEDADES REPUBLICANAS Y SOCIALISTAS

A principios del siglo XX; las clases privilegiadas y rurales trataron de controlar toda la conflictividad rural por medio de la sociedad obrera de  La Paz y la Asociación de Caridad,  y fundando  la Cocina Económica. En sus dependencias se paliaban, a través de una importante partida del presupuesto municipal, aportaciones de las personas influyentes y de la beneficencia municipal las deficiencias y los momentos de miseria de este grupo abundante de personas excluidas. Esta asociación tenía sesenta socios y se instaló en el Hospital Municipal, donde estaba la farmacia y a cuyo cargo se encontraban las madres mercedarias, que habían venido a administrarlo el siglo anterior. Controlada por los conservadores, el presidente casi siempre recaía en algún miembro o allegado de la familia de su  partido. Siguiendo esta línea de beneficencia,  se controlaba la profunda  pobreza mediante la Obra Pía del abad Palomino porque todavía mantenía la tradición de dar cena a los pobres transeúntes u otras fórmulas de reparto de pan en las fiestas públicas. Tan sólo, comenzaron a surgir nuevas medidas alejadas de estos comportamientos, como en 1908 cuando se concedieron algunas becas a dos estudiantes por parte del Ayuntamiento. Hasta los años treinta, este grupo social (jornaleros y braceros) estuvo totalmente sumiso a las orientaciones de la política de los conservadores mediante las acciones sociales que le paliaban los malos momentos de crisis de trabajo. Pues, por no tener, no podían ni ejercer el voto en la democracia censataria. Por eso, no se advierten signos significativos de conflictividad social; aún más,  los miembros de las nuevas sociedades obreras pretendían  conseguir objetivos más bien internos y relacionados con los servicios básicos de sus núcleos rurales que un auténtico cambio revolucionario. Los centros y sociedades obreras de las aldeas procuraban la instalación o la mejora de estos servicios en la aldea, ya sanitarios, ya educativos que otros de tipo social como transformación, reformas y administración de las tierras. Una de las primeras fundadas en el presente siglo, fue la de Los amigos del trabajo, de la Rábita cuyos estatutos fueron aprobados por el gobernador civil el veintisiete de abril 1901. Días más tarde, se aprobaron las de la Sociedad Caridad y Progreso de Alcalá la Real, que presentaban este carácter indefinido de las primeras asociaciones obreras, donde se mezclaban los elementos de carácter de defensa de los derechos obreros y  los objetivos altruistas[1] .

           
                      

[1] AMAR. Registro de 28 de mayo
LA TORRE DE SANTA MARÍA LA MAYOR



            La torre de Santa María la Mayor recuerda el pasado e invoca al futuro. Se ancla en los cimientos de una ciudad que la vio erigirse altiva sobre la cima del cerro de la Mota, mientras otea el horizonte del territorio abacial. Rezuma historia y frontera,  y aventa nuevos tiempos de la sociedad futura  del ocio. Ha cobijado bajo su sombra hombres argáricos y turistas japoneses; paró rayos de noches con signo de muertes trágicas, y proclamó la llegada de la actual Constitución Española. Ya se erigió sustituyendo el anterior campanario de la primera iglesia gótica para mantener aquella campana que le concedieron los Reyes Católicos a este  pueblo de la  Sierra Sur, con el fin de que en se escuchara en todos los rincones del suelo del municipio de Alcalá la Real para acudir a aleos militares y concejos abiertos. En sus tres cuerpos y chapitel, amparó la vida de muchas personas: desde el bautismo  de los alcalaínos de los barrios de la  Mota, que se ejercía en el arco de planta baja de  la capilla,  hasta la despedida  de todos los vecinos que se inhumaban en el cementerio nacido a los albores de las medidas sanitarias de los gobiernos del siglo XIX, tampoco le faltó convocar al pueblo alcalaíno con el toque de las horas de su reloj, ubicado en el tercer cuerpo de  bóveda nervuda, a marcar los ritmos de sus tareas diarias ( desde los maitines hasta la queda pasando por la hora del  Ángelus y las citas a los enterramientos y fiestas ordinarias y extraordinarias de los dos cabildos, municipal y eclesiástico). Se aventura el visitante a convertirla en una torre para un palacete renacentista, aunque la sala del segundo cuerpo, coqueta y recatada, tan majestuosa  y bellamente cubierta con una bóveda renacentista sobre las trompas de tetramorfos anuncie el paso a la domus Dei et porta Coeli,
  La torre está firmada con las grafías de Lázaro de Velasco, su primer arquitecto,  en las escaleras  de este tercera planta que  acceden al camino del antepecho de la techumbre. Por cierto muy simbólicas, delecta mei iuventutis et ign..( un canto al gozo de  la juventud; por la traducción, " acuérdate de las fechorías de mi juventud y fogosidad")  )  , junto a un MENTO MORI  y una calavera (una aldabonazo al  tránsito final por esta vida del hombre). Hoy está impregnada con las huellas de todos los artistas que diseñaron toda la iglesia más importante de Alcalá la Real: desde Siloé a  Manuel del Álamo pasando por Lázaro de Velasco,  Ginés Martínez de Aranda, Juan de Aranda Salazar, Luís González, Ambrosio de Vico y Eufrasio López de Rojas entre otros. Recuerda esta sala  la primera fase de la construcción,  con un abad solicitando una ayuda a la Corte, y huele al aguardiente que tomaban los músicos por ser el  trascoro  donde ensayaba capilla de música abacial antes de que saliera por la puerta el abad para oficiar la misa.
            La torre de Santa María la Mayor es la más alta atalaya de la ciudad sobrepasando con creces los mil metros, Desde allí, se posan ante sus pies una ciudad fortificada que exhibe más de tres mil años del pasado local, extraordinariamente remozada y limpia como el agua de una fuente: desde  la trama urbana de los tiempos de frontera 



hasta los enigmáticos fondos de sus bodegas, mazmorras, neveros y pasadizos sin dejar a un lado los atractivos entornos de las Entrepuertas, el Sacromonte y el Albaicín  alcalaínos y las plazas Alta y Baja con  su pasado medieval de la casa del alcaide Conde de Cabra y los testigos de la lonja racionalista de escribanos y tenderos. Habla, durante de día, con palabras de frontera, duerme la siesta en la ciudad del valle con su sombra  extendida en el damero renacentista y se acuesta en medio de aromas de un jardín de arrabal levantado en los años de la actual democracia tras recuperarse aquel suelo de huertos abandonados y poner en valor este  anillo territorial en forma de collar  mediante una buena gestión municipal ( lo último el Centro de Rescate de Anfibios y Reptiles) . La torre reclama la presencia del parador y de la puesta en funcionamiento de un sitio de ocio para los visitantes de la Mota, sin duda el vestíbulo natural es el monasterio de la Santísima Trinidad.
            Desde el chapitel de la torre de Campanas, se otea el horizonte espacial y temporal . Se pierde la vista en los depósitos y conducciones de agua (desde Frailes hasta la red completa de  almacenamiento hídrico que se construyó en estos últimos 30 años y rodea toda Alcalá la Real, dando lugar a que ya se olvidaran los tiempos de los horarios de la agua domiciliaria porque, a las primeras de cambio, se quemaba una lavadora). Las casas de  aldeas relucen blancas, unas como Santa Ana  junto al nuevo parque periurbano de  los Llanos y cerca los dos polígonos de su entorno, el Chaparral y el muy reciente  Llano de Mazuelos; o,  en medio de un paisaje mediterráneo y de olivar, se extiende los tres o cuatro núcleos de Ermita Nueva, porque el área de servicios crece cada día más desde la curva de los Rosales y Peñas del Yeso  hasta el  Pleito; la nueva red vial  acerca a sitios como la Torre de los Pedregales, cerca de la cual se encuentra la ITV. Pero esta torre hace volar la imaginación y se prolonga en el horizonte temporal, reclama que las campanas toquen sin estar cascadas y cerrar el anillo amurallado por el arrabal del Aire que va de la puerta de Santiago hasta la torre de la Cárcel Real; augura nuevos tiempos de esperanza sin romper el eslabón de la cadena iniciada años atrás ni caer  en itinerarios aventureros; y, a pesar de tormentas pasajeras y movimientos telúricos, se mantiene como notaria privilegiada y cronista auténtica de un progreso que transformó Alcalá de pueblo en ciudad .                    




LA JUVENTUD EMANCIPADA Y EL UNO DE MAYO



Las sociedades de las aldeas, en cambio, en el año 1918, renacieron con otros nombres a los de la primera fundación. El trece  de diciembre, el gobernador civil aprobó La Sociedad de Obreros Agricultores el Faro de la Verdad  de la Rábita.  Unos días después recibieron el reglamento la Sociedad de Santa Ana[1]. Curiosamente, el mensaje de revolución social se encontraba inmerso, incluso en la denominación, a partir de 1919.  La Sociedad Obrera " Esclavitud Emancipada"  de la Pedriza fue una de las más emprendedoras y las que más se comprometió en la defensa de los campesinos y de los aldeanos. Fruto de su lucha reivindicativa fue la puesta en marcha de  varios caminos que la conectaron con otras aldeas limítrofes. De ella  surgirán algunos líderes de la República como el concejal socialista Dionisio Carrillo o  el alcalde pedáneo José Fuentes. Su centro social  era el un lugar de reunión de esta sociedad obrera que agrupaba tanto a los miembros afiliados del PSOE como los sindicalistas de la UGT. El entusiasmo de sus asociados se manifiesta en las fiestas de  primero de Mayo, cuando entonaban cantos, himnos, y enarbolaban banderas en medio de los discursos:
En este primero de mayo,
Cantemos con alegría,
Que es la Fiesta del Trabajo,
En Europa, España y en Andalucía.
Cantemos, cantemos,
 los himnos de la Libertad,
que la Pedriza no olvida
a su digna Sociedad[2].   


ctas de la Sociedad Obrera La e
mancipación.
[2] De la bibliot

martes, 28 de abril de 2015

ORÍGEN. HACIA EL PRIMERO DE MAYO. FINALES DEL SIGLO XIX.

            Dentro del contexto anarquista andaluz, en Alcalá de los Gazules se intentó  fundar la Unión de trabajadores del Campo, que reflejaba  perfectamente la simbiosis entre la ideología anarquista y la organización de lo que serán las futuras  agrupaciones socialistas. Sin embargo, por otros historiadores, se considera que las primeras agrupaciones socialistas fueron las de Málaga y la de Linares, pues llegaron a formar parte en el I Congreso del PSOE del año 1888. Esta última tuvo lugar en 1887, donde contó con  la presencia del propio  Pablo Iglesias y divulgó las ideas socialistas por todas las ciudades de la cuenca minera, mientras desde la ciudad malagueña  el socialismo se extendió en el campesinado de esta provincia.
Las primeras agrupaciones socialistas se expandieron en núcleos industriales y urbanos,  donde  la comunicación por tren o carretera era importante  y  además gozaban de una prolongada tradición industrial o artesana, pero el  socialismo reflejaba en todos estos casos estudiados  una organización, menos sólida que la del resto del  territorio nacional, pues como refiere el profesor Francisco Cobo[1]
Los  trabajadores urbanos tenían  mejores oportunidades para comprender y asimilar las teorías socialistas. Tenían más cercanos los centros generadores de cultura, como bibliotecas o teatros, se podían reunir y organizar con mayor facilidad, disponían de mayores recursos económicos para comprar periódicos republicanos y obreros, incluso algún libro. Por eso, fueron precisamente los trabajadores de las ciudades, artesanos o trabajadores de  las fábricas, de las minas y de la capital de la  provincia, los primeros que ingresaron en las organizaciones anarquistas y socialistas. Pero este movimiento obrero se incardinó en los movimientos populares urbanos y republicanos precedentes, de cuyas filas procedían muchos de los primeros afiiliados”.  
           
            Los socialistas no llegaron a organizar durante estos años ninguna huelga revolucionaria, aunque participaron en algunas huelgas generales  por motivos laborales, que daban lugar a la paralización de algunas actividades económicas de las  localidades. No puede pasarse por alto el hecho de que la primera huelga con intervención de las organizaciones socialistas tuvo lugar en  1887 en Teba, donde acudió el propio Pablo Iglesias en persona. Tampoco, se puede olvidar el gran número de huelgas sectoriales  que tuvieron lugar por estos años en las ciudades mencionadas o  en el año 1897,  cuando el  fundador del partido consiguió parar
a ciudad de Linares  con motivo de la celebración del 1º  de  Mayo  sacando a flote el descontento de los trabajadores  por una  conflictividad larvada en la cuenca minera que provenía de años atrás.  
            En 1899 se consiguió la primera representación institucional de las agrupaciones socialistas, cuando los SOCIALISTAS  obtuvieron una credencial de concejal en las elecciones municipales de Córdoba, cuya agrupación se había fundado seis años antes. En 1892, se celebró el III Congreso de la U.G.T. en la ciudad de Málaga y marcó un hito en la historia del socialismo dentro de Andalucía.
            La fecha de primero de Mayo  solía ser el acto más significativo en las  organizaciones obreras, y, por ende, en la vida del socialismo. Los partidos conservadores miraban con  recelo dichas convocatorias, tal como se percibe en  estas notas del escritor alcalaíno Guardia Castellano[2] que nos ilustran  del ambiente de esta época.

“....y esas sociedades, tímidas en un principio  fueron creciendo y desarrollándose con la  impunidad, y no se limitaban  a gobernar el mundo a su placer, haciendo planes parae l día no lejano de las reivindicaciones y del reparto social, reunidos en los locales cerrados de sus centros, ornados con el retrato  de Ferrer alzado sobre la mesa presidencial, como el Cristo que se alza en las escuela, sino  que salían a la calle precedidos de sus banderas tras de las cuales marchaban al través de los  campos, formados militarmente, para ir  a incorporarse a otras sociedades de otras aldeas y juntas  celebrar y reuniones al aire libre donde pronunciaban  discursos de los más subidos tonos contra el orden social dando mueras a la religión  y a todo el que tenga dos pesetas...”










[1] Garrido, L. y otros Nueva Historia Contemporánea de la provincia de Jaén.1808-1950. I.,E.G. 1
[2] GUARDIA CASTELLANO, A. Notas para la Historia de Alcalá la Real de Antonio Guardia Castellano.   Madrid 1913. Reedición Murcia Rosales y otro. Año 1996. 

lunes, 27 de abril de 2015

VERSOS DEDICADOS A LA RUTA LORQUIANA MAGISTRALMENTE CAPTADA POR Francisco García Pérez ( Paco Mures)

Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar,
despídete de Colón,
en el puente califal
y, al volver la vista atrás,
luego verás las huellas
de Pinos en silueta, 
recorriendo al caminar 
alamedas y sementeras
alfalfas y alcachofar.
Rodeado de la Vega,
al orto entre sierra y sierra,
y la Parapanda al mirar,
dejando el Cerro los Infantes
y del Velillos la Cuesta
de dulce marcha detrás,
Federico te reclama
con su broncíneo cantar:
Caminante, no te arrugues,
que quedan unos pasos más
y Federico, con el agua,
te purifica y refresca
hasta la meta final.
Caminante,  bebe aguas
de la fuente de la Reja,
y al Cubillas lo traspasas,
hilando  un sueño lunar.
Caminante , no te pares
que Federico  reclama,
le escuches en su cantar
entre sollozos y cantos,
y nanas de  Casa natal.

TIPISMO Y COSTUMBRES DE LA VIRGEN DE LA CABEZA DE ALCALÁ LA REAL.


            EL TIRACHINAS

El tirachinas se mantuvo hasta el segundo decenio del siglo XX   Para María del Pilar Contreras, la costumbre del tirachinas se describe de la siguiente manera:
“Se observa la misma costumbre, se diferencia sólo en que ponen una gran tienda de campaña, sujeta en su centro con un madero a la manera del palo mayor de un barco, y por los extremos y en forma circular, por unas gruesas dadas de sebo. El joven que por estas cuerdas o maromas llega a la cúspide de la tienda, de seguro saca novia en la romería; la mozuela que tirando una piedrecita sobre la lona, al desprenderse de ella queda dentro del círculo que roda la tienda, augurio feliz. ¿También saca novio!   
El noviazgo, como lo califica Manuel Pérez Ortega en su comentario a María del Pilar Contreras[1]:
“donde la pequeña imagen de San Marcos, ubicada  en una capilla  frente a la puerta, posee y un comprometido y abultado pliegue en su túnica y en el lugar que corresponde con las ingles, al que las gentes llaman “bragueta”. Se asegura que, si después de la celebración e de la misa del día de la fiesta se arroja la china en este sitio,  se asegura  un servicio de supersticioso vehículo propiciatorio  para imprecar una chinita desde regular distancia y acierta en semejante sitio, casará de seguro”.  

                                   PITOS Y ESTADALES

Las figuritas de barro se remontan a tiempos remotos de la historia de España, pues se asemejan a  los pequeños exvotos íberos y romanos, que en el Renacimiento de nuevo se desarrollan muchos de ellos  como pequeños juguetes de los niños. Entre ellos aparecen en las muestra museística de Alcalá mujeres embarazadas y algunas con una ranura para formar el agujero de viento que emite el sonido peculiar
. Por tanto, los pitos y estadales deben proceder de estas figuras sacralizadas  y  no han variado mucho  a lo largo de la historia de la cofradía alcalaína. Suelen tener tamaños y  formas diversos simulando figuras humanas  y anomalísticas hasta que se reducen a la actual forma de pequeño poyo con un pequeño hocico donde se introduce el viento para soplar  y producir el sonido. Hasta  finales del siglo XX, los romeros de  la Virgen de la Cabezas  repartían muchos pitos  a la llegada del  la romería en los aledaños de la Tejuela; los estadales con medallas de  material de perra gorda   e imagen de la Virgen de la Cabeza  y cintas de diversos colores y españolas (incluso se adaptaron a la bandera andaluza y referían la fecha de cada año) se adquirían en el Santuario y obsequiaban a los familiares. Esta costumbre perdura, pero se encuentra en decadencia.


  
EL HORNAZO

Es una costumbre popular, que consistía en acudir el último lunes del mes de abril tras la romería a recibir a la comitiva romera por la Tejuela, así como subir en el segundo domingo de mayo a presenciar la bajada de la Virgen. Los muchachos y no tan pequeños disfrutaban de un hornazo, torta con un huevo cocido en el centro como merienda muy sana y saludable.


[1] PÉREZ ORTEGA, Manuel , Un manuscrito inédito del siglo XIX, sobre usos y costumbres  de Alcalá la Real, de María del Pilar Contreras y Alba. Boletín de Estudios Giennenses. N ª CL. Año 1993, Octubre-Diciembre. Pág.356-407.EL HORNAZO


domingo, 26 de abril de 2015

EL TAMBORERO

En el recorrido de la fiesta, hay un protagonista especial, el tamborero que como heraldo recuerda los atabales y chirimías de tiempos anteriores. Del mismo autor:
            Anda, toca,
            tamboril,
            1ue se acerca
            el mes de abril.
            Anda y toca,
            tamborero,
            ven redobla
            con esmero.
            Ven, camina
el primero,
pues repica,
El campanero.

Pregonero,
sé heraldo,
a los romeros
aleando.

 Ven redobla
resonando
Con la copla
y con el canto.

Ya se marcha
ya se acerca
es la gente, 
La Cabeza.

No te pares,
 y redobla
en las calles
ya la honran.

Ve a misa,
redoblando,
ve y a le avisas
a tu  barrio.

Banderolas,
entre cetros,
rompeolas
de requiebros.

Van luciendo
ya sus trajes
sus atuendos
sus homenajes.

 Ven, Redobla
en el templo,
a la señora
ofreciendo
Tu  tambora
por ejemplo.

Dale el adiós
Y le ruegas
todo su amor
en tu briega.


























sábado, 25 de abril de 2015

LA PRESENCIA DE LA ABADÍA ALCALAÍNA EN LA CATEDRAL DE JAÉN. CANTEROS Y MAESTROS DE OBRAS.




LA PRESENCIA DE LA ABADÍA ALCALAÍNA EN LA CATEDRAL DE JAÉN. CANTEROS Y MAESTROS DE OBRAS.
Francisco Martín Rosales

                                                           I

            La relación artística e intercambio  de maestros del arte ( pintura,  escultura y arquitectura y artes menores) entre Alcalá la Real y los reinos de Jaén , Granada  y Córdoba es muy   frecuente, teniendo en cuenta que en la ciudad de  Alcalá la Real se fue sede y de la Abadía de Alcalá la Real y del corregimiento tripartito de Alcalá, Loja y Alhama, y, aquí, ubicó un grupo importante de artistas en torno a los Sardos-Raxis y a la familia de los Aranda  a lo largo del siglo XVI  y  XVII
            Los intercambios personales, cimentados en su situación estratégica, económica y social,  se centraban a través de varias actividades relacionadas con la producción artística.. En primer lugar, el aprendizaje de los artistas foráneos o naturales a la ciudad de  Alcalá la Real,   La segunda línea es el campo de los veedores de las obras
            La tercera línea es la intervención de los artistas foráneos en las obras de Alcalá la Real  y la contratación de aprendices, oficiales, maestros de obras y  maestro mayores a la hora de ejecutar  una obra  bajo la supervisión de un arquitecto foráneo  o, a la inversa,  la presencia de artistas alcalaínos que  acuden  a otros lugares.
 No es de extrañar que la presencia de maestros del arte granadino s predomine  en la ciudad de Alcalá la Real:
Es poco significativa la presencia de artistas malagueños.
Mucho menos es la de los artistas cordobeses exceptuando  el arquitecto Luis González,[1].
                        El reino  de Jaén no quedaba atrás con la presencia de Alonso Barba y maestros coetáneos (durante segunda mitad del siglo XVI en edificios civiles y religiosos de Alcalá la Real) o de  otros artistas de ciudades importantes de la diócesis de Jaén  con la participación en las obras de la fase final  de  la iglesia de la abadía        A lo largo de este periodo final del siglo XVI  y  mediados del siglo  XVII  de la historia de Alcalá la Real, Ginés Martínez de Aranda  va a ser el maestro de los maestros sustituyendo a los grandes artistas foráneos del siglo XVI  hasta que fue sustituido y  comenzó a dar los grandes pasos de maestro de obras su sobrino Juan de Aranda en torno al 1618, cuyo aprendizaje  coincide con los últimos años de la vida de su tío (1623). Tras su muerte, si bien fue sustituido por el marido de su prima  Luís González, pronto compitió en los decenios tercero y cuarto con este artista cordobés hasta su marcha a Jaén en 1634,  fecha en la que ocupo de nuevo el lugar de maestro Luís González. 
            Nos trae la presente comunicación la presencia de maestros y arquitectos alcalaínos de obras en la Catedral de Jaén, que queda reducida a Juan de Aranda  y la familia de Juan Roldán.    
                                                           II
                                   JUAN DE ARANDA SALAZAR

            Continuó, junto con su tío, primo Ginés y  Luís González, su formación en las obras de la capilla Mayor de la Iglesia Abacial de Alcalá la Real, lo que le permitió aumentar sus conocimientos en la técnica y dominio e la arquitectura en una obra que ofrecía muchas dificultades por la base de cimentación y cubrición del presbiterio de la Iglesia Mayor.
             A principios de enero de 1624, ya ha muerto su padre y  con su madre en vida, era vecino de  Castillo de Locubín y se casó con Ana de Jerez, hija de  Francisco Ruiz Cortecero y María de Jerez, como era acostumbrado, se entregaron las dotes por parte de cada uno de ellos, destacando la cuantía total de  204.190 maravedíes que aportó la mujer, y por parte de Juan de Aranda 109. 358  maravedíes  y los papeles con las trazas del oficio de cantería ( valorados en 35 ducados) y las herramientas del oficio (750 reales).  [2]  
            Durante sus primeros años  de maestro, avecindado en Castillo de Locubín,  adquirió experiencia en la ciudad de Alcalá la Real, junto con el asentador Ginés López que asumió la obra,  Ginés su primo y Luís González en la obra de la capilla mayor; también en el convento de la Encarnación de las Madres Dominicas ( 1626 y siguientes),.   En 1626, era ya vecino de Córdoba y se trasladó a Alcalá la Real para firmar, como maestro de cantero y estante en la ciudad, junto con el cantero Juan Roldán, el contrato para sacar  las piedras de la cantera de Alcalá la Real con destino a  la iglesia del Castillo de Locubín ..

            En 1627, desde la ciudad de la Mezquita vino a Alcalá y dio poderes a su suegro Francisco Ruiz Cortecero y Damián López, para cobrar de  Juan Márquez, presbítero  mayordomo de esta iglesia, “ todos los maravedíes que fuera necesaria para obra que se había de hacer [3]”; por el mes de septiembre la obra ya se ha comenzado y está recibiendo los cahices de cal con su paisano Fernando Izquierdo[4]; en julio de 1630 recibió del mayordomo Juan Márquez [5] fábrica de san Pedro de su ciudad natal 16.031 reales y media  .  Por otra parte, su compañero cantero Juan Roldan se obligaba a traerla sacada y desbastada  y ayudar a cargar la a los carreteros.  
            Incluso, adquirió un nuevo rango social e hizo un contrato de arrendamiento de una finca que había comprado en la vereda del Carmen y  contrató al carpintero Andrés Ortiz de la Hinojosa un “escrptorio con sus gabetas y pie de nogal” sintiéndose orgulloso de ser familiar del Santo Oficio de la Inquisición, a la vez que le indicó que fuera parecido al modelo del cura Pablo de Mesa[6]. Este presbítero sustituyó a Juan Márquez en la mayordomía de la iglesia castillera a partir de 1632.
            En 1629, intervino en las obras del convento del Rosario contratado por el padre prior fray Gaspar de Sardiña y comenzó a relacionarse con Pedro del Portillo y mantuvo las relaciones con  Luís González [7].
             En 1631, firmó también  dos importantes contratos, referidos al patronato del  Martín de Artiaga, cuyo patrón era Pedro de Pineda Lences.
            En febrero  de 1630., la iglesia  de San pedro  se encuentra muy avanzada, y había que cubrirla, ya que la obra vieja amenazaba ruina. De acuerdo con  los informes de Juan de Aranda, se solicitó un censo de 500 ducados por el mayordomo Juan Márquez y,  para ello,  se presentaron varios testigos que confirmaron la necesidad del censo  y la ratificación de la necesidad de la obra por parte de Juan de Aranda Salazar. Se lo dio al  mayordomo  Bartolomé Serrano  en la cantidad de  8 7. 040 maravedíes[8].
  .

            Hasta  este año  compartió obras de Alcalá la Real y Córdoba donde intervino en el retablo de la Catedral de Córdoba, y el cabildo catedralicio lo recomienda para maestro de obras de la de Granada. Su estancia cordobesa viene confirmada con una escritura de poder que realiza el 29 de junio de 1631, cuyo destinatario fue nada menos que su cantero predilecto Juan Roldán, que por entonces se encontraba en Alcalá; el mismo manifiesta que es vecino de Córdoba y se autonombra como maestro de cantería. Y, además de estos detalles biográficos aporta un nuevo dato cuando afirma que “ para que reciba y cobre de esta ciudad e de sus propios  la cantidad o cantidad de maravedíes , que se le deben de las obras del lavaderos nuevo de los Álamos y de las   En 1632, continuó con las obras del Castillo de Locubín, porque recibió del mayordomo Pablo de Mesa nuevas partidas de los gastos de la obra de San Pedro , entre ella las del enmaderado[9] .  Y ya  se le reconoce como maestro mayor de la catedral de Granada, porque firmó un contrato con el alcalaíno Pedro  de Morales Vergara, para que le entregara  cuarenta carretadas de piedra , más o  menos, que tenía  que llevar de las canteras de Alcalá la Real a las puertas de la Iglesia de San Pedro del Castillo de Locubín[10]. Su actividad comercial se acrecentó durante estos años hasta su marcha a Jaén, porque compró censos, vendió casas y adquirió fincas. Entre los censos, realizó uno sobre cuatro aranzadas y media de viña con José Galán de la Bella[11].

En 20 de septiembre  de  1632, era vecino del Castillo de Locubín y  maestro mayor de cantería;  se trasladó a la ciudad de Alcalá la Real para firmar un contrato con el mayordomo de la Iglesia Mayor  Abacial el licenciado don Juan de Álvaro , comisario del Sant Oficio de la Inquisición  de la ciudad de Córdoba. Se  había reunido el cabildo eclesiástico  de la  Abadía  y , en ausencia del abad don Álvaro de Toledo , acordaron  que se hiciese un coro de piedra  en  la parte y lugar y por el modo y forma y traza que contiene en la planta que se  vido en el dicho cabildo.  Por el dio Joan de Aranda, de que esta firmada la dicha planta  y en poder de Cristobal Nuño, notario mayor ante quien el dicho cabildo  pasó  respeto el qual el coro que tiene la dicha Santa Iglesia en parta alta y que  no se puede usar con la comodidad  de él y por otras razones que el dicho cabildo de  18.8.32.           En 1633, intervino en las obras de la torre de la Mota para llevar a cabo su terminación[12].

            En 1634, tras unos años de  inactividad en  la construcción de la nueva catedral de Jaén  fue llamado por el obispo Baltasar Moscoso de Sandoval para que revolucionar el estancamiento que el que había caído la vida constructiva de la ciudad[13]. En 1636, Juan de Aranda todavía trabaja en Alcalá junto con el  maestro mayor de obras Pedro del Portillo apreciando  las obras de una capilla de la iglesia del convento de la Encarnación, lo que nos manifiesta la participación activa en el diseño y reconversión del antiguo Hospital en Convento. Dice así el documento  firmado con la priora doña Leonor de Aranda.
“ por cuanto doña María Luisa, mujer de don  Diego de Valenzuela, que se ofreció a pagar la mitad por ser su hija heredera,   mandó que se sacasen  doscientos ducados  y se hiciese una capilla en el dicho convento  apreciadas las obras por los maestros Joan de Aranda y Pedro del portillo en 2.000 reales[14]”.
            La relación  con este convento fue muy importante, ya que ingresaron también como monjas en 1650 sus hijas Josefa Jerónima  y Baltasara de Aranda  junto con doña de Jerez por la dote de 800 ducados [15]. A partir de aquí, su vida y residencia fue la capital del Santo Reino, donde alcanzó el cargo de maestro mayor de la catedral de Jaén e intervino en muchas obras de la diócesis y, sobre todo, dio un gran empuje a la catedral de Jaén.
            En 1658, ya había muerto  y sus hijas las monjas  entablaron un pleito de reparto  bienes. Los bienes alcalaínos  consistían en una huerta del Arroyo de las Parras, cierta tierra de sembradura, un oficio de escribanía de Alcalá la Real, una casa de la calle Real, otro oficio en el Castillo de Locubín, otra casa en el castillo y un molino, y dos aranzadas de tierra para cultivar vino[16],. 
           
III
CANTEROS
JUAN ROLDÁN

            Era hijo de Juan Roldán estaba casado con  Isabel Jiménez,. Hay constancia de su trabajo desde principio de siglo en las obras de la ciudad, en 1617,. En 1623 se vio obligado a proporcionar, junto con Sebastian González, vecino de Albolote,  los sillares de  piedras de cantería necesaria para la terminación de la iglesia mayor que estaba a cargo de los maestros de cantería granadinos   Mateo de Santa Cruz, Miguel Guerrero y Juan Caderas, y el alcalaíno Juan de Fraguagua, ejerciendo la labor de cantería pues debió  preparar  los sillares que fueran menester para la obra de la capilla mayor en forma de sillar, equina y perpiaño tras recibirlos de las piedras de los sacadores ( tanto cabuqueros como entalladores), a los que debía pagar el propio Roldán 
            En este mismo año y día, apareciendo curiosamente en el documento como maestro de carpintería  se comprometió con fray Juan de Luna, prior del convento de Consolación a hacer el arco toral de la capilla mayor y recibió las condiciones de la obra de Juan Durán.
             .

            Este cantero continuó trabajando junto con Juan Aranda de Salazar, y con otros maestros alcalaínos comentados anteriormente  en el tercer decenio del siglo XVII.  A mediados de esta misma  década, junto con los hermanos canteros Juan y Alonso Pérez de Castilla  concertó la obra de cantería de la iglesia conventual de Nuestra Señora del Rosario, donde se comprometieron a entregar la piedra necesaria  hasta estar acabada sin suciedades y del mismo color, y especificando que fuera de las dos canteras de los Llanos[17]; media y tres cuarta de alto para las impostas y setenta varas de vara y media para las 3 capillas, más 1,500 varas de sillares y calzados[18].
            En 1634, intervino en la obra de la catedral de Jaén y pujó por la obra del puente del Vado de de la Torca entre Alcaudete y Luque; para ello escribió al trazador mayor del Rey Felipe III  Josefe de Villarreal para que “ pidiera y recibiera la baxa y postura que tenía fecha por petición que tiene presentada ante la Justicia de esta ciudad en la obra del puente del Vado de la Torca , término de las villas de Alcaudete y Luque, y que estaba rematada en 100.000 maravedíes, y, admitida la baja, que tiene el dicho  prometida y la demás condiciones de dicha partida pide se le rematara y rematada se acepte el dicho remate[19]”.
            Fue vecino de Alcalá la Real hasta 1634 y  de la ciudad de Jaén hasta 1649. Pues en 1650 aparece como vecino de Alcalá la Real, dando poderes a Juan de Aranda Salazar para cobrar sus obras en Jaén [20]. Tuvo varios hijos, uno de nombre de  Juan Roldán que se  trasladó a Sevilla y , debido a una peste ocasionada a finales de los años cuarenta del siglo XVII , murió junto varios hermanos. En 1649, él último fue Gabriel, y Juan  murió anteriormente).  El padre Juan Roldán casó con Francisca  Martínez Calvo que heredó una finca en el sitio de los Bramaderos[21] a través del cual conocemos la genealogía de este cantero.
            Se  trasladó a Sevilla e hizo  varias obras de la catedral, donde obtuvo un buen capital que luego heredó Juan de Aranda Salazar y el propio Juan Roldán
           
                                               SU HIJO JUAN ROLDÁN

            Se casó con Andrea, hija de Juan de Aranda Andrea y fue educado como aprendiz de Juan  de Aranda Salazar, que lo introdujo en el mundo de la cantería interviniendo den las obras de la Catedral  en otras obras de la diócesis. Marchó a Sevilla, donde murió y dejó sus bienes a su padre y suegro[22]. Rafael Galiano ha estudiado profundamente esta etapa de cantero de Juan Roldán como aprendiz y de otros alcalaínos. 
IV
LA OBRA DE  LA CATEDRAL DE JAÉN

            La presencia de estos dos maestros de cantería, el mayor como arquitecto  Juan de Aranda Salazar de desde 1634 , y simplemente de obras Joan Roldan desde 1633, se ha documentado suficientemente por parte del primero; sin embargo por el segundo los documentos escasean y así su presencia puede ser desarrollada cronológicamente de la siguiente manera:
 En 1633, hay dos documentos. Uno se refiere a un poder para trabajar en Jaén[23], en el que Juan Roldán y otros compañeros alcalaínos  se comprometieron a una obra en forma cooperativa , pues el trece de marzo firmaron un documento de poder para el  firmar un contrato de sacar piedra con el señor cardenal y obispo de Jaén. Formaban  el grupo Alonso  Pérez  y Cristóbal Roldán  y Pedro Pérez y Juan Roldan   y se comprometían  en los plazos correspondientes a cumplirlo., declarándose todos  ellos canteros.



Joan Roldán, avalado por los canteros vecinos de Jaén Domingo Pariente y Juan Vázquez, se comprometieron los primeros a “ ayudar a Joan Roldán abiar  las carretas que por el cabildo y maestro mayor de las obras de la Santa Catedral de la ciudad de Jaén fueran enviadas a  la cantera del Mercadillo y sacar las piedras conforme a la medida que el ducho Maestro mayor enbiare” Por eso, se obligaba el propio Joan Roldán a sacar seis columnas de de largo y grueso que fueran pedidas , y, si no se pudieran sacar,  de la cantera del Mercadillo se an de ir a sacar a la cantera de Almanchez” Se le pagaba 34 maravedíes por cada pie y pagándole mitad por mitad con los otros canteros; la duración del contrato alcanzaba el tiempo de llevar piedra durante cinco años. Lo curioso de este contrato es que adelanta en varios días a las fechas aportadas por biógrafos como Galera Andreu  y Rafael Galiano,   sobre la llegada del arquitecto castillero a la ciudad de Jaén para emprender la reanudación de las obras en Jaén, ya que Juan de Aranda o fijó el contrato de maestro de obras de la catedral de Jaén con el salario de 500 ducados anuales a partir del 15 de marzo del mismo año y su residencia se llevó a cabo  dos meses después. Además, es curioso que el primer contacto entre los maestros de cantería, lo llevara a cabo no el propio Juan de Aranda Salazar sino el mismo Juan Roldán. La unión profesional y amical  entre Juan Roldán y Juan de Aranda Salazar debió ser muy intensa, porque en diciembre de este mismo año hay un documento de fidelidad hacia el maestro mayor “ Juan Roldán, cantero y vecino de esta ciudad ( Alcalá la Real) otorga y fía a Juan de Aranda Salazar y se obliga a que hay una sentencia de derrumbe pronunciada contra Alonso de medina, vecino del Castillo, tutor de los menores hijos de Cristóbal Cubero, por la justicia” y se compromete a que “los devolverá y pagará”[24].


                                               CONCLUSIÓN

            La presencia alcaláina de canteros en la catedral de Jaén se manifiesta en estos dos personajes, el arquitecto Juan de Aranda Salazar y el cantero Juan Roldán y sus hijos que fueron aprendices del arquitecto castillero. Su formación viene ligada con el cambio  o nueva tendencia que se produce en la abadía de Alcalá la Real tras la llegada de la familia cantera de los Aranda (Gabriel de Aranda, Ginés Martínez de Baeza y Ginés Martínez de Aranda). Se formó un nuevo núcleo que ocupó el lugar de la influencia granadina e introdujo la presencia de los arquitectos jiennenses en la ciudad de la Mota. Su taller de cantería no tenía carácter gremial, sino que estaban unidos por razones sociales y familiares. Desde los sacadores de piedras hasta los maestros de cantería pasando por los entalladores,  labrantes y asentadores, se surte de las redes familiares y contactos sociales del entrono de la Abadía, dando lugar a un cruce de familias de canteros entre los diversos pueblos de la Abadía. 
            Los anteriormente mencionados dieron sus primeros pasos en las tierras de la Abadía y del corregimiento de Alcalá para ampliar su presencia en otros lugares como las tierras cordobesas y granadinas, debido a la formación y contactos con personajes como Luís González, casado con la hija de Ginés,  o Pedro del Portillo.  Juan de Aranda Salazar dio el gran paso de  convertirse en maestro mayor de obras de Córdoba, Granada, y Jaén, lo que conllevó que una persona de tanto prestigio atrajera canteros de la ciudad y abadía de Alcalá la Real. 
            Sobre todo Juan Roldán y sus hijos que recibieron la carta de  aprendiz del maestro castillero.  Pero este no fue el único caso investigado, pues sirva como ejemplo de los diversos aprendices que  se cobijaron bajo su enseñanza[25] uno 1643. Pues  la relación entre  estos maestros se mantiene, incluso  cuando Juan de Aranda Salazar, ya era  maestro mayor de cantería de la iglesia matriz y episcopal de la ciudad de Jaén. Nada menos que su hijo  Juan Roldán se casó su hija Andrea de Aranda, que murieron en Sevilla y debieron heredar sus bienes[26]. Por un lado, muchas de las obras de la ciudad  mantiene la huella de su trazas como la de San Juan, Santa Ana. San Marcos, Consolación  y Capuchinos. Por otro lado, a sus expensas se recibieron  muchos aprendices que  eran enviados por artistas y maestros de las diversas Artes para que aprendieran las artes de la mano de Juan  Roldán y la supervisión de Juan de Aranda Salazar. Este documento muy interesantes es el contrato de aprendiz entre  el maestro herrero vecino de Alcalá Cristóbal Fernández Saavedra y Juan Roldan  para que  como su administrador legítimo del hijo del primero  lo acogiera como aprendiz de oficio de cantería  a su hijo Cristóbal.














































[1] AHPJ. Legajo  5747. Folio 30. Escribano Juan Bautista Cano. Dote entre Ginés Martínez de Aranda y Alonsos González para casas a sus hijos María de Arana y Luís González. 3 de febrero de 1612.de
[2] AHPJ. Legajo 5694. Folio  s/n  5 de enero de 1624.
[3] AHPJ. Legajo. 5697. Folio 227. 7 de Marzo de 1627. En
[4] AHPJ. LEGAJO 5697. Folio 907. Contrato entre Fernando Izquierdo y Joan de Aranda Salazar.
[5] AJPJ. Legajo 5701. Folio 140. 27 de julio de 1630.
[6] AHPJ. Legajos 5701. Folios 86, 8 de septiembre 1630 sobre cobro de otros 947 reales, folio 941 contrato  en 21 septiembre de 1630 sobre contrato de escritorio y 1120 arrendamiento de finca.
[7] AHPJ. Legajo 5058. Folio 469.
[8] AHPJ- Legajo 4630. Folio 20
[9] AHPJ. Legajo 5703.  1 de diciembre de 1632. y aparecen varios contratos con vecinos de trato  y venta, entre ellos unas casas con el licenciado Pozo de Alcalá la Real. 
[10] AHPJ. Legajo 5033. Folio 552. Se comprometía con la cantidad de 300 reales, cuatro bueyes , uno castaño y otro bermejo.
[11] AHPJA. Legajo5703. s/n.
[12] MURCIA ROSALES, Domingo. A la Patrona de Alcalá la Real.
[13] GALIANO PUY, Rafael, Datos para una Biografía de Juan de Aranda Salazar (1590-1654). Elucidario nº ·. 2007.
[14] AHPJ. Legajo 5037.- Folio 240. Fecha 21 de mayo de 1636.
[15] AHPJ. Legajo 5019. Antón de Santillán. Folio 51. 16 de febrero de 1657. lo hicieron siendo priora doña Catalana de Marañón.
[16] AHPJ. Legajo 5020. Folio 212. 20 de mayo de 1658.
[17] AHPJ. Legajo 5053. Folio  680. Escribano Francisco Ramírez. 13 de junio de 1628.  .   
[18] AHPJ. Legajo 5000. Folio 776. Antón de Santillán,  3 de diciembre de 1628.
[19] Ahpj. 4923. Uno de marzo 1634. Folio 235 v.  Escribano Juan de la Chica.
[20] AHPJ.  Legajo 5013. Folio 206.
[21] AHPJA. 5022. Folio 3499.

[22] GALIANO PUY,  Rafael. Datos para una biografía del arquitecto Juan de Aranda Salazar (1590?-1654)  Elucidario: Seminario bio-bibliográfico Manuel Caballero Venzalá, ISSN 1885-9658, Nº. 3, 2007 , págs. 355-382


[23] AHPJ. Legajo  4646. Folio 230.  13 de marzo de 1634. 

[24] Ahpj. Legajo 4923. Folio  1322. Joan de la Chica 14 de diciembre de 1634.
[25] AHPJ LEGAJO 4652. FOLIO 346. 8 DE OCTUBRE DE 1543.

[26] AHPJ. 5011. Legajo 906. % de octubre en 1649.